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Sí, es verdad. Pero no te sugestiones por lo que ves en las películas o con los dichos populares. Por ejemplo, no es cierto que los niños nazcan con manchas por culpa de un antojo que la madre no pudo satisfacer. Es normal que algunos de tus gustos con respecto a la comida cambien durante tu embarazo, y no debes asustarte por eso. En Vida y Salud te contamos porqué suceden estos cambios y qué puedes esperar.

Es cierto que algunos de tus gustos pueden cambiar durante el embarazo. Es posible que repentinamente rechaces algunas de tus comidas favoritas, como el mole o el pescado frito. Y que extrañamente se te antojen alimentos que nunca habías probado o que no te gustaban antes de quedar en estado, como el queso fresco o una tortilla de pollo con caramelo rarísima.

Pero… no es cierto que estos antojos y rechazos te hagan enloquecer como muchas veces vemos en las películas, en las que se muestra a mujeres con panzas grandes saliendo de casa a las 3 de la madrugada para comer una tostada. Es más, no suceden cuando tu embarazo está avanzado y tu panza ya ha crecido. Al contrario, suelen suceder generalmente al principio del embarazo, en el primer trimestre. Y no te llevarán al punto en que tu refrigerador o hielera sólo tenga fresas y chiles en su interior, o a que no puedas volver a pasar frente a una pizzería durante los nueves meses de tu embarazo.

Los nuevos antojos y rechazos aparecerán poco a poco, y tu cuerpo te irá avisando qué quiere y qué no quiere.

¿A qué se deben? Hasta el día de hoy no se sabe exactamente qué causan estos cambios en los gustos por la comida. Es más, los antojos a veces les suceden a los futuros papás también y de algo si estamos seguros, que los cambios suceden en el cuerpo de la madre. Las teorías incluyen que pueden ser resultado de cambios hormonales, nuevas necesidades nutricionales, malestares típicos del embarazo, o simplemente de falta de atención y cariño, o inseguridad.

Empecemos con los cambios hormonales. Recuerda que tan pronto quedas embarazada hay toda una revolución hormonal en tu interior. Tu cuerpo se está preparando para formar a tu bebé, alimentarlo y cargarlo por nueve meses, y las hormonas son indispensables para esa transformación.

Se cree que esta carga hormonal puede potenciar en cierta medida tus sentidos, y algunas comidas que antes adorabas, de repente te van a oler muy fuerte o te van a dejar un mal sabor en la boca. Y en algunas ocasiones los cambios hormonales pueden afectar tu digestión y habrá alimentos que no te caigan bien.

Pero, estos nuevos gustos alimenticios también pueden deberse a mensajes que te está mandando el cuerpo sobre sus necesidades. Se cree que el cuerpo te puede estar pidiendo lo que más necesita en términos nutricionales para alimentar a tu bebé, para recargar tus energías o simplemente para hacerte sentir bien. Por estas dos últimas razones a veces se explica que desees intensamente comer más dulces.

Tus antojos y rechazos también pueden estar relacionados algunas veces con los malestares típicos de los primeros meses del embarazo, como las náuseas y el vómito. Es normal que rechaces ciertos alimentos que te hacen sentir mal, y que prefieras los que tu cuerpo tolera. Te preguntarás, ¿qué culpa tiene tu plato favorito de arroz con pollo? A veces puede ser que tu comida favorita no sea necesariamente mala, sino que simplemente fue justo lo que comiste un día en que tuviste muchas náuseas y ahora tu cuerpo asocia ese olor o sabor al recuerdo del malestar.

Mi consejo es que no es necesario obligarte a comer algo que no quieres, o privarte de algo que deseas intensamente. Siempre y cuando tus antojos obviamente no sean dañinos para tu bebé o a que reemplacen la comida balanceada y nutritiva que necesitas. Por ejemplo, si sólo tienes antojos de algo dulce, no optes siempre por una colombina o una malteada de chocolate, intenta encontrar otras opciones como pasas de uva, una tarta de manzana, o una ensalada de frutas con helado.

Y si estás rechazando un alimento sumamente importante en tu dieta, no te fuerces a comerlo pero pregúntale a tu obstetra cómo lo puedes reemplazar para no quedarte sin los nutrientes que tanto tú como tu bebé necesitan.

Si tus antojos están tornándose algo extraños y deseas comer objetos como papel, cenizas, tiza o arcilla, habla con tu médico inmediatamente. Esto se llama “pica” y quiere decir que tienes una deficiencia nutricional, probablemente de hierro, y esto si puede convertirse en un problema serio.

Algunos estudios sugieren que hasta el 68% de las mujeres embarazadas tiene antojos en algún momento de su embarazo. Obviamente que no es lo mismo que se te antojen frutas y vegetales a que se te antojen postres. Pero mientras tu alimentación sea variada y balanceada, siempre hay lugar para tus antojos en moderación. Si tienes dudas, consulta a tu médico.

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