Evitar el mareo en coche o barco es posible con estos consejos médicos y hábitos útiles. Descubre qué hacer antes y durante el viaje.
¿Por qué se produce el mareo?
“El mareo —como su nombre indica— viene del mar. Ocurre cuando hay una discordancia entre lo que ven nuestros ojos, lo que siente el cuerpo y lo que interpreta el oído interno”, explica el Dr. José Luis Ballvé, médico de familia en el CAP La Florida de L’Hospitalet y coordinador del Grupo de Estudio del Vértigo en Atención Primaria del IDIAP Jordi Gol.
Esta sensación desagradable que aparece en algunas ocasiones cuando vamos en coche o barco se desencadena cuando el cerebro recibe señales contradictorias: el sistema visual ve un entorno estable, mientras el aparato vestibular (ubicado en el oído interno) y los receptores del cuerpo detectan movimiento. Esta confusión sensorial activa respuestas como náuseas, sudoración fría o pérdida de equilibrio.
Además, hay personas con más predisposición: niños entre 2 y 12 años, mujeres, y quienes padecen ansiedad, migrañas o vértigo previo.
El vértigo más común que casi nadie sabe tratar
El Dr. Ballvé es experto en vértigo posicional paroxístico benigno (VPPB), la causa más común de vértigo. Su diagnóstico y tratamiento es extremadamente sencillo y puede resolverse en pocos minutos desde la propia consulta de atención primaria mediante una maniobra física, sin necesidad de pruebas ni medicación.
Sin embargo, muchos médicos de familia no han recibido formación específica sobre cómo realizar estas maniobras —como la maniobra de Dix-Hallpike para el diagnóstico o la de Epley para el tratamiento— y acaban solicitando TACs innecesarios, indicando tratamientos que no son eficaces, y derivando al paciente a consultas especializadas. Esto provoca que muchas personas afectadas den vueltas durante semanas o meses hasta que encuentran un profesional formado en esta técnica.
Cómo evitar el mareo en coche o barco
Prevenir el mareo en coche o barco no solo mejora el confort durante los trayectos, sino que también puede evitar interrupciones en tus planes. Aquí van los mejores consejos:
Elige bien tu asiento
Ubicarse correctamente es clave para evitar el mareo en coche o barco:
- En avión, elige un asiento cerca de las alas.
- En barco, colócate en el centro de la embarcación.
- En coche, siéntate delante.
- En tren o autobús, busca asientos orientados en el sentido de la marcha.
Mira al horizonte
Fijar la vista en un punto fijo y distante (como el horizonte) ayuda a sincronizar los estímulos visuales y corporales, reduciendo la confusión sensorial.
Evita pantallas y lectura
Leer o usar dispositivos en movimiento dificulta la adaptación del cuerpo y puede provocar mareo con mayor facilidad.
Cuida lo que comes antes del viaje
Evita comidas copiosas, grasas o con digestión lenta antes de un viaje. “Los alimentos grasos o de digestión lenta, como algunos lácteos, pueden empeorar la sensación de mareo en personas sensibles”, advierte el Dr. Ballvé. Mejor comer ligero y en pequeñas cantidades.
Controla la ansiedad anticipatoria
La preocupación excesiva por marearse puede actuar como un desencadenante. “Si ya vas pensando que te vas a marear, es más probable que ocurra”, señala el experto.
¿Y si el mareo ya ha comenzado?
Cuando las náuseas ya se han instalado, las opciones se reducen: “Una vez que el mareo aparece, hay pocas soluciones inmediatas. Lo ideal es prevenirlo antes de que empiece”, explica el Dr. Ballvé.
No obstante, puedes seguir estos pasos:
- Busca el lugar con menor movimiento (centro del barco, asiento delantero del coche).
- Mantén la mirada fija en el exterior o en el horizonte.
- Respira profundamente y con calma.
¿Sirven los medicamentos?
Sí, siempre que se usen correctamente. “Los fármacos para prevenir el mareo actúan sedando ligeramente el sistema vestibular, reduciendo la percepción del movimiento. Pero deben tomarse antes del viaje para que sean efectivos”, indica el especialista. Estos tratamientos suelen incluir antihistamínicos o sedantes suaves.
En resumen: evitar el mareo en coche o barco es posible
El mareo por movimiento es común, pero con planificación y algunos ajustes, se puede mitigar notablemente. Desde la elección del asiento hasta la dieta, pasando por la preparación psicológica, todo suma.
“Y si eres de los que nunca se marearon… enhorabuena: tu sistema vestibular está bien entrenado”, concluye el Dr. Ballvé.
Por Karla Islas Pieck
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