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¿Podría Facebook causar depresión? ¿están tus hijos aislados y muy pendientes de las redes sociales?, ¿cuántas horas pasan frente a la computadora o enviando mensajes a través de sus teléfonos celulares, o texteando (texting)?, ¿cuántos amigos tienen y qué tan activa es su vida en las redes sociales?, ¿te has preguntado qué tipo de información comparten? ¿quieres saber qué efecto podría tener Facebook en la salud de un adolescente y qué puedes hacer tú para ayudarlo? Sigue leyendo.

Luis es padre de 2 hijos adolescentes. Como muchos padres, él se preocupa por el tiempo que sus hijos pasan frente a la computadora, en ocasiones trata de controlar el contenido al cual acceden y las cosas que hacen mientras están online. No fue hasta hace poco que le permitió al menor de sus hijos, que tiene 14 años, que abriera una cuenta en Facebook. Alicia, su esposa, es diferente, ella no ve ningún inconveniente en que sus hijos se conecten a las redes sociales. Es más: lo considera como algo de moda, un juego o una forma de diversión.

Pero la diversión puede terminar si los adolescentes comienzan a compararse con ese compañero que tiene tantos amigos en Facebook (de los cuales posiblemente conozca en verdad a muy pocos, pero tu hijo no lo sabe) y sube fotos de fiestas y momentos felices de todo tipo incluyendo en los que estaba fuera de control.

Lo que sucede es que lo chistoso puede perder la gracia si tu hijo es quien se convierte en el objetivo de burlas y comentarios por parte de sus compañeros (ya sabes lo directos, hirientes e insistentes que pueden ser los adolescentes). Este es lo que se denomina ciberacoso o acoso en línea, y hoy por hoy es muy común en las redes sociales. Cuando no existían las redes, algún amigo podía hacerte algún chiste o provocar que te enfadaras por algo en algún momento del día, luego eso pasaba y podías olvidarte de lo que te molestó y pensar en otras cosas. La diferencia es que en las redes sociales actuales, aquello que te molesto puede quedar expuesto y puede repetirse una y otra vez hasta el cansancio y tú no tienes control sobre eso.

En este sentido, el pensar que lo que te puede lastimar en la vida en la red es diferente a lo que te puede lastimar en la vida real es un solo un deseo. La forma en como los jóvenes usan hoy en día las redes sociales y el Internet puede afectarlos tanto como lo que les ocurre personalmente en el colegio o en alguna fiesta. Todas estas situaciones son formas de relacionarse con los demás.

Por eso es importante que tú también conozcas cómo funcionan las redes sociales, para que puedas ayudar a tu hijo a protegerse de los riesgos que representan. Además, las redes sociales pueden presentar la realidad de una manera distorsionada, aunque si tú acompañas a tu hijo en esta actividad, conversas con él y lo animas a que comparta contigo sus emociones o si algo lo está afectando, posiblemente puedas ayudarlo a mantener alta su autoestima y a formar su identidad de una manera más sana.

Un estudio reciente publicado por la Academia Americana de Pediatría analizó las ventajas y los riesgos de las redes sociales como Facebook y twitter, que se han convertido en facetas casi ineludibles de la vida moderna, sobre todo para los adolescentes.

Por un lado, el informe encontró que los medios sociales estimulan a conectarse con otros y a expresar creatividad, proveen una oportunidad de aprendizaje y son una manera para que los adolescentes tengan acceso a información de salud y que los que sufren de enfermedades crónicas puedan encontrar a otros con enfermedades similares.

Pero, al mismo tiempo, estos sitios no están libres de riesgo. Según el informe, entre los principales peligros del Internet y las redes sociales se encuentran el acoso en línea, el denominado “sexting” (definido como “el envío, recepción o reenvío de mensajes, fotografías o imágenes sexualmente explícitas a través del teléfono celular, la computadora u otros aparatos digitales”) y lo que se conoce como “depresión de Facebook”, que se manifiesta cuando los preadolescentes y los adolescentes pasan demasiado tiempo en los sitios de relacionados a medios sociales y comienzan demostrar las señales clásicas de la depresión, como modificaciones en los patrones o hábitos para dormir y en su alimentación, cambios en su estado de ánimo, en relación a salir con amigos diferentes o a aislarse socialmente.

Esto no significa que Facebook sea algo malo. Los expertos difieren en cuanto a si la red potencia una depresión ya existente o si la provoca, pero sí existen aspectos únicos en ella que podrían convertirla en un ambiente de socialización particularmente difícil de transitar para los adolescentes que tienen problemas de autoestima. Lo que hay que tener en cuenta es que si el adolescente tiene tendencia a deprimirse o está pasando por problemas de autoestima, entonces la red social puede actuar como un factor que incrementa estas emociones negativas.

Sin embargo, no hay que irse a los extremos. El prohibir que tus hijos participen en la red tampoco es la solución ya que, los expertos sugieren, que el hecho de permanecer fuera de las redes sociales también puede generarles depresión. Algunos estudios recomiendan que 2 horas diarias de conectividad son suficientes, aunque puede resultar difícil lograr que tus hijos no excedan este límite de tiempo.

Además, es importante limitar el tiempo porque la red puede ser la causa de otros aspectos negativos para de salud, en este caso provocados: por el aislamiento que genera el uso de computadoras u ordenadores y a la disminución del contacto físico.

Al respecto, algunas investigaciones, como un artículo publicado en la revista Biologist, sugiere que pasar mucho tiempo con la computadora (en el Internet), puede incrementar el riesgo de desarrollar enfermedades inflamatorias que se asocian con enfermedades cardíacas, por ejemplo.

Además, pasar tantas horas frente a la pantalla (muchas veces por la noche) hace que los adolescentes estén más tiempo despiertos y descansen menos al dormir; que realicen menos actividad física y que consuman más bocadillos, lo que puede incrementar el riesgo de que sean obesos.

Con esta información, ¿por qué no invitas a tus hijos a que sean tus amigos en Facebook? Así podrás acompañarlos en la red y conversar con ellos en la vida real, e intercambiar opiniones, sobre situaciones y hechos que puedan preocuparles, no importa en dónde sucedan, en la realidad virtual o en el mundo físico material.

Imágen © iStockphoto.com / Rachael Rush

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