El hacer ejercicios es algo saludable y entretenido que ayuda a mantenerte en forma y de buen humor. Sin embargo, un movimiento equivocado puede provocarte una lesión. Por eso, aquí te contamos cómo puedes saber si lo que sientes es “dolor sano”, propio del ejercicio, o si te has lesionado, y qué conviene hacer en esos casos.
Si quieres iniciar una rutina de actividades físicas, no trates de hacer tanto ejercicio de golpe, todo junto y exigiendo más de lo que tu cuerpo puede hacer. Quizá recuerdes que ya te hemos dado esta sugerencia en artículos previos aquí en Vida y Salud, pero nunca está de más repetirla, pues los especialistas recomiendan hacer ejercicio regularmente, mantener la rutina a lo largo del tiempo e ir incrementando el nivel de actividad a medida que el cuerpo se va fortaleciendo (pero aún así, casi nadie está libre de lesiones).
En general, muchas personas que tienen una vida sedentaria, de repente, quieren verse mejor y perder esos kilos o libras de más. Así es que empiezan con mucho entusiasmo pero, al mismo tiempo, a hacer demasiado, corriendo riesgos que podrían evitarse.
¿Por qué? Porque si no estás acostumbrado a hacer ejercicio lo más probable es que tus músculos estén débiles. Esto no significa que tú seas débil sino que el cuerpo se ha desacostumbrado a ciertos movimientos y si le exiges que los haga en forma brusca puedes lesionarte, que es justo lo opuesto a lo que estas buscando, que es verte y sentirte mejor.
Por supuesto, si hace mucho tiempo que no ejercitas y un día pasas 15 minutos haciendo el Step, otro tanto corriendo sobre la cinta y luego con abdominales, es muy probable que luego te duelan los músculos al caminar o al hacer otras actividades.
Esto es normal y no causa complicaciones. El problema está en cómo puedes diferenciar cuando se trata de una molestia propia del ejercicio y cuándo se trata de una lesión que necesita que suspendas el ejercicio e incluso que busques tratamiento médico.
Para que puedas distinguir una condición o un dolor de otro, aquí te contaremos algunas cosas que te pueden ayudar:
Cuando antes comiences a cuidarte si sientes dolor, más rápido desaparecerá cualquier problema. Ten en cuenta que la mayoría de las lesiones sanan solas con reposo, si te aplicas hielo y si mantienes elevado el lugar lesionado. Sin embargo, si el dolor no desaparece luego de una semana, consulta a un especialista para que pueda indicarte el tratamiento adecuado. Y desde luego, no te esperes si tienes cualquier duda o si el dolor o la inflamación aumentan.
Si prestas atención a tu cuerpo y atiendes cualquier lesión rápidamente, podrás volver pronto a tu rutina de ejercicios y podrás mantener el estilo de vida sano que has elegido.
Ultima revisión: 2018
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