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Te hacen lucir mucho más alta, más sexy… pero ¿qué efecto tienen en tu salud? El precio de llevar esos preciosos zapatos de tacón alto va más allá de la cifra que marca la etiqueta: lo pagas también en dolor, malestar, problemas en los pies… y hasta en otras partes del cuerpo. ¿Hay algún término medio?

Nadie discute que los zapatos con tacones altos son “divinos” y hacen lucir unas piernas fabulosas.  Pero si los usas continuamente estás jugando con la salud de tus piernas y de tus pies. Los problemas que ocasionan van desde hinchazón y molestias leves o severas en los pies, hasta cosas más complicadas. Esos efectos se agravan si además de altos, los zapatos son estrechos y puntiagudos.

Según un nuevo estudio realizado en la Universidad de Jyvaskyla, en Finlandia, y publicado en el Journal of Applied Physiology, encontró que el uso continuo de los tacones altos cambia el mecanismo básico de la forma de caminar de las mujeres, lo que provoca dolores y otras complicaciones.

Los investigadores analizaron dos grupos de mujeres: uno que usaba normalmente tacones altos, y otro que los usaba muy de vez en cuando. Los resultados mostraron que las mujeres que los usaban poco caminaban estirando y poniendo presión principalmente en los tendones, la forma más eficiente y menos fatigosa de caminar (los tendones al estirarse acumulan energía elástica, y la devuelven al levantar el pie del piso).

En cambio, las mujeres que usaban regularmente los tacones altos daban pasos más fuertes y más cortos que las otras, y usaban mayormente los músculos de la pantorrilla para caminar, en lugar de la combinación más eficiente de músculo y tendón. Al estirar y poner presión principalmente en esos músculos, sus fibras se acortan, se produce fatiga muscular y se requiere más energía para caminar. Estos cambios se mantienen incluso cuando las mujeres se quitan los zapatos y caminan descalzas.

¿Quieres saber cuáles problemas provoca el uso de tacones con mucho tacón? Aquí tienes una lista que quizás te haga ir corriendo a buscar un par de zapatos planos:

  • Dolor en los pies: Es uno de los primeros efectos y el más común. Como la parte delantera del pie tiene que soportar más peso, se produce dolor en el metatarso y sus articulaciones. Para aliviarlo, usa plantillas acolchadas o zapatos de suela gruesa.
  • Artrosis en las rodillas: El uso continuo de los tacones altos contribuye al desgaste del cartílago en la articulación de la rodilla. Los huesos rozan unos con otros, provocando un fuerte dolor.
  • Dolor de espalda: Se debe a cambios en la postura. Los tacones hacen que tu cuerpo se desplace hacia delante, especialmente si además de altos, son de los delgados, tipo aguja. Y la mala alineación de las caderas y la espalda que se produce puede acabar afectando tu columna vertebral con el consiguiente dolor.
  • Acortamiento y dolor en los músculos de la pantorrilla: La forma especial de caminar cuando usas tacones altos acorta los músculos de la pantorrilla y provoca un intenso dolor en esa zona.
  • Neuroma de Morton: Es una inflamación de los nervios de los pies, que suele afectar al tercero o cuarto dedo del pie. Muchas veces es una consecuencia de usar zapatos de tacones altos y de punta fina.
  • Juanetes, callosidades en los dedos y la planta de los pies y dedos de martillo: Cuando se combinan los tacones altos con zapatos apretados, una consecuencia es la aparición de estos dolorosos problemas.
  • Predisposición a caídas y lesiones de los tobillo: Como los pies con zapatos altos se mantienen mucho tiempo flexionados y apoyados en las puntas, y la posición del cuerpo se distorsiona, las puntas de los pies y los dedos se ven obligados a soportar todo su peso. Eso, unido a la inestabilidad, aumenta tu riesgo de caídas, así como de esguinces y fracturas del tobillo.

¿Te preocupan los problemas que ocasionan los tacones altos, pero no puedes (o no quieres) dejar de usarlos? Al menos toma algunas medidas para minimizarlos. Por ejemplo:

  • Al comprarlos, pruébatelos y camina con ellos para estar segura de que te quedan bien cómodos en ambos pies y que no te aprietan ni en la punta ni en el talón.
  • Trata de usarlos con menos frecuencia, tal vez sólo una o dos veces a la semana, alternándolos con zapatos de tacón bajo. Pero si no te es posible, quítatelos cada vez que puedas (por ejemplo, cuando estás sentada detrás de tu escritorio en el trabajo).
  • Date un buen masaje en los pies cuando te quites los zapatos.

Como ves, si tomas algunas precauciones, no tienes que descartar tus stilettos, aunque no es recomendable que los uses todo el tiempo. Un consejo final: a menos que sea para salvar tu vida, ¡no corras nunca con tacones súper altos! Al correr perderías aun más estabilidad,  y una caída es siempre peligrosa para tu cuerpo… y fatal para tu ego.

La próxima vez que vayas de compras, antes de perder la cabeza por esos tacones de última moda, piensa si realmente valen la pena ya que pueden ser una amenaza para tu comodidad y para tu salud.

Imágen © iStockphoto.com / Nadya Lukic

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