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Las vitaminas son sustancias que el cuerpo necesita para crecer y funcionar de forma normal. Se habla de la importancia de la vitamina A para la visión, de la vitamina B para producir glóbulos sanguíneos sanos y apoyar el buen funcionamiento del sistema nervioso, de la vitamina C para protegernos de la oxidación y de la vitamina D para absorber el calcio. 

Sin embargo, esta última, la vitamina D, tiene muchas más funciones y cada vez se están descubriendo más cosas sobre ella. Como, por ejemplo, que no es tanto una vitamina si no más bien una hormona, porque actúa en prácticamente todos los órganos y sistemas del organismo, y que no es solo una, sino que se trata de varias sustancias complejas interconectadas.

Así, por ejemplo, se sabe que el correcto funcionamiento del sistema cardiovascular, con el corazón y los vasos sanguíneos como órganos fundamentales, parece estar relacionado con unos buenos niveles de esta vitamina-hormona D. Tal y como explica el Dr. Ignacio Fernández Lozano, director de la Unidad de Arritmias del Hospital Universitario Puerta de Hierro de Madrid, “la hormona D es esencial para una buena salud cardiovascular. Su déficit lo podemos encontrar asociado con enfermedades como la hipertensión arterial, el desarrollo precoz de ateroesclerosis –que es la acumulación de grasas, colesterol y otras sustancias dentro de las arterias y en sus paredes–, la cardiopatía isquémica –una enfermedad provocada por el estrechamiento de las arterias que van al corazón– y la insuficiencia cardiaca”.

Los estudios de algunos países abordaron el estado de la vitamina D en muestras pequeñas de poblaciones diversas. Es común la prevalencia de niveles bajos de vitamina D en los grupos de adultos mayores, sobre todo en los países de América Latina, especialmente en el grupo de mujeres adultas y adolescentes.

Importancia de la vitamina D en la salud cardiovascular

Pese a este papel clave, el Dr. Fernández Lozano, reconoce que “si bien la hormona D es esencial para el correcto funcionamiento del organismo y muchas especialidades médicas son conscientes de ello y determinan sus niveles parar tratar las deficiencias de una manera regular, en la actualidad en muchos casos los cardiólogos permanecen ajenos a este problema”. Por esta razón, muchos expertos inciden en la importancia de profundizar y resaltar las principales implicaciones del sistema endocrino de la vitamina D sobre el sistema cardiovascular.

Diversos estudios han asociado el déficit de esta vitamina con un mayor riesgo de sufrir enfermedades cardiacas y vasculares. “Pero si hay alguna enfermedad cardiovascular sobre la que unos niveles bajos de vitamina D parecen influir más negativamente que sobre las demás, esa es la hipertensión arterial y esta patología está implicada de una u otra manera en la mayoría de las enfermedades cardiovasculares”, concreta el experto.

Por eso, el Dr. Fernández Lozano recomienda “incluir el análisis de estos valores en los controles médicos de forma más generalizada, especialmente entre aquellas personas con una enfermedad cardiovascular como la hipertensión, la cardiopatía isquémica o la insuficiencia cardiaca”.

Más allá, a la hora de valorar la salud cardiovascular de la población general, el experto reconoce que el déficit de hormona D “también puede influir, sin duda, en la mortalidad de la población por eventos cardiovasculares. De hecho, son varios los estudios que han encontrado una asociación clara entre unos niveles de vitamina D bajos y una mayor mortalidad”. En este sentido, “la suplementación con vitamina D, que garantice unos niveles correctos de esta hormona podría proporcionar una mejor salud cardiovascular, especialmente en las personas con enfermedades cardiovasculares conocidas, o entre la población con alto riesgo de desarrollarlas”.

¿Cómo puedo obtener más vitamina D?

El papel de la exposición al sol es fundamental, ya que la producción de vitamina D inducida por rayos ultravioleta en la piel representa del 80 al 90% de la formación de vitamina D, mientras que la ingesta nutricional solo representa del 10 al 20% del aporte de vitamina D. Sin embargo, has de tener también cuidado cuando te expongas porque las quemaduras acaban produciendo envejecimiento de la piel y pueden ser un factor de riesgo para el cáncer.

No obstante también hay algunos alimentos que naturalmente tienen alto de vitamina D y que pueden ayudarte como fuente secundaria:

  • Pescados grasos como el salmón, el atún y la caballa, también conocida como magrú, cavalinha o cachorreta.
  • El hígado de ternera.
  • Los quesos.
  • Las setas.
  • La yema de huevo.

También se puede obtener vitamina D de alimentos fortificados. Puedes buscar en las etiquetas de los alimentos para saber si este tiene vitamina D. Algunos de los alimentos a los que a menudo se les añade esta vitamina son:

  • Leche.
  • Cereales de desayuno.
  • Jugo de naranja.
  • Otros productos lácteos, como el yogur.
  • Bebidas de soja.

 

Por Miguel Ramudo
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Imagen: ©Shutterstock / Margarita0192

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