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Te encantan los perros y tus hijos están locos por tener uno, pero ¿sabías que tan sólo en los Estados Unidos 4.5 millones de personas son mordidas por perros cada año? Una de cada cinco mordeduras provoca lesiones tan peligrosas que requieren atención médica, incluyendo en casos extremos, cirugía reconstructiva. Sin embargo, puedes complacer a tus hijos sin que ni ellos ni tú pasen a formar parte de esa estadística, tomando algunas precauciones a la hora de adquirir un perro y en la manera de cuidarlo.

Si tienes un perro como mascota, sabes que es un amigo leal y cariñoso. Pero hasta el perro más manso y juguetón, puede en algunas circunstancias llegar a morder. No te asombres, es un accidente que ocurre con muchísima frecuencia y conviene que sepas cómo evitarlo. Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de los Estados Unidos, los niños entre los cinco y los nueve años tienen más probabilidades de ser mordidos por perros que los niños de otras edades. También los hombres suelen sufrir más mordeduras que las mujeres. Pero en general, los hogares en los que hay perros (sobre todo más de uno), tanto los niños como los adultos sufren más mordeduras que en las casas en que no hay ninguno.

Cómo prevenir las mordeduras. La clave es que tomes algunas medidas de seguridad antes de llevar un perro a tu casa y después de que esté en ella. La Academia Americana de Pediatría proporciona algunas reglas básicas de conducta, que aunque están especialmente dedicadas a los niños, pueden aplicarse también a los adultos. Tenlas en cuenta, y enséñaselas a tus hijos desde temprano para evitar accidentes lamentables.

  • Elige una raza de perro que sea amistosa con los niños, y evita las que tienen  reputación de agresividad. Aunque los expertos recomiendan razas como los collies y los labradores, lo mejor es consultar con un veterinario sobre las características de cada raza.
  • Si tu hijo demuestra temor ante un perro, o ante los perros en general, es preferible que te esperes un poco antes de traer uno a tu casa.
  • Antes de comprar o adoptar al perro, familiarízate con él. Independientemente de su raza, no se sabe con seguridad cómo se comportará un perro. Asegúrate de conocer bien sus tendencias, sobre todo si hay bebitos o niños pequeños en la familia.
  • Si decides llevarte el perro a casa, enséñalo a ser social, exponiéndolo enseguida a distintas personas y a otras mascotas, para que se sienta cómodo en todas las situaciones.
  • Vacuna al perro contra la rabia y otras enfermedades. Tal vez sea conveniente que el veterinario lo castre, lo que suele reducir las tendencias agresivas.
  • Entrena al perro, si es necesario buscando ayuda profesional, para que aprenda a obedecer tus órdenes. Y llama a un profesional si notas que empieza a desarrollar algún tipo de conducta agresiva o desagradable.
  • No le enseñes al perro malas costumbres. Cuando juegues con él, evita la violencia y la agresividad (como la lucha).
  • Nunca dejes a un bebé o a un niño pequeño a solas con un perro.
  • No te acerques a un perro que no conoces. Si el perro se acerca a ti, no huyas corriendo ni grites. Quédate inmóvil, evita mirarlo directamente a los ojos y espera hasta que se vaya. Puedes ir retrocediendo muy lentamente.
  • Si un perro te tira al piso, encoge tu cuerpo en posición fetal y protégete la cara con las manos. Permanece inmóvil.
  • No molestes a un perro ni corras delante de él cuando está durmiendo o comiendo, ni a una perra que está cuidando a sus cachorros.
  • No dejes que tus hijos se acerquen a un perro ajeno sin pedirle antes permiso al dueño, ni que jueguen con él sin que los supervise un adulto.
  • Antes de acariciar a un perro, deja que te mire y te olfatee las manos.
  • Enseña a tu hijos a no provocar a los perros ni a jugar con ellos apretándolos, tirándoles de la cola o de las orejas, etc. Hasta el más tranquilo de los perros puede reaccionar agresivamente si lo lastiman.
  • Diles también que en el caso de que un perro los muerda, lo reporten enseguida a un adulto.
  • Si tú o tus hijos sufren la mordedura de un perro, lava la herida enseguida con agua y jabón para evitar infecciones. Una herida grande o profunda requiere atención médica inmediata. Y es necesario que consultes con el veterinario (o con el dueño del perro si no es tuyo) para asegurarte de que las vacunas están al día.

Generalmente las mordeduras de perro se pueden prevenir, pero si ocurren pueden ser peligrosas.

Sí, los perros siguen siendo “los mejores amigos del hombre”, y si son mansos y amistosos, resultan estupendos compañeros de juegos para los niños, y en muchas ocasiones hasta los protegen del peligro. Si sigues las medidas de seguridad y les enseñas a tus hijos cómo comportarse con los animales, puedes dejar que disfruten en casa con su mascota favorita. ¡Ya verás que se convierte en un miembro más de la familia!

 

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Imagen: ©Shutterstock / Julia Zavalishina

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