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Seguro que más de una vez has oído hablar de la próstata. Pero quizás tengas más problemas si quieres explicar para qué sirve, cuáles son sus funciones o cómo cuidarla. “En general los hombres saben qué es la próstata, pero muchos tienen dudas respecto para qué sirve. Creen que es un órgano que solo les va a provocar problemas. También hay ciertas dudas que se repiten, como si el causante de sus problemas, sobre todo de micción, es la próstata o la vejiga, pero son normales, porque con el tiempo hemos aprendido que hablamos de un concepto global y que muchos síntomas que parecen de la próstata son de la vejiga y viceversa”, explica el Dr. Juan Ignacio Martínez, urólogo del Hospital Universitario Puerta de Hierro de Madrid, España.

La próstata es una glándula ubicada alrededor de la parte inicial de la uretra masculina, conducto común del aparato urinario y genital en el hombre. Posee forma de castaña y se localiza enfrente del recto, debajo y a la salida de la vejiga urinaria. Contiene células que producen parte del líquido seminal, que protege y nutre a los espermatozoides contenidos en el semen.

“Mucha gente piensa que el semen se produce en los testículos. Pero el semen es un líquido que contiene unas células. El 99% de lo que es el semen lo produce la próstata y tan solo un pequeñísimo porcentaje, que son los espermatozoides, lo producen los testículos”, añade el Dr. Martínez.

Principales enfermedades de la uretra

A partir de los 35 -40 años el tamaño de la próstata indefectiblemente empieza a crecer y, si bien forma parte de un proceso natural que suele pasar desapercibido, hay que estar atentos porque puede generar problemas corto y largo plazo como, por ejemplo, la compresión de la uretra.

Fundamentalmente las dos patologías más frecuentes que acontecen en la próstata son dos; una, la hiperplasia benigna de próstata, que es el crecimiento de la próstata como resultado de dos cosas: ser hombre y cumplir años y, dos, el cáncer de próstata. “Yo muchas veces les digo a los pacientes que son cosas que suceden en el mismo sitio, pero que tienen muy poco que ver la una con la otra. La mayor parte de los pacientes que vienen a consultar por sintomatología prostática y que a lo mejor les diagnosticamos un cáncer de próstata, resulta que esa sintomatología no es producida por el cáncer. La mayor parte de los tumores que diagnosticamos hoy en día es en pacientes asintomáticos, desde el punto de vista del tumor. Por lo tanto, son dos funciones: descartar que un paciente tenga cáncer de próstata, seguir sus revisiones anuales y centrarnos en la calidad de vida miccional y sexual del paciente en relación con su posible incremento de la próstata a lo largo de los años”, explica el urólogo.

Aunque estas dos enfermedades son las más comunes, no son las únicas que se pueden producir. Una de las patologías más comunes se denomina “prostatitis” y está relacionada con las infecciones de transmisión sexual y vinculada al estrés y a la ansiedad. En este caso, se manifiesta a través del dolor en la zona pélvica o detrás del pubis y sus tratamientos suelen ser antibióticos y antiinflamatorios.

¿Cuándo acudir al urólogo?

A este respecto, los expertos son bastante taxativos: cualquier hombre con sintomatología debe acudir al urólogo. “Esos síntomas incluyen dificultad para orinar, infección urinaria, que orine sangre. Ese, a cualquier edad. Si no hay síntomas, a los 50 años. Con una salvedad; todo hombre debe conocer sus antecedentes familiares y, si los tiene de cáncer de próstata, sobre todo si han fallecido o lo han tenido agresivo o antes de los 50, esos, que pueden ser portadores de algún tipo de mutación en algún gen reparador del ADN o pueden tener un riesgo incrementado de cáncer de próstata, deberían hacer una primera visita a los 45 años”, explica el Dr. Martínez.

El experto también reconoce que muchos hombres acuden con miedo a la consulta del urólogo. “Mientras que entre el 80 y el 90% de las mujeres van al ginecólogo, solo cuatro de cada diez hombre acuden al urólogo. Les queda un camino importante para saber que hacer prevención es algo fundamental”, comenta el experto, añadiendo que existen muchos tabúes todavía por superar, como el del tacto rectal. 

“Sobre esto se han hecho muchas bromas y chascarrillos, pero la realidad es que al menos una vez en la vida hay que hacerlo, no cada vez que se va al urólogo. Es una prueba muy sencilla de realizar y, como todo, yo creo que hay que hacerla con un poco de cariño. Pero los hombres deben asumir con naturalidad que sea una exploración incómoda, como también las mujeres han hecho lo propio con la ginecológica que es bastante más incómoda”.

Más allá de que el crecimiento de la próstata no se puede evitar, los especialistas recomiendan realizar un chequeo de prevención anual para evadir complicaciones futuras. El cáncer de próstata es sin duda la enfermedad que más temor causa. Para los médicos, no hay una fórmula mágica para disminuir este problema, pero destacan algunos factores que hay que tener en cuenta:

  • Edad: A partir de los 50 años, los hombres son más propensos a sufrir cambios en la próstata simplemente por razones naturales y biológicas. Según la American Cancer Society, la edad promedio de diagnóstico suele ser alrededor de los 66 años.
  • Antecedentes: Si bien no es una condición, la historia familiar juega un rol importante. 
  • Alimentación: La ideal es una alta en fibras y baja en grasas.

 

Por Miguel Ramudo
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