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Algunas mujeres se sienten felices si pueden quedarse en casa al cuidado de sus niños, al menos cuando son pequeños, mientras que otras regresan a trabajar poco tiempo después del parto. Es una decisión que cada mujer y cada familia debe tomar según sus circunstancias. ¿Repercute esa decisión en la salud futura de la mujer? Una investigación reciente ha encontrado que las madres que trabajan la jornada completa reportan una mejor salud mental y física que las que se quedan en casa o que solo trabajan medio tiempo.

Ser madre es una de las experiencias más maravillosas de la vida. Los hijos dan muchas gratificaciones y el amor que tienes por ellos será siempre incondicional. Cuando llegan hay que tomar decisiones a veces difíciles, volver al mundo laboral, o posponer la carrera o el empleo hasta que los hijos crezcan.

Cuando tu bebé es un recién nacido, sus necesidades son para ti tan apremiantes  que casi te olvidas de las tuyas propias para atenderlo. A veces ¡ni tienes tiempo para darte una ducha tranquila! Esta situación es natural al principio, pero debes estar atenta para que no se prolongue demasiado, más aun si tienes más de un hijo, ya que es importante que cultives tus propios intereses y te dediques tiempo a ti misma.

Por otro lado, las tareas del hogar son interminables y en tanto acabas una debes comenzar con otra. Parece sencillo, pero todas sabemos el esfuerzo que se necesita para mantener la casa en orden, la heladera (hielera, refrigerador) llena, la ropa limpia… ¿y sobre eso también desempeñarse bien en el empleo?

Pues no es mala idea. El trabajo es salud, dice el dicho popular, y ciertamente parece que las mujeres que vuelven al trabajo al poco tiempo después de tener un bebé son más felices que las que se quedan en casa al cuidado de los niños a tiempo completo.

Un estudio desarrollado por unos investigadores de la Universidades de Akron y la Universidad Estatal de Pensilvania, en Estados Unidos, indica que las mujeres que vuelven a trabajar poco después de tener hijos tienen más energía y movilidad y menos depresión, a los 40 años.

Según los datos de este análisis, que fueron presentados en la reunión anual de la Asociación Sociológica Americana, que este año se realizó en Denver, en agosto, las madres que trabajan la jornada completa reportan una mejor salud mental y física que las que se quedan en casa o que las que trabajan medio tiempo.

Para  llegar a esta conclusión, los investigadores analizaron los datos de más de 2,540 mujeres que tuvieron hijos entre 1978 y 1995, y tomaron en cuenta una variedad de factores que podrían influir sobre la salud, como el trabajo previo al empleo, el estado civil, las condiciones anteriores de salud y la edad de las mujeres cuando tuvieron el primer hijo.

Además, determinaron que las mujeres que estaban “constantemente desempleadas”, o sea las que salen de la fuerza laboral muchas veces por motivos ajenos a su voluntad, reportaron más problemas de salud, incluso más que las madres trabajadoras o que las madres que se quedaban en casa.

Y es que el trabajo es salud, no sólo física sino también mental. Contar con un empleo es muy importante, no sólo por el salario sino también porque brinda un sentido de propósito, autoeficacia, control y autonomía.

Por eso, los autores del estudio aconsejan a las mujeres que terminen sus estudios y que trabajen antes de tener a su primer hijo, para que luego les resulte más fácil conseguir un empleo, al tener conocimientos y experiencia. Asimismo, sugieren que las mujeres no abandonen sus intereses personales por el matrimonio ni la maternidad, ya que en caso de que ocurra una separación tendrán más herramientas para poder independizarse.

Volver al trabajo es una decisión personal. Algunas madres prefieren pasar los primeros años de vida de su hijo al lado del bebé. Si ese es tu caso y puedes, disfrútalo. Por el contrario, si tienes la obligación de volver al trabajo pero te sientes mal porque tu niño todavía es muy pequeño, no te desesperes, puedes organizarte de antemano y seguir ciertas actitudes clave que te facilitarán el proceso. Verás que pronto estarás adaptada y hasta te sentirás mejor y más orgullosa de ti misma por poder hacer frente a todas tus obligaciones.

Por último, si eres una mujer emprendedora, estás a cargo de un negocio o tienes un empleo que no puedes o quieres perder, no te sientas culpable pensando que estarás abandonando a tu hijo. Tú mejor que nadie conoces tus necesidades y las de tu nueva familia y si tú te sientes realizada y feliz, el niño también lo percibirá y será más feliz a tu lado.

Si eres mamá, seguro que habrás tenido que hacer mil y una concesiones y sacrificios por tu familia. Pero recuerda también que es importante que cultives tus intereses y tus talentos. Un balance apropiado entre el trabajo y la vida familiar seguramente repercutirá favorablemente en tu salud física y mental. Yo se que no siempre es fácil lograrlo, pero tu salud también cuenta.

Imágen © iStockphoto.com / Mark Bowden

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