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Las sustancias perfluoroalquiladas y polifluoroalquiladas o PFAS (por sus siglas en inglés), son productos químicos fabricados por el hombre. Se conocen como “productos químicos para siempre” porque no se degradan fácilmente ni en el medio ambiente ni en el cuerpo, por lo cual se acumulan con el tiempo. Existen más de 4.000 tipos de PFAS. Aquí te explico en dónde se encuentran estas sustancias químicas, los daños que causan a la salud y cómo puedes reducir tu exposición a ellas.

¿En dónde se encuentran las sustancias per- y polifluoroalquiladas o PFAS?

Se encuentran en prácticamente todo: los artículos para el hogar, algunas envolturas y envases de la comida rápida y de dulces, las bolsas de las palomitas (popcorn) para el microondas, las cajas para las pizzas, algunos papeles resistentes a la grasa, la ropa resistente al agua, las alfombras, la tapicería, las pinturas, los barnices y los selladores, los antiadherentes en los utensilios de cocina, algunos productos de limpieza; algunos productos de cuidado personal (champú, hilo dental), cosméticos (para los ojos, esmalte de uñas). Hasta en el agua del grifo. 

Se pueden encontrar en algunos peces y algunos animales (por eso se ha prohibido pescar en algunos lagos, debido a la concentración de PFAS). 

Se pueden encontrar en los jardines. Se pueden haber utilizado fertilizantes que se venden como “naturales” que se contaminaron con aguas residuales de las fábricas que utilizan productos que contienen PFAS y que pueden entrar en las plantas del tratamiento del agua y contaminar los lodos de depuradora que se utilizaron para fabricar los fertilizantes.

Incluso se han encontrado PFAS en nuestra sangre. Se pueden transmitir a través de una transfusión de sangre. También se pueden pasar a través de la leche materna al bebé.

O sea, de acuerdo con los CDC, podemos exponernos a las PFAS por:

  • Beber agua contaminada 
  • Comer pescado de agua contaminada
  • Tragar tierra o polvo contaminado accidentalmente
  • Comer alimentos que estén empacados en materiales que las contengan
  • Usar productos como alfombras resistentes a las manchas y ropa repelente al agua

Los otros productos mencionados en el primer párrafo de esta sección proporcionan una menor exposición, especialmente cuando se compara con la exposición a través del agua.

¿Qué efectos tienen las sustancias per- y polifluoroalquiladas o PFAS en la salud?

Esto es algo que se está estudiando constantemente. Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), junto con la Agencia de Sustancias Tóxicas y Registro de Enfermedades (ATSDR, por sus siglas en inglés) establecieron un acuerdo el 23 de septiembre del 2019 con siete socios de todo el país para estudiar cómo el agua potable que contiene sustancias perfluoroalquiladas y polifluoroalquiladas (PFAS) puede dañar la salud. Los siete beneficiarios son parte del Estudio de los Sitios Múltiples (MSS) que amplía el trabajo que originalmente se inició con el Estudio Pease ubicado en Portsmouth, NH.

Lo que se sabe hasta el momento es que los niveles elevados de algunas PFAS pueden causar:

  • Niveles elevados de colesterol
  • Cambios en las enzimas del hígado
  • Disminución en la respuesta a las vacunas en los niños
  • Aumento en el riesgo de que se eleve la presión arterial o de que se desarrolle preeclampsia en las embarazadas
  • Pequeñas reducciones en el peso de los bebés al nacimiento
  • Aumento del cáncer del riñón y del cáncer del testículo

La doctora Elsie Sunderland, profesora adjunta de ciencias ambientales e ingeniería en el Departamento de Salud Ambiental de la Harvard T.H. Chan School of Public Health, dice que los científicos recién comienzan a comprender los efectos de los diferentes tipos de PFAS. También señaló que la industria química habitualmente utiliza compuestos nuevos para reemplazar a los antiguos.

El efecto de los compuestos nuevos se ha estudiado aún menos.

De acuerdo con Miriam Rotkin-Ellman, una científica principal del Natural Resources Defense Council, “Hay patrones consistentes entre estos químicos, y el patrón más consistente es que son tóxicos”.

La investigación continúa.

¿Cómo puedes reducir tu exposición a las sustancias per- y polifluoroalquiladas PFAS?

Hay varias cosas que puedes hacer. Entre los productos que sería mejor que evitaras están los utensilios de cocina con antiadherentes. Algunos que no contienen las PFAS pueden tener otros químicos peligrosos como el bisfenol A (BPA, por sus siglas en inglés) o el politetrafluoroetileno (PTFE, por sus siglas en inglés). Este último se conoce con el nombre de marca Teflón. Con respecto a los utensilios de cocina recubiertos de esmalte de silicona como antiadherente, aún no tenemos suficiente información acerca de su seguridad. Lo mejor es usar los que no tienen recubrimiento o que son de acero inoxidable o de hierro fundido. 

Procura preparar tus alimentos en casa y, si ordenas de fuera o cuando vayas al supermercado, procura seleccionar cadenas que se han comprometido a reducir y/o eliminar las PFAS de sus envases de alimentos.

Entre las cosas que puedes hacer con los cosméticos, evita los que tengan “flúor” o “fluoro” en sus etiquetas. No es una lista completa, pero es un primer paso.

También puedes instalar un sistema para filtrar el agua que bebes. Existen de varios tipos y tienen diferente efectividad. Algunos de los más efectivos (que también varían entre ellos) son los sistemas de filtro de ósmosis inversa y de doble etapa que se instalan debajo del fregadero. Desgraciadamente pueden costar entre $100 y $500 más el costo del filtro que se debe reemplazar periódicamente.

Entre más se entienda la relación entre la exposición a las PFAS y la salud, las agencias gubernamentales podrán hacer mejores decisiones sobre cómo proteger la salud pública. En VidaySalud.com te mantendremos informado.

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Imagen: ©Shutterstock / popcorner

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