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Los antibióticos son medicinas muy potentes que se utilizan para curar ciertas enfermedades provocadas por infecciones bacterianas. Matan a las bacterias o impiden que se reproduzcan. Pero para ello, debes tomarlos del modo adecuado. Es decir: utilizarlos sólo cuando lo indica el médico, en la dosis (cantidad) indicada, el número de veces diarias indicado y durante el tiempo indicado. Y en caso de duda, debes consultar nuevamente a tu doctor.

¿Por qué es importante tomar estas precauciones con los antibióticos? Porque tomarlos de manera inapropiada puede hacer que las bacterias se vuelvan resistentes al antibiótico y disminuya su eficacia. O sea, esa bacteria ya no va a responder a ese antibiótico y no te vas a curar.

Eso es a nivel personal, pero a nivel mundial el problema es mucho más serio: el mal uso de estos medicamentos está llevando al desarrollo de bacterias que ya no responden a los antibióticos.

El problema es que mucha gente toma antibióticos cuando no son indicados (por ejemplo cuando se trata de un virus), o no se terminan la dosis porque se sienten mejor, o los toman irregularmente en vez de seguir las instrucciones del médico. Podría llegar el día en que las bacterias dejen de responder a todos los antibióticos que tenemos y la gente se muera de cualquier infección. Como pasaba antes de que contáramos con estos medicamentos.

Cada uno podemos poner nuestro granito de arena, siguiendo las instrucciones del médico al pie de la letra y no tomando antibióticos si no se nos han recetado.

 

Imagen © iStock / tropper2000

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