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Seguramente has escuchado sobre estas bacterias benéficas, muy parecidas a las que viven en nuestro organismo, pero que se encuentran en varios productos… Descubre cuáles son las funciones de los probióticos, sus beneficios para la salud, algunos de sus efectos secundarios y los riesgos que pueden tener.

Los probióticos son bacterias que ayudan a mantener el balance natural de los microorganismos o flora intestinal. El aparato digestivo humano normal contiene cerca de 400 tipos de bacterias probióticas que reducen el crecimiento de las bacterias nocivas y promueven la salud del sistema digestivo.

Hay muchas especies diferentes de probióticos con lactobacilos, que son “bacterias amistosas” que viven normalmente en nuestros sistemas digestivo, urinario y genital, sin causar enfermedades. Son vitales para el bienestar, ya que favorecen a la flora intestinal, la cual ayuda a absorber los nutrientes de la comida, y a fortalecer el sistema inmunológico o de defensa.

Existen varios tipos de probióticos, como el Lactobacillus acidophilus, el L. Casei, el Saccharomyces boulardii, el L. rhamnosus y el Bifidobacterium, entre otros.

El grupo más grande de probióticos en el intestino son las bacterias del ácido láctico, de las cuales el lactobacillus acidophilus, es el más común.

¿Qué dice la ciencia de los probióticos? ¿para que se usan?

Los probióticos se han utilizado para reducir los efectos secundarios de los antibióticos en el intestino cuando se dan junto con el antibiótico. Debido que los antibióticos matan a las bacterias buenas a la par que matan a las causantes de la infección, una reducción de las bacterias buenas puede provocar problemas digestivos como diarrea. La evidencia científica parece respaldar los efectos de los probióticos en estos casos. Pero hay diferentes tipos de probióticos. En los niños generalmente se recomienda el lactobacilo GG, en los adultos hospitalizados es el lactobacilo casei o bulgaricus. Los estudios sugieren que los probióticos incluso podrían ayudar a los niños a aumentar de peso cuando los toman después de casos de cuadros de diarrea.

Los estudios sugieren que el lactobacilo, en cantidades suficientes, especialmente cuando se da en las primeras 48 horas, probablemente es eficaz en los casos de la diarrea producida por el rotavirus en los niños.

Curiosamente, los estudios sugieren que los probióticos podrían ayudar a prevenir la diarrea del viajero (aunque obviamente es conveniente siempre tener las precauciones de higiene con el agua, los alimentos y el lavado de las manos que se recomiendan). Y la eficacia de los probióticos depende del lugar a donde se viaje. En este caso sería- – ya sea le L. GG o L. Rhamnosus — y, nuevamente, su eficacia depende del sitio a donde se viaje.

Otro uso de los probióticos que aún se está investigando pero que parece ser prometedor, ya que en algunos estudios es eficaz hasta en el 50% de los niños, es para el tratamiento y la prevención de la dermatitis atópica o eccema (en los niños de 1 a 13 años de edad), así como para las reacciones alérgicas a la leche de vaca.

Los probióticos quizá ayuden a fortalecer la respuesta del sistema de defensa (inmunológico), aunque para esto también se requieren más estudios.

Posiblemente ayude a mejorar los cólicos en los bebés, en este caso se trata del L. Reuteri y también hay estudios clínicos al respecto. Desde luego, siempre hay que consultar al pediatra antes de darle probióticos al niño.

Con respecto al Síndrome del Colon Irritable, hay evidencia que indica que algunas cepas de lactobacilos podrían mejorar los síntomas de este padecimiento, como la inflamación (distensión) y el dolor de estómago, pero es contradictoria. Y es posible que una combinación de Bifidophilus especial ayude a prevenir la recurrencia y/o ayude a mantener la Colitis Ulcerativa en remisión.

Algunos estudios clínicos sugieren que algunas cepas de lactobacilus podrían ayudar al tratamiento de un tipo de infecciones vaginales bacterianas llamadas vaginosis bacterianas cuando se aplican dentro de la vagina. Desde luego, es importante que tu médico establezca el diagnóstico, te de el tratamiento y se asegure que fue eficaz.

Algunos creen que los probióticos tienen beneficios para tratar el cáncer del colon, el colesterol alto, la intolerancia a la lactosa, los fuegos, los resfriados, la enfermedad de Lyme y para reforzar el sistema inmunológico. Pero hacen falta muchos más estudios, ya que el uso de los probióticos no se ha comprobado científicamente para hacer una determinación en estas condiciones.

Los probióticos están disponibles como suplementos alimenticios. Debes de leer y seguir las indicaciones de la etiqueta del producto que adquieras. La concentración de los productos del lactobacilo o el probiótico específico, generalmente está indicada por el número de organismos vivos por cápsula. La dosis común varía entre 1.000 a 10.000 millones de organismos vivos que se toman todos los días en 3 o 4 dosis divididas. Idealmente debes tomarlos bajo supervisión médica aunque se vendan sin receta.

Lactobacillus Acidophilus

Esta bacteria se usa comúnmente en la comida como el yogurt y algunos otros lácteos, así como en productos de soya fermentados. También puedes encontrar el Lactobacillus Acidophilus en forma de tabletas, supositorios vaginales, preparaciones líquidas, polvo y cápsulas.

Precauciones y efectos secundarios

Las personas con intolerancia a la lactosa o alergia a la leche pueden desarrollar malestar estomacal. Esto no es causado por la bacteria, sino por la presencia de lactosa que pueden encontrarse en el proceso de fabricación. Así mismo, quienes son alérgicos a la leche deben evitar el Lactobacillus acidophilus.

La mayoría de los probióticos han sido utilizados por diferentes culturas a través de la historia, en alimentos fermentados y productos lácteos. No se han reportado que causen enfermedades, pero se necesitan más estudios sobre la seguridad de los probióticos en los niños pequeños, en los adultos mayores y las personas que tienen el sistema inmunológico debilitado (como las personas con VIH o cáncer).

Los lactobacilos son probablemente seguros para la mayoría de las personas. Los efectos secundarios que llegan a presentarse son generalmente leves e incluyen gas intestinal o distensión abdominal (especialmente cuando se empiezan a tomar, por lo que hay que empezar gradualmente), cólicos y/o ardor vaginal.

Embarazo y lactancia: El uso de lactobacilos durante estos periodos es posiblemente seguro cuando se consumen en los alimentos (como el yogurt). Sin embargo, como no todos los tipos de lactobacilos han sido estudiados durante estos periodos, hacen falta más estudios para comprobar su seguridad.

Sistema inmunológico debilitado: Existe cierta preocupación de que los lactobacilos procedentes de suplementos que contienen bacterias vivas, puedan desarrollarse en exceso en las personas debilitadas, como aquellas con VIH/SIDA o quienes estén tomando medicamentos para prevenir el rechazo de un órgano trasplantado. Rara vez, los lactobacilos han desencadenado enfermedades en las personas que tienen su sistema inmune débil. Pero, si estás en este grupo, consulta con tu médico.

El síndrome del intestino corto: Las personas con este padecimiento, podrían ser más susceptibles a desarrollar infecciones causadas por los lactobacilos.

Alergias: Los probióticos se deben usar con precaución en los bebés menores de seis meses, ya que pueden aumentar el riesgo de que desarrollen alergia a la leche de vaca.

Debes estar consciente de que los probióticos, al ser suplementos alimenticios, son regulados como alimentos y no como medicinas. Antes de comenzar a tomar probióticos, consulta con un profesional en salud y menciona todo lo que tomas.

Interacciones

Los probióticos pueden llegar a tener interacciones con algunos medicamentos y es importante tener precaución si tomas alguno de los siguientes

• Los antibióticos. Al ser utilizados para disminuir el número de bacterias dañinas en el cuerpo, también pueden reducir el número de bacterias benéficas. Al tomar antibióticos junto con los probióticos, como lactobacilos podrías reducir su eficacia. Para prevenir esta interacción toma los productos con lactobacilos por lo menos 2 horas antes o después de tomar el antibiótico.

• Los medicamentos que suprimen el sistema inmunológico (Inmunosupresores). Este tipo de medicamentos disminuyen la respuesta del sistema inmunológico y pueden aumentar las posibilidades de sufrir enfermedades debido a bacterias y levaduras. El tomar lactobacilos junto con medicamentos que debilitan el sistema inmunológico podría aumentar las probabilidades de que desarrolles una enfermedad.

Algunos de estos medicamentos incluyen azatioprina (Imuran), basiliximab (Simulect), ciclosporina (Neoral, Sandimmune), daclizumab (Zenapax), micofenalato (CellCept), tacrolimus (Prograf), sirolimus (Rapamune), prednisona (Deltasone, Orasone) y corticosteroides entre otros.

• Los medicamentos que afectan la sensibilidad a la insulina o al azúcar en sangre. Los lactobacilos pueden afectar la sensibilidad a la insulina, por lo que se debe tener precaución si se toman junto con este tipo de medicamentos. Las personas que tomen medicinas para la diabetes o que se inyecten insulina, deben estar monitoreados por un profesional.

Los lactobacilos también pueden llegar a interactuar con agentes para tratar la artritis, el asma, los problemas del corazón, así como con el alcohol y los antivirales.

Como otros suplementos, aunque se vendan sin receta, siempre es mejor consultar a tu médico antes de tomarlos.

 

Publicación original: 2015

Ultima revisión: 2017

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Imagen © iStock / Anna Quaglia

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