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Si no fuera por las glándulas salivales que permiten que la boca se te haga agua cuando vez un manjar delicioso, la digestión no sería tan fácil. En este articulo te contamos cuáles son los principales trastornos que las afectan y cuáles son los signos de alerta que debes tener en cuenta.

El cuerpo es como un perfecto sistema de engranajes en el que cada pieza es necesaria y cumple su función. Si piensas en la digestión, por ejemplo, ¿qué es lo primero que te viene a la cabeza? Posiblemente el estómago, ¿verdad? Pues claro, porque allí es donde los alimentos son procesados y se convierten en los nutrientes que necesita el cuerpo para poder funcionar y desarrollarse correctamente.

Sin embargo, el estómago no es el único órgano que interviene en la digestión, el proceso de digerir los alimentos comienza en la boca, en donde cada parte es esencial: los dientes, la lengua, las encías y hasta unas pequeñas glándulas que muchas veces hasta nos olvidamos que existen, pero que tienen una misión importante que cumplir.

Estamos hablando de las glándulas salivales que, como su nombre lo indica, son las encargadas de producir la saliva que ayudará a ablandar los alimentos para que sea más fácil masticarlos y tragarlos, para que pasen al estómago.

En cuanto a la digestión, la saliva produce enzimas como la ptialina que actúa sobre los almidones en los alimentos para que se conviertan en maltosa dextrina y la lipasa salival, que actúa sobre los triglicéridos en los alimentos para convertirlos en mono y di-glicéridos. Además, la saliva limpia la boca y contiene anticuerpos que pueden matar gérmenes.

Existen tres pares de glándulas salivales.  Las dos más grandes son las glándulas parótidas, que se ubican una en cada mejilla, en frente de los oídos. Luego están las glándulas sublinguales, que se ubican debajo del piso de la boca, y las glándulas sub-mandibulares, que se encuentran en la parte posterior de la boca, en ambos lados de la mandíbula.

La saliva llega a la boca desde las glándulas salivales por unas especies de puertas denominadas ductos o conductos, que se abren en varias partes de la boca. Cuando las glándulas se irritan o se inflaman, o se obstruyen por algún motivo, y la saliva no puede llegar correctamente a la boca, puedes tener los siguientes síntomas:

  • Molestia o dificultad para abrir la boca, o una disminución en la capacidad para abrirla.
  • Boca seca.
  • Sabor desagradable o anormal en la boca.
  • Dolor en la cara o en la boca.
  • Inflamación de la cara o del cuello, o inflamación (hinchazón) en frente de las orejas.

¿Por qué puede producirse esto? Los motivos son variados. En la mayoría de los casos se trata de infecciones que pueden ser causadas por virus o bacterias. También pueden formarse lo que se denominan sialolitos o cálculos en los conductos salivales, que son minerales cristalizados en los conductos que drenan las glándulas salivales.

En algunos casos, además, puede tratarse de la formación de un tumor que, como ocurre en otras partes del cuerpo, es la formación de células anormales que, en este caso, crecen en los conductos que drenan las glándulas salivales.

Si tienes alguno de los síntomas que nombro más arriba o crees que puedes tener algún problema relacionado con las glándulas salivales o salivares, no dejes de consultar con un especialista, que en estos casos puede ser un dentista o un médico clínico, según los síntomas que tengas, para que pueda evaluar si existe algún problema y determine cuál es el modo más apropiado de tratarlo.

Los problemas en las glándulas salivales se pueden tratar de diferentes maneras, dependiendo de lo que lo esté provocando el problema. Si es por una infección por ejemplo, puede ser necesario que tomes antibióticos, pero si se trata de cálculos o de un tumor, quizás necesites una cirugía.

Y como es imposible prevenir o evitar que estos problemas aparezcan, lo mejor es que, ni bien sientas algo extraño, lo consultes con un médico para que pueda orientarte y te ayude a encontrar una solución antes de que el problema se agrave.

 

Ultima revisión: 2017

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Imagen © iStock / Zeynep Ogan

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