Toda persona que alguna vez se ha despertado con un calambre en las piernas sabe lo doloroso que puede ser cuando un músculo se contrae repentinamente. Los calambres nocturnos normalmente ocurren en las pantorrillas, pero también pueden presentarse en los pies y en los muslos.
En la mayoría de los casos, los calambres nocturnos en las piernas no son nocivos y pueden aliviarse, e incluso prevenirse, con algunos estiramientos simples u otras medidas de autocuidado. No obstante, cuando ocurren con regularidad y ocasionan fuertes molestias, es preciso acudir al médico. Esto es particularmente cierto cuando los calambres de las piernas interfieren con el sueño o hay debilidad muscular, hinchazón, entumecimiento o dolor que no pasa o que continúa apareciendo.
A pesar de que el riesgo de sufrir calambres nocturnos en las piernas aumenta con la edad, generalmente es difícil precisar su causa. La verdad es que estos calambres a menudo se presentan sin ninguna razón.
Los calambres en las piernas pueden vincularse a la deshidratación, a permanecer sentado durante mucho tiempo, o a ingerir insuficiente cantidad de potasio, calcio o magnesio. De igual manera, algunos medicamentos también se relacionan con este problema, como los diuréticos, los betabloqueadores y los antihipertensivos.
A veces, estos calambres podrían relacionarse con una afección metabólica subyacente, como el hipotiroidismo (tiroides poco activa) o con una afección paratiroidea. La diabetes es otra enfermedad que altera el metabolismo y también puede provocar calambres musculares.
Los calambres nocturnos en las piernas a veces se confunden con el síndrome de las piernas inquietas, en el que una desagradable sensación similar a pulsaciones o tirones en las piernas conduce a un deseo incontrolable de mover las extremidades inferiores. Estos síntomas ocurren principalmente por la noche, o cuando la persona se encuentra en reposo. Sin embargo, el dolor muscular es menos común en el síndrome de las piernas inquietas que en los calambres nocturnos. El dolor debido a la hinchazón de las piernas por exceso de líquidos (edema) también se podría sentir como un calambre.
El dolor de los calambres en las piernas puede variar en intensidad y durar desde sólo pocos segundos a 15 minutos o más. Para obtener alivio, se frota suavemente el músculo contraído para ayudarlo a relajar, y estirarse también puede aminorar el espasmo. Cuando el calambre es en la pantorrilla, intente ponerse de pie y recargar el peso del cuerpo sobre la pierna en cuestión, doblando apenas la rodilla. Si el dolor es demasiado e impide que se ponga de pie, estire recta la pierna, flexionando el pie hacia arriba en dirección de la cabeza.
Aplicar calor o frío también puede ofrecerle alivio. Para relajar los músculos tensionados, aplique hielo o una compresa fría directamente sobre la zona del calambre. Podría también ayudarle a sentirse mejor aplicar calor con una toalla caliente o una almohadilla térmica, o tomar un baño o ducha caliente para disminuir el dolor y la sensibilidad muscular.
Si bien los calambres nocturnos en las piernas pueden tomar por sorpresa, es posible prevenirlos y las siguientes medidas pueden ayudarle.
Si las medidas de autocuidado no mantienen a raya a los calambres, los analgésicos, como el acetaminofén (Tylenol y otros) también podrían ayudarle.
Imágen © iStockphoto.com / Jan Otto
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