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En una tarde cualquiera, estás cómodamente sentada en tu sala a punto de saborear un café. De repente, te viene un calor interior muy intenso, la cabeza, el cuello y el pecho se enrojecen, ¡ahora estás sudando! Sí, posiblemente tengas más de cincuenta años y, de no tomar cartas en el asunto, por un par de meses hasta por siete años, los bochornos o calores serán cosa de todos los días… y noches. Quizá, un factor que te ayude a minimizar sus efectos sea dejar de consumir cafeína, entre otras estrategias para la menopausia.

Un estudio reciente realizado por la Clínica de la Salud de la Mujer de la Mayo Clinic en Rochester, Minnesota, publicado en la revista Menopause y que incluyó datos de 1,806 mujeres, relaciona el consumo de cafeína con el aumento de la frecuencia y la intensidad de los bochornos, reportó la doctora y directora de la clínica, Stephanie Faubion. De acuerdo con la publicación Science Daily, estos cambios súbitos de temperatura que incomodan, son los síntomas más frecuentes durante la menopausia. Le ocurren al 79 por ciento de las mujeres en la pre-menopausia o el climaterio (la antesala de la menopausia) y al 65 por ciento de mujeres posmenopáusicas.

Más que huir de este fenómeno natural —lo que resulta imposible, por cierto—, más vale cuidarse, darle la cara y cambiar algunos hábitos para que este cambio hormonal no se vuelva una pesadilla. Sí hay algunas modificaciones, no vamos a mentir; sin embargo, la realidad es que no todas las mujeres tienen síntomas severos; hay quien va diciéndole adiós a su edad reproductiva y dándole la bienvenida a la menopausia sin mayores sobresaltos.

¿Qué es la menopausia?

Pero, ¿qué es la menopausia exactamente? De manera muy breve la describimos y te proponemos algunos cambios sencillos en tu estilo de vida si andas rondando los 40, para que los 50 no te agarren desprevenida: una vida sana, dieta balanceada, ejercicio y el uso de ropa adecuada puede marcar la diferencia.

¿Qué síntomas se relacionan con esta etapa de la vida? Hay algunos que pueden manifestarse. Entre ellos están los siguientes:

La realidad es que la menopausia es un periodo ineludible de la vida. Se trata de una cita con nuestro destino. Así como pasamos por la pubertad en que se inicia la menstruación y la edad reproductiva, llega el día en que comienzan los primeros indicios de que la precisión del periodo se modifica y luego para, los 50 es la década clave. Si luego del año de ausencia del periodo (que marca la menopausia), viene alguna secreción (un sangrado) es necesario ir al médico para hacerse un chequeo porque eso no sería normal. Si cumples 60 y no has tenido ningún síntoma, no dejes de ir a una revisión de rutina.

La menopausia es un proceso complejo que ocurre debido a los cambios hormonales. Por describirlo de manera sencilla, los ovarios dejan de producir estrógenos y progesterona. Ambas hormonas son las responsables, entre otras funciones, de tener la capacidad de embarazarse. Lo que se llama edad reproductiva ocurre cuando estas hormonas se producen en nuestros ovarios cada mes.

¡Qué calor!

Si de repente te viene un calor intenso, es podrías formar parte de hasta el 75 por ciento de las mujeres que padecen bochornos durante la menopausia, que puede llegar a ser hasta dos veces al día o más seguido. Esto puede ser relevante, sobre todo cuando un estudio reciente publicado en la revista JAMA Internal Medicine, ha reportado que el promedio de tiempo que las mujeres pueden padecer bochornos es de siete años. El escenario más extendido en este estudio realizado en Wake Forest School of Medicine en Winston, Salem, en Carolina del Norte, fue de 11.8 años, y según los investigadores, las Afroamericanas fueron las que tuvieron el periodo de bochornos más prolongado (10.1 años), seguido por las hispanas con una duración de 8.9 años; curiosamente las Japonesas y las chinas fueron las que los tuvieron más cortos, de 4.8 y 5.4 años respectivamente; Mientras que las blancas en promedio tuvieron bochornos o calores por 6.5 años. Los bochornos o síntomas vasomotores se relacionaron con el estrés, la depresión, la ansiedad y menor escolaridad.

Cafeína, ¿aliado o enemigo?

Según el estudio de la Clínica Mayo mencionado previamente, el 85 por ciento de la población estadounidense consume bebidas con cafeína diariamente. Varios estudios previos habían hallado que la cafeína podía empeorar los síntomas de la menopausia (específicamente los bochornos o calores); este estudio se une a los anteriores y sugiere que limitar la cafeína podría ayudar a las mujeres que sufren de los molestos bochornos durante el día y los sudores por las noche. Aunque todavía se requieren más estudios.

Es decir, no hay resultados concluyentes que establezcan que la cafeína produce los bochornos. En todo caso, los avances en este terreno nos dan herramientas para ser introspectivas: ¿has notado si cuando tomas café te viene el bochorno de inmediato? Es decir, sin ser una regla rígida, es necesario poner atención para verificar si nuestro organismo responde a los factores positivos de la cafeína —y la volvemos nuestra aliada— o si nos estimula tanto que se vuelve nuestra enemiga.

Otro estudio publicado en línea en Menopause de la revista de The North American Menopause Society, encontró que un aliado alimenticio es la soya o soja, pero únicamente entre las mujeres que producen la molécula equol soya, mediante procesos metabólicos. De acuerdo con el reporte de la Sociedad Norteamericana de Menopausia hay entre 20 y 50 por ciento de mujeres estadounidenses y europeas que lo producen de manera natural. Para ellas, que la soya que consumen ayuda a disminuir los bochornos, lo cual es una muy buena noticia. Por otro lado, para las mujeres que no producen equol, no hace ninguna diferencia cuánta soya consumen….no les ayuda con los bochornos. Si quieres probar si te sirve, incorpora alimentos con soya durante 4 a 6 semanas. Si no mejoran tus bochornos, no te van a mejorar.

Factores que promueven el bochorno

Si bien la genética juega un papel relevante entre quienes padecen bochornos: por ejemplo, las afroamericanas son más propensas que las japonesas, las chinas y las europeas. Lo cierto es que hay factores que pueden funcionar como desencadenantes para empeorar el efecto desagradable de los bochornos. Algunos de ellos son los siguientes:

Mantén los bochornos a raya

  • En cuanto comiences a notar irregularidades en tu ciclo menstrual, comienza un diario. En él registra lo que comes y tras cuatro o cinco semanas nota qué desencadena tus bochornos. ¿Serán los condimentos, los picantes, las sopas, los caldos? Es fundamental que te vuelvas perceptiva y lo anotes todo. Tu médico valorará mucho que le proporciones la información precisa.
  • Anota los medicamentos, vitaminas, suplementos y cualquier tratamiento (incluso hierbas, homeopatía, etcétera) que tomes de manera regular. Incluye las dosis y la frecuencia con que lo tomas.
  • Como varios estudios han relacionado el consumo de tabaco, cafeína y alcohol como desencadenantes (aunque no es definitivo), considera reducirlos o evitarlos. Si los consumes, anótalos en tu diario para que reconozcas cómo reaccionas a ellos.
  • Una vez que sabes que los bochornos forman parte de tu vida, asúmelo: cambia tu manera de vestir, de forma que puedas irte quitando lo que te acalora por capas: el abrigo, el suéter, el chaleco, la blusa de manga larga, la playera de tirantes… La idea es que tengas opciones para ventilarte.
  • Para las noches ten a la mano almohadas de refrigeración, ventiladores y también procura que tu pijama sea ligera y con varias capas de ropa. Dormir bien es fundamental para mantener tu calidad de vida y que no afecte tu rendimiento.
  • Lo que se recomienda como terapias alternativas para bajar el estrés te beneficiará: practicar yoga, Tai Chi, meditación, acupuntura, masajes, etcétera. Aquello que ayuda a la respiración, ¡te aliviará! Lo que le da espacio psicológico, también. El efecto placebo ha sido un elemento en los estudios realizados, por lo que mantener una actitud positiva te ayudará.
  • Procura conservar tu peso en un rango saludable.
  • Mantente activa.
  • Relájate.
  • Haz ejercicio aeróbico (cardiovascular: como caminar, montar bicicleta, nadar, etc.): además de quemar grasa producirás serotonina, la hormona de la felicidad. Seguro contrarrestará aquello que te produce confusión y desazón durante este tránsito de la menopausia.
  • Si de plano los bochornos no ceden y se convierten en tu pesadilla, acude a tu médico y revisen juntos —apoyados con las observaciones de tu diario y tus antecedentes médicos— si una terapia hormonal es adecuada para ti. Pregúntale sobre los tipos de hormonas, incluyendo las hormonas bioidénticas. También existen medicamentos sin hormonas que alivian algunos síntomas. Consulta con tu médico otras alternativas.

Recuerda que así como la pubertad, la menopausia no es una enfermedad, es una condición normal en la vida de la mujer pero, si los calores o bochornos te causan demasiadas molestias, existen tratamientos.

 

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