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Modera el consumo y busca cortes bajos en grasa

Un estudio de Harvard relacionó el consumo de carnes rojas y procesadas con un mayor riesgo de morir por cáncer o problemas del corazón. De ese modo, el cáncer se sumó a la lista de enfermedades asociadas al consumo de grasas. Entérate de más detalles y cómo elegir los productos más apropiados, para seguir disfrutando de tus platillos favoritos pero haciéndolos más sanos.

El debate entre los partidarios de la carne y los vegetarianos continúa abierto, aunque ambos extremos pueden ser perjudiciales para la salud. Por ejemplo, si decides seguir una dieta sin productos animales debes asegurarte de que sea variada y de que te aporte los nutrientes necesarios que tu cuerpo necesita. En algunos casos, es prudente que te asesores con un nutricionista calificado hasta que aprendas a seleccionar y a combinar los alimentos.

En el lado opuesto, quienes se permiten comer de todo muchas veces tienden a olvidarse que ese todo incluye frutas y verduras y las ponen en un segundo lugar luego de la carne y otros productos animales, cuando en verdad deberían ocupar la porción principal de tu plato (¿recuerdas las nuevas sugerencias del gobierno de los Estados Unidos para el estándar nutricional?).

Asimismo, es sabido que el consumo excesivo de grasas (como las que tienen la carne y otros productos de origen animal) no sólo se asocia con la obesidad sino también con otras condiciones de salud como el colesterol alto y los problemas cardiovasculares (que incluyen el corazón y todo el sistema circulatorio). Y eso no es todo, el consumo de carnes procesadas también se ha vinculado con un mayor riesgo de desarrollar diabetes tipo 2 y el de carnes rojas, con más posibilidades de desarrollar cáncer. Ahora, un estudio nuevo reafirma esta hipótesis.

Un grupo de investigadores de Harvard evaluó los datos de dos estudios que involucraron a más de 121 mil hombres y mujeres que respondieron a unos cuestionarios sobre su salud y su dieta, entre 1980 y 2006. ¿Que hallaron? Según los resultados, que fueron publicados en línea en Archives of Internal Medicine, cuantas más carnes rojas se consumen más son las posibilidades de morir a causa de cáncer o enfermedades del corazón.

En detalle, cada aumento diario de tres onzas (85 gramos) de carne se asoció con un 12 por ciento más de riesgo de morir de cáncer o de enfermedad del corazón. Y el riesgo era mayor cuando se trataba de carnes procesadas, como el jamón. Además, los científicos detectaron que las personas que comían mas carnes rojas eran menos activas, tendían a fumar más y a tener un índice de masa corporal (IMC) mayor.

¿Significa esto que debes dejar de comer carne y volverte vegetariano? No necesariamente. Las carnes son una fuente importante de proteínas y otros nutrientes (incluso hay estudios que cuestionan las acusaciones en contra de ella). Por eso, el consejo es que prestes atención a la cantidad y a la calidad del producto que consumes: elige los cortes que sean más magros, es decir, aquéllos que tienen menos grasas, come porciones pequeñas y acompáñalas con bastantes vegetales y granos integrales.

Si no sabes cómo seleccionar lo que comes y vives en Estados Unidos tienes una ventaja, ya que según las normas del Departamento de Agricultura, todos los productos molidos o trozados, así como 40 de los principales cortes de las carnes (incluidas las aves de corral) deben tener una etiqueta en la que figuren la información nutricional (como calorías, colesterol, fibra dietética, azúcar, vitaminas, calcio y hierro) y el porcentaje de grasa que contienen.

Aprende a leer las etiquetas de los productos. Con esa información puedes tomar decisiones más inteligentes y elegir el que prefieres. Por ejemplo, si debes seguir una dieta baja en sal podrás seleccionar los que tienen menos sodio y si lo que quieres es disminuir el consumo de grasas, entonces también podrás saber cuales son los que contienen menos.

Si en tu país o en el área en donde vives no tienes esa facilidad, no te preocupes, en general quienes venden carne o productos de granja conocen los cortes y sabrán decirte cuáles contienen menos grasas. Si no consigues el dato, consulta con un nutricionista calificado que pueda asesorarte no sólo a elegir entre las distintas carnes sino también cómo combinarlas con otros alimentos, para que tu dieta sea sabrosa, variada y saludable.

 

Imagen © iStock / Oktay Ortakcioglu

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