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Ya está aquí la primavera (en el hemisferio norte), y junto con las flores y los brotes en los árboles, llegan la tos, la falta de aire y los silbidos al respirar, propios del asma. No en balde la Fundación de Asma y Alergia de Estados Unidos (Asthma and Allergy Foundation of America ) ha declarado a mayo como el Mes de Concientización sobre el Asma y las Alergias. Si tú o algún familiar padecen de esta enfermedad, entérate de cómo puedes prevenirla y controlarla. Porque el asma no se cura, pero sí hay medios de controlarla eficazmente.

La Asociación Americana del Pulmón también coincide en que mayo es un buen mes para aprender acerca del asma y de los cuidados que requieren los pacientes. Más de 25 millones de personas (siete millones de ellos niños) viven con esta enfermedad en los Estados Unidos solamente. Y casi la mitad (11 millones) sufren de ataques que pudieran prevenirse. La prevención es precisamente en lo que hace énfasis el CDC’s National Asthma Control Program (Programa de Control del Asma de los Centros para el Control de Enfermedades). Lo más importante de todo es enseñarle a las personas con asma y a sus familias cómo manejar la enfermedad y de esta forma prevenir los ataques.

¿Qué es el asma?

Se trata de una enfermedad crónica de los pulmones, que afecta las vías respiratorias. Las vías respiratorias incluyen a los tubos que conducen el aire que entra a los pulmones y sale de ellos llamados bronquios. Si padeces de asma, tus vías respiratorias son más sensibles a algunas sustancias que pueden ser irritantes o actuar como alérgenos (una sustancia que causa alergia porque el sistema inmunológico piensa que es algo “extraño” o que ataca al cuerpo). La exposición a esas sustancias u otras causas que puedan desencadenar el ataque de asma, causan una reacción en los bronquios haciendo que las paredes internas de estos tubos se inflamen, se estrechen, y aumenten la producción de mucosidad y los pulmones reciben menos aire. Los signos y los síntomas más frecuentes del asma incluyen: dificultad para respirar, silbidos y tos, también puede haber sensación de presión en el pecho. El asma puede afectar a las personas de cualquier edad, pero casi siempre comienza en la infancia.

Si esos síntomas se vuelven muy intensos, se dice que hay un ataque o una crisis de asma. Los ataques de asma deben tratarse enseguida para que no se agraven. Si el ataque de asma es muy severo y no se atiende a tiempo, las vías respiratorias se estrechan aun más.

No todas las personas con asma tienen todos los síntomas, ni la presencia de los síntomas indica necesariamente que se padece de asma. Sólo los exámenes médicos pueden determinarlo con seguridad. En algunos casos, los síntomas son muy leves y no pasan de ser una simple incomodidad. En otros son tan intensos, que dificultan las actividades normales de la vida diaria. En casos extremos, pueden ser mortales. De ahí la importancia de tratarlos en cuanto se presenten.

¿Cuáles son las causas del asma?

Casi todas las personas que padecen de asma también tienen alergias. Aunque las causas no se conocen con exactitud, los científicos creen que se debe a la interacción de ciertos factores genéticos y ambientales. Estos factores son:

  • Tendencia hereditaria a las alergias.
  • Presencia de asma en el padre o la madre.
  • Ciertas infecciones respiratorias durante la infancia.
  • Contacto con alérgenos o infecciones virales en los primeros meses o años de vida, cuando el sistema inmunológico está todavía en desarrollo.

Es muy importante tener en cuenta los factores que pueden desencadenar el asma y cómo prevenirlos. Entre estos se encuentran:

  • El humo del tabaco, incluso el llamado “de segunda mano”. Deja de fumar, busca si es preciso ayuda médica, y no dejes que nadie fume en tu casa ni en tu auto.
  • Las mascotas. Lo ideal es mantenerlas fuera de la casa si alguien de la familia padece de asma. Si eso no es posible, no dejes que entren en la habitación del enfermo, y pasa la aspiradora a menudo por el piso y los muebles para eliminar el pelo y las partículas de piel.
  • Los ácaros del polvo. Son insectos minúsculos que se encuentra en colchones, fundas de almohadas, ropa, cubrecamas y en general artículos de tela. Para ayudar a eliminarlos, envuelve los colchones y las fundas en cubiertas especiales a prueba de polvo; lava la ropa de cama semanalmente con agua caliente; si es posible, no uses alfombras en la casa; no coloques en las camas juguetes con relleno, o lávalos semanalmente con agua caliente o templada.
  • Cucarachas. Muchas personas son alérgicas a las cucarachas y a otros insectos o a sus excrementos. Para evitarlas en tu casa, no dejes ningún alimento afuera. Guarda todo los alimentos en envases cerrados. Mantén la casa limpia.  Usa polvos, gels o ácido bórico para eliminarlas. Si tienes que usar insecticidas, no dejes que la persona afectada entre en la habitación hasta que el olor desaparezca.
  • Moho en el interior de la casa. Repara los grifos que gotean o cualquier gotera de agua en general. Y limpia las superficies cubiertas de moho con un producto con blanqueador (de preferencia evita que salga el moho). Si vives en un clima cálido y húmedo, tal vez debas usar aire acondicionado o un deshumidificador.
  • Moho exterior y polen. Durante la estación propicia a las alergias, permanece si te es posible de puertas adentro desde las últimas horas de la mañana hasta la tarde.
  • Olores fuertes y atomizadores. Evita la laca (spray) para el cabello, los perfumes, las pinturas y cualquier producto de olor intenso.
  • La contaminación del aire. Préstale atención a la calidad del aire, y evita las actividades en exteriores (fuera de la casa) si está muy contaminado.
  • La actividad física extenuante. Pero como el ejercicio es importante para mantener la salud, debes consultar con tu médico sobre qué actividades puedes realizar.
  • Algunas medicinas, algunas personas con asma deben evitar algunas medicinas como la aspirina y otros antiinflamatorios no esteroides.
  • Algunos alimentos y aditivos que se les añaden a los alimentos pueden desencadenar el asma en algunas personas.
  • Estados emocionales intensos, en algunas personas pueden desencadenar los ataques  de asma mismos o hiperventilación seguidos por los ataques de asma.
  • Algunas infecciones de las vías respiratorias, como los resfriados o catarros, la influenza (el flu), la bronquitis y la sinusitis puedes desencadenar los ataques de asma.

Control y tratamiento del asma.

Como el asma no tiene cura, el objetivo del tratamiento es principalmente controlarla. Eso significa prevenir los síntomas crónicos y molestos, como la tos y la dificultad para respirar. También ayudar a un buen funcionamiento de los pulmones, de modo que mantengan su actividad normal y no interrumpan el sueño. Otra cosa importante es prevenir los ataques de asma, que pueden requerir que vayas a una sala de emergencia y hasta hospitalización. Los especialistas en el tratamiento del asma son los especialistas del pulmón (neumólogos) o los especialistas en alergias (alergólogos).

Si sigues el tratamiento médico adecuado, que incluye tus medicamentos, chequeos físicos regulares y seguir al pie de la letra las indicaciones de tu doctor, así como tomar medidas preventivas, lo más probable es que no tengas síntomas de asma, o los tengas muy leves, y puedas llevar una vida completamente normal.

Imagen © iStockphoto.com / Zoran Milic

 

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