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Las frutas y las verduras son parte fundamental de una dieta saludable y es bueno que las consumas en abundancia, pero conviene que sepas que si no reduces el número de calorías que ingieres a diario y haces más ejercicio, ellas por sí solas no son suficientes para que la balanza se incline a tu favor. 

En cualquier dieta saludable se recomienda comer frutas y verduras, no sólo por su gran valor nutritivo, sino además como estrategia para reducir el peso. Pero un estudio reciente sugiere que el consumo de frutas y verduras por sí solo no ayuda a que pierdas peso

En este reporte, publicado en la revista American Journal of Clinical Nutrition, participaron 1,200 personas. En él se revisaron los datos de más de siete estudios anteriores, que analizaban la relación entre un mayor consumo de frutas y verduras y la pérdida de peso.

Según Kathryn Kaiser, profesora de la Universidad de Alabama, los estudios, en general, mostraban que apenas había relación entre las frutas y las verduras y el adelgazamiento. Según ella, el comer más cantidad de frutas y verduras no es un método efectivo para bajar de peso ya que simplemente agregarlas a la dieta no es suficiente.

Muchas personas piensan que sustituir los alimentos poco sanos por frutas y verduras es un mecanismo para adelgazar automáticamente. Pero eso solo no basta. A pesar de los beneficios que proporcionan al organismo, si quieres bajar de peso, lo importante no es comer más frutas y verduras, sino reducir el número de calorías. También es importante que realices suficiente actividad física.

Así que ya sabes: debes controlar las calorías y moverte más.  Para lograr tu peso ideal aquí te  damos algunas pautas que pueden ayudarte durante el proceso:

• Sé realista. Fíjate metas que puedas cumplir. Si te fijas una meta demasiado alta, probablemente no puedas cumplirla, y pronto te desilusionarías.

• No te saltes el desayuno. Te da energía para el día, y evita que estés “muerta (o) de hambre” (y comas más de la cuenta) a la hora del almuerzo.

• Empieza por la ensalada. Si comes ensalada o vegetales como primer plato, tiendes a comer más cantidad, y tendrás menos apetito cuando lleguen los platos más pesados y que más engordan.

• Suprime los bocadillos antes de acostarte. Tu metabolismo se hace más lento cuando duermes. Trata de no comer nada cuando falten unas tres horas para irte a dormir.

• Evita las sodas y las bebidas azucaradas. No sólo engordan, sino que tienen poco valor alimenticio.  Sustitúyelas por agua a la que puedes variar el sabor agregando jugo (zumo) de limón, rodajas de pepino o naranjas.

• No vayas al supermercado con hambre. Todo te podría parecer tentador y podrías terminar comprando cosas que no debes comer. Lo mejor: ve con el estómago lleno y lleva contigo una lista con las cosas que realmente necesitas.

• Haz ejercicios con regularidad.  El ejercicio es parte indispensable de la ecuación si deseas perder peso.  Una combinación entre ejercicios de tipo aeróbico y de pesas, te permite quemar calorías y tonificar los músculos.  Procura realizarlos por lo menos tres veces a la semana. Idealmente todos los días.

• Duerme suficiente. Se recomienda de siete a ocho horas diariamente para la mayoría de los adultos. Si no duermes suficiente, tendrás más apetito, lo que contribuirá a que comas más… y aumentes de peso.

• Programa un día de “vacaciones de la dieta”. Ese día puedes comer (con moderación) lo que quieras. Así no te sentirás demasiado restringida(o) en tus opciones y el resto de la semana se te hará más llevadero.

A la hora de lograr y mantener el peso ideal, no basta con comer más frutas y verduras.  Debes  llevar una dieta sana, balanceada y variada, que controle la cantidad de calorías que ingieres, y debes de combinarla con actividad física. Y es importante que hagas cambios en tu estilo de vida para que mantengas tu nuevo peso.

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Imagen: ©Shutterstock / Nok Lek

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