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Dilatar la pupila es un procedimiento que siguen los oftalmólogos para poder ver claramente el fondo del ojo y así hacer un diagnóstico acertado de varias afecciones. Aquí te cuento de qué se trata y por qué se necesita dilatar la pupila.

Para muchas personas que tienen problemas en los ojos, el procedimiento de dilatar la pupila se vuelve algo muy familiar. Quizás tú, aunque no tengas ningún problema en los ojos, hayas pasado por algún examen en el que fue necesario que te dilataran la pupila aplicándote unas gotas en los ojos. O simplemente habrás escuchado que es algo que se hace comúnmente para examinar los ojos.

Para empezar, es bueno recordar que la pupila es un orificio ubicado en el centro del iris (que es lo que le da el color al ojo: café o marrón, azul, verde, etc.). Es de color negro y es la que permite la entrada de luz al globo ocular. Es una abertura que se dilata y contrae para regular la cantidad de luz que llega a la retina, ubicada en la parte posterior de tu ojo.

La pupila, comúnmente conocida como “la niña del ojo” hace las veces de obturador y diafragma de una máquina fotográfica, pues se ajusta a la cantidad de luz que hay en el ambiente para así regular la entrada de ésta a la “cámara oscura”. También se modifica cuando miramos objetos cercanos para poder enfocar mejor la imagen.

Cuando el oftalmólogo (el médico especializado en los ojos) sospecha que puedes estar sufriendo de alguna afección del ojo o simplemente desea hacer un examen detallado, dilata la pupila para poder examinar con precisión el fondo del ojo.

Para hacerlo, utiliza gotas oftálmicas (utilizando un fármaco) y luego observa con un oftalmoscopio (que es un instrumento que tiene una fuente de luz y un juego de lentes). De esa manera puede ver detalladamente a la retina con todos sus capilares, así como al punto de entrada del nervio óptico y la mácula, también conocida como mancha amarilla (punto de máxima visión).

La dilatación de pupila es efectiva para diagnosticar las siguientes condiciones del ojo:

Como ves, la dilatación de la pupila también permite diagnosticar o evaluar lesiones de otros órganos u otras condiciones como presión arterial alta y diabetes (si hay obstrucción de los vasos sanguíneos de la retina), y hasta presión intracraneal alta si se observa alguna hernia sobre el nervio ocular.

Para dilatar la pupila, el oftalmólogo aplica unas gotas en los ojos que actúan en 15 a 30 minutos. Una vez que la pupila está completamente dilatada, puede iniciar el examen.

Cuando termina el examen, como la pupila se mantiene dilatada por varias horas, se deben de tomar ciertas cosas en cuenta. Debido a que la dilatación aumenta la sensibilidad al deslumbramiento y produce visión borrosa (especialmente de cerca), no se recomienda que conduzcas un vehículo hasta que pase el efecto de las gotas y las pupilas vuelvan a su normalidad. Y aunque te puedes orientar en el espacio sin problemas, la dilatación también te puede ocasionar problemas para leer.

Lo mejor es que luego del examen te vayas a tu casa y descanses hasta que la pupila pueda contraerse de nuevo.

 

Imagen © Thinkstock / Johanna Goodyear

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