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Los problemas de los riñones son una complicación de la diabetes tipo 2

Cuando la diabetes tipo 2 no se controla puede provocar diferentes complicaciones. Una de ellas es el daño a los riñones, que pueden dejar de funcionar correctamente o incluso, dejar de funcionar. En estos casos, es necesario hacer algunas modificaciones en la dieta. Aquí te contamos qué alimentos son mejores cuando hay insuficiencia renal o falla renal y cuáles te conviene evitar.

Una de las complicaciones de la diabetes, especialmente cuando no se ha controlado, es  lo que se conoce como insuficiencia renal o falla renal, que se produce cuando los riñones no funcionan correctamente o dejan de funcionar por completo. Los riñones son los órganos que filtran y purifican la sangre (es decir, la mantienen equilibrada químicamente): cada día, estos órganos procesan alrededor de 190 litros de sangre para eliminar alrededor de 2 litros de productos de desecho y el exceso de agua, que el cuerpo pierde al orinar. Si esto no ocurriera, los desechos se acumularían en la sangre y dañarían al cuerpo.

La elevación en los niveles de azúcar en la sangre característicos de la diabetes pueden dañar los vasos sanguíneos de todo el cuerpo, incluyendo los de los riñones, que son los que les permiten filtrar y funcionar correctamente. A esto se le llama nefropatía diabética. Además, la diabetes puede causar daños en los nervios (neuropatía diabética), que son los que trasportan mensajes entre el cerebro y otros órganos, como la vejiga. Si los nervios de la vejiga están dañados, es posible que no reconozca cuándo está llena, y la presión de la vejiga llena igualmente puede dañar los riñones.

Desde luego que el daño a los riñones puede ser diferente en diferentes personas. Hay 5 etapas de daño renal que se calculan de acuerdo a la tasa de filtración glomerular. Esta mide la función de los riñones estimando cuánta sangre pasa por los pequeños filtros del riñón que se llaman glomérulos cada minuto y se obtiene a través de una fórmula. La fórmula, a su vez, se calcula de un examen de sangre y de orina. Entre mayor sea el daño a los riñones, las restricciones en la dieta tienden a ser mayores.

Ahora bien, las personas con diabetes deben tener ciertos cuidados con la dieta que llevan, al igual que quienes tienen problemas renales. Si la persona tiene ambas afecciones, entonces deberá seguir un plan alimenticio que responda a ambas condiciones, algo que puede parecer complicado al principio, aunque sólo es cuestión de recordar cuáles son los alimentos más apropiados y cómo combinarlos. Por ejemplo, los diabéticos deben limitar su consumo de carbohidratos y elegir los de índice glicémico bajo, mientras que quienes tienen problemas renales no necesitan eliminarlos, quizá deban evitar los que tengan alto contenido en potasio y en fósforo, dependiendo del grado de funcionamiento de sus riñones. En cuanto al potasio, si está muy alto o muy bajo en la sangre puede ser peligroso y puede causar arritmias (latidos irregulares), por ejemplo.

Por otro lado, si los riñones no pueden eliminar el exceso de fósforo y se eleva, esto hace que el calcio de los huesos pase a la sangre y que los huesos se debiliten. El calcio es importante para los tener huesos fuertes. Pero no es cuestión de comer alimentos con alto contenido en calcio, hay que tener precaución, porque frecuentemente éstos tienen un alto contenido en fósforo.

Para cuidar el funcionamiento de los riñones, es importante llevar una dieta baja en sodio (sal). El exceso de sal (que se encuentra en una gran cantidad de alimentos y por eso es importante leer las etiquetas) puede contribuir a la retención de líquidos, a la inflamación (hinchazón) y a la presión alta.

Las proteínas son muy importantes para muchas de las funciones del cuerpo y para la formación de los músculos, pero, cuando los riñones no funcionan bien, dependiendo del daño que tienen, a veces es importante limitar la cantidad de proteínas. Tu médico y/o un dietista registrado es la persona indicada para decirte cuántas proteínas y cuáles son las mejores en tu caso en particular.

Entonces, he aquí el dilema: los carbohidratos se encuentran en muchas comidas, como panes, pastas, dulces, tortas (pasteles), lácteos y frutas. Una persona con diabetes debe elegir los productos integrales (como pan y arroz) pero estos tienen más minerales que los refinados, que son mejores para quienes tienen problemas en los riñones. La solución es evitar los cereales integrales pero comer menos cantidad de los refinados, y agregar un poco más de ejercicios.

Del mismo modo, algunos vegetales permitidos para los diabéticos no entran dentro de la lista de las comidas de las personas con problemas renales. Si ese es tu caso, debes evitar las frutas tropicales, las naranjas, los pomelos (toronjas), la espinaca, el tomate y el zapallo (la calabaza), pues todos ellos contienen fósforo y potasio. A pesar de esto, es importante que consuman alimentos con alto contenido en fibra para evitar el estreñimiento, que es común en las personas con insuficiencia renal. Para ello, siempre son mejores los productos frescos en vez de los procesados, que en general, contienen más sodio.

En cuanto a las proteínas, quienes tienen problemas renales frecuentemente deben limitar su consumo más que las personas que sólo tienen diabetes. La restricción dependerá de la etapa del daño renal. Lo que sucede es que en los casos más avanzados, es difícil que se eliminen los productos del metabolismo de las proteínas ya que éstos no se pueden filtrar cuando la sangre pasa por los riñones, lo que hace que se acumulen unas sustancias nitrogenadas en la sangre que causan efectos tóxicos. Por eso, quienes sufran enfermedades renales más avanzadas deberán elegir cortes de carne magra o con poca grasa, aves, pescados y huevos. Los lácteos, por su parte, deben limitarse por su contenido de fósforo.

Asimismo, deben evitar las carnes procesadas (como los encurtidos y los cortes disponibles en las salchichonerías) y limitar el consumo de cortes grasos, quesos, nueces y legumbres secas. En cuanto a las cantidades, nuevamente, tu médico o un dietista registrado te puede asesorar en tu caso particular.

Ahora, como todo esto puede reducir significativamente la cantidad de calorías en tu dieta, en muchas ocasiones te sugerirán agregar grasas de las que se consideran saludables, que incluyen: el aceite de oliva y canola, la mayonesa baja en grasa y los lácteos y quesos descremados (éstos últimos teniendo precaución con el contenido en fósforo).

Por último, en los casos de falla renal avanzada, probablemente te mencionen que tengas que prestar atención a la cantidad de líquidos, pero antes (aunque no tengas que limitar la cantidad), tendrás que prestar atención al tipo de líquidos. Los diabéticos tienen permitido tomar sodas sin azúcar pero quienes tienen problemas renales deben evitarlas, especialmente las colas de color oscuro, que contienen ácido fosfórico. También, hay que evitar el alcohol y en especial la cerveza. Y cuando llegue el momento de controlar la cantidad de líquidos, recuerda de considerar también las sopas, las gelatinas y hasta el hielo que consumes.

Tanta información puede ser abrumadora pero con el tiempo, verás que no es tan difícil.

A continuación te damos un ejemplo de un plan de alimentos para una dieta de 2,400 calorías, con sólo 50 gramos de proteínas, apropiada para una persona diabética con problemas renales para quien en su etapa de funcionamiento renal y de acuerdo a sus actividades, sería adecuada.

  • Desayuno: 2 rodajas de pan o tostadas o un panecillo con margarina, 1 porción de fruta baja en potasio y fósforo, como pera o manzana, y 1 taza de café o té con crema no láctea.
  • Almuerzo: un sándwich preparado con 2 onzas de pollo y mayonesa, lechuga y tomate, acompañado con ensalada.
  • Cena: una porción de 2 onzas de carne acompañada de dos porciones de vegetales y cuatro porciones de carbohidratos, que pueden ser una pequeña batata (camote) horneada y un panecillo con margarina, otra porción de fruta y un pequeño vaso de soda sin azúcar.

Los bocadillos entre comidas pueden ser vegetales, frutas, batidos sin lácteos, gelatinas y helados descremados.

Ahora ya tienes una idea de algunos de los alimentos que se deben evitar o limitar cuando los riñones no funcionan bien.  Pero, la restricción varía mucho dependiendo de la severidad del problema renal y en que etapa te encuentras. Cuando se tiene diabetes lo ideal es tener un equipo de salud que incluya a un(a) dietista registrado(a) calificado(a) que te asesore. Esto se vuelve indispensable cuando además empiezas a tener problemas de funcionamiento renal, especialmente en los casos de falla renal avanzada ya que la dieta es una parte muy importante de tu tratamiento. La mayoría de los seguros médicos cubren las visitas con un dietista registrado en los casos de diabetes y de diabetes con problemas de los riñones en la mayoría de los países.

 

Imagen © iStock / HYWARDS

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