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Si bien hay muchos estudios que se han centrado en el efecto de ciertos alimentos en la salud en general, se han hecho pocas investigaciones en relación a cómo la comida afecta la salud mental y la capacidad cognitiva. Estudios recientes sugieren que algunos alimentos podrían perjudicar la salud del cerebro.

Los alimentos sin duda alguna tienen la capacidad de ayudar y de dañar. Una buena alimentación es, en gran parte, la clave para la buena salud. Comer sanamente en estos tiempos, sin embargo, es un reto. La abundancia de carbohidratos, grasas perjudiciales y alimentos procesados en general, son responsables de muchos problemas de salud.

Si bien se ha comprobado que los cambios en la dieta afectan positivamente en la salud en general, hasta ahora se habían hecho pocos estudios acerca de la relación entre la alimentación y la salud mental.

¿Puede ser que cambiar tu forma de comer sea parte del antídoto para la depresión? ¿Qué la eliminación de ciertos alimentos podría ser la clave para que no se desarrollen enfermedades como el Alzheimer o que se retrase su desarrollo? Es una de las posibilidades.

Aunque muchos estudios han encontrado que existe una conexión, más no una relación causal entre la dieta y la salud mental y los problemas cognitivos, varios especialistas reportan una mejoría en la salud mental de sus pacientes al ajustar ciertos aspectos de su dieta y al eliminar algunos de los alimentos más reconocidos por causar desequilibrio como el azúcar, ciertos carbohidratos (los refinados) y algunos tipos de grasa.

De hecho, algunos psiquiatras reconocen la importancia de observar la dieta de quienes sufren de alguna enfermedad mental.  Incluso, han dicho, que si existen deficiencias en cuanto a ciertos nutrientes, es posible que ciertos medicamentos para tratar algunas enfermedades mentales, no sean tan efectivos.

En concreto ¿Cómo afectan ciertos alimentos la salud mental y cognitiva? Esto es lo que han enseñado algunos estudios recientes:

  • Comida chatarra: en varios estudios realizados en diferentes países del mundo, como Australia y Noruega, se ha demostrado que el consumo de comida chatarra (azúcares refinados, soda, pizza, comida rápida) está estrechamente relacionado con problemas cognitivos y otros como hiperactividad, agresividad y ansiedad. Además, se ha comprobado que una dieta alta en grasas saturadas y azúcares refinados tiene un efecto negativo en las proteínas del cerebro que se sabe juegan un papel importante en la depresión. Quiero mencionar que aunque hay un consenso entre los científicos de que el consumo de azúcares refinados no es saludable y hay más de una razón por la cual no se recomiendan, la relación entre la hiperactividad y el consumo de los mismos aún es controversial, ya que hay varios estudios que no han documentado esta relación.
  • Grasas trans: al igual que sus efectos negativos sobre la salud cardiovascular, las grasas trans también son perjudiciales para la salud mental. Varios estudios en España encontraron una asociación entre el consumo de este tipo de grasas y la depresión. Así mismo, otro estudio realizado entre 6,183 mujeres encontró que entre más alto el contenido de grasas saturadas, peor era el desempeño en su memoria verbal y cognitiva. Además, ese mismo estudió encontró que una dieta alta en grasas estaba relacionado con la demencia y el desarrollo del Alzheimer ya que interfería en el proceso de eliminación del amiloide, que es la proteína que se asocia a estas enfermedades.

Sin embargo, los expertos están de acuerdo en que si bien está comprobado que ciertos alimentos afectan el estado de ánimo y la capacidad cognitiva, no hay que enfocarse en cuáles alimentos comer y cuáles no, sino en la dieta en su totalidad. Esto se debe a que la forma en que los componentes de nuestra dieta interactúan en el cuerpo para beneficiarlo o perjudicarlo, es muy compleja.

Pero en general todos están de acuerdo en que si hay que enfocarse en uno o dos elementos que deberíamos de eliminar de la dieta, estos serían los carbohidratos refinados (granos refinados y azúcar añadida) así como las grasas saturadas. Las dietas con alto contenido de azúcar producen inflamación y oxidación, dos factores ideales para que se desarrollen enfermedades mentales.

El Physicians Committee for Responsible Medicine (o el Comité de Médicos para una Medicina Responsable), ha emitido una serie de pautas dietéticas recomendadas para reducir el riesgo de desarrollar Alzheimer que todos debemos considerar y convertir en hábitos de vida. Estas recomendaciones son:

  1. Reducir a un mínimo el consumo de grasas saturadas y grasas trans.
  2. Los vegetales y legumbres, frutas y granos integrales deben ser los componentes básicos de la dieta.
  3. Una onza (el equivalente a un puñado pequeño) de nueces o semillas aporta a la dieta diaria una cantidad saludable de vitamina E.
  4. La dieta de los adultos debe incluir por lo menos 2.4 μg (microgramos) de vitamina B12 al día, ya sea que provenga de alimentos enriquecidos o de un suplemento.
  5. Tomar multivitaminas que no contengan ni hierro ni cobre. Los suplementos de hierro deben tomarse solamente por indicación del médico.
  6. Evitar en lo posible el uso de utensilios de cocina de aluminio, así como de antiácidos, polvos de hornear y otros productos que agreguen aluminio a la dieta.
  7. Realizar ejercicios aeróbicos tres veces a la semana, equivalentes a una caminata vigorosa de 40 minutos.

Ahora ya tienes una idea más clara de lo que debes eliminar de tu cocina y de tu mesa para proteger tu salud mental y las recomendaciones precisas de lo que sí debes hacer a diario para disfrutar toda tu vida de una mente clara y sana.  ¡Ponlas en práctica!

 

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