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Las hernias, en general, son bastante frecuentes en los pequeños. Algunos, en especial los varones, pueden nacer con ellas. Hay diferentes tipos de hernias y cada una requiere una atención diferente. En esta ocasión hablaremos de la hernia inguinal. Esta es un tipo de hernia que se ve como un bulto pequeño en el área de la ingle. Esta se puede encontrar entre el abdomen y la parte superior del muslo. ¡Toma nota!

Hernias en niños

Si cuando tu niño o niña llora, tose o está de pie notas que se le forma un bulto pequeño en el área de la ingle (entre el abdomen y la parte superior del muslo), tu pequeño (a) podría tener una hernia inguinal. La hernia ocurre cuando algún tejido blando se sale o se desliza a través de un punto débil en los músculos del abdomen. Esto sucede generalmente en una parte de la membrana peritoneal que recubre la cavidad abdominal o una parte del intestino.

La hernia inguinal es mucho más frecuente en los niños que en las niñas.  Se identifica, como mencioné, si ves un bulto en el área de la ingle. Las hernias no son exclusivas de los niños, pueden suceder a cualquier edad. Las hay de diferentes tamaños. Frecuentemente no causan síntomas a menos que sean muy grandes o que causen complicaciones, ya sea aprisionamiento o estrangulamiento, que describiré más adelante.

¿Dónde salen las hernias inguinales?

La hernia inguinal puede estar formada también por grasa o tejido conectivo. En el caso de las niñas, aunque con menor frecuencia que en los varones, puede llegar a extenderse hasta los labios mayores o externos, los cuales rodean la abertura de la vagina. En los niños, la hernia inguinal puede extenderse hasta el escroto o saco que contiene los testículos.  Curiosamente, se ven con más frecuencia en el lado derecho que en el izquierdo.

Las hernias inguinales también son comunes en los bebés que nacen antes de término (prematuros), a los que no les han descendido o bajado los testículos y en aquellos que tienen fibrosis quística (una enfermedad genética que afecta a los pulmones y el sistema digestivo). Además, se considera que si hay antecedentes familiares de hernias inguinales hay más probabilidades de que los pequeños puedan desarrollar una.

Complicaciones de las hernias inguinales

El problema con las hernias inguinales es que pueden complicarse de dos formas y ambas son emergencias que requieren cirugía:

  • Incarceración: que sucede cuando una parte del intestino delgado o de la grasa del interior del abdomen se atora en la ingle o en el escroto y no puede regresar al abdomen a pesar de que el médico intente regresarlo.
  • Estrangulación: en estos casos un pedazo del intestino delgado no sólo no se puede regresar (está incarcerado), pero el flujo de sangre ha dejado de llegar porque hay obstrucción y ese pedazo de intestino si no se ha muerto, está por morirse.

En estos casos el pequeñín tendrá dolor, irritabilidad, fiebre, inflamación abdominal, además de náusea y vomito y no podrá evacuar. Es muy importante en estos casos llevarlo a una sala de emergencias de inmediato ya que requiere cirugía de emergencia y la vida del niño(a) puede estar en peligro si no se trata rápidamente.

Tratamiento de la hernia inguinal sin complicaciones

El tratamiento de la hernia inguinal que sin complicaciones es la cirugía. Así que no te preocupes, cuando no es una situación de emergencia, por lo general es una operación sencilla, que se puede hacer por laparoscopía, dura una hora y podrías regresar con tu pequeño(a) a casa el mismo día. La cirugía es necesaria para prevenir que se desarrollen las complicaciones que te describí que pueden llegar a ser graves.  En caso de que sea un bebé prematuro o un niño con condiciones especiales, quizás lo dejen en observación una noche.

En la casa, apenas el niño o la niña se sienta mejor, puedes darle de comer normalmente y darle un baño tibio dos días después de la cirugía. Pero, es importante que sigas las indicaciones que te da tu médico.

Después de la operación, mantente alerta para llamar al médico en caso de que desarrolle fiebre, inflamación (hinchazón) abdominal excesiva, enrojecimiento, sangrado o si el dolor aumenta. Y desde luego,  siempre puedes llamarlo si tienes cualquier duda. Y, no dejes de llevar al pequeñín a su cita cuando te indique después de su cirugía para revisar que todo esté en orden.

 

Imagen © Shutterstock / Elvira Koneva

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