Cuando vas a la playa o a la piscina (o alberca) y tu piel se broncea, lo hace gracias a la melanina, un pigmento producido en las células cutáneas (de la piel) llamadas melanocitos. Quizás te sientas orgullosa(o) de tu bronceado, pero la melanina no oscurece tu piel por cuestiones estéticas, sino para protegerla de los rayos ultravioletas del sol. A la melanina también le debes tu color particular de piel, de cabello y hasta de los ojos. No todas las personas producen melanina en la misma proporción ni con la misma eficiencia. Debido a una mutación genética que se transmite de los padres a los hijos, conocida como albinismo, se afecta el proceso de la producción y de la distribución de la melanina. Por ese motivo, muchas personas tienen poca o ninguna pigmentación (o color) en la piel, el cabello y en los ojos.
Hay dos categorías de albinismo y ambas pueden causar problemas en la visión. El más obvio es el albinismo oculocutáneo (AOC) que provoca que las personas tengan menos pigmentación en los ojos, la piel y el cabello. El albinismo ocular, por su parte, afecta principalmente, los ojos, sin que necesariamente la piel y el cabello muestren señales de falta de pigmentación. En muchos casos, los problemas visuales son la primera señal de ese tipo de albinismo, y por esa razón, hay que estar informado.
¿Cómo afecta a los ojos el albinismo ocular?
Un área de la retina, llamada fóvea, que es la que da agudeza visual, (es decir, la que permite ver los objetos con precisión y claridad), no se desarrolla bien durante el embarazo cuando falta la melanina. El albinismo ocular también afecta a los nervios que van de la parte trasera del ojo hasta el cerebro, haciendo que no sigan la ruta correcta. ¿Qué pasa entonces con la visión? Pues que pueden presentarse los problemas o deficiencias siguientes:
¿Y cómo se trata?
El albinismo ocular, al ser una condición genética no tiene tratamiento en sí, pero los defectos que ocasiona si pueden tener mejoría. Y cuanto antes se atiendan, mejor, para incrementar la calidad de vida de la persona, especialmente si se trata de un niño, puesto que la falta de visión y el estrabismo, pueden causar problemas de aprendizaje y una autoestima baja.
Estas son algunas de las soluciones más exitosas:
Si existen grupos de apoyo en la comunidad, el paciente con albinismo puede encontrar en ellos gran alivio a sus frustraciones, ya que se sentirá menos aislado y puede compartir sus experiencias con otros que se encuentra en condiciones similares.
Los maestros y los cuidadores del niño también pueden contribuir a la mejoría, haciendo que el niño disfrute de un entorno seguro, bien iluminado, en el que no se sienta aislado ni menospreciado por su condición. El oftalmólogo o el pediatra pueden brindarle más información y ayuda, en cualquier lugar o país donde vivan. La herencia genética no puede cambiarse pero sí la manera en la que enfrentamos sus consecuencias. El albinismo ocular no es la excepción. Si ocurre en tu familia, ya sabes cómo afecta a la persona y lo que puedes hacer.
Imagen © iStockphoto.com / Hogogo
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