Ser padre en la era de la IA implica oportunidades, retos y decisiones diarias. La inteligencia artificial ya está en todos lados. En aplicaciones, escuelas, asistentes virtuales y herramientas que usamos sin darnos cuenta. Por eso, entenderla es clave para mantener el vínculo humano como centro de la crianza. La crianza digital consciente permite aprovechar sus beneficios. Pero sin descuidar la presencia emocional y el criterio adulto.
¿Qué es la IA?
“La IA es un conjunto de técnicas que permiten a las máquinas ‘aprender’ de datos. Y puedan realizar tareas que antes solo hacían las personas. No es una sola cosa, sino muchas herramientas”, señala la guía para padres, madres y tutores sobre IA de la empresa Meta.
Las principales formas de IA incluyen:
- Machine learning (aprendizaje automático). Los programas analizan ejemplos (datos) para reconocer patrones y tomar decisiones. Son como “predictores”.
- Deep learning (aprendizaje profundo). Redes “neuronales” computacionales complejas. Sirven para actuar como un cerebro: reconocer imágenes, voz o traducir textos.
- IA generativa. Es capaz, con lo que aprendió, de crear contenido nuevo (texto, imágenes, audio) a partir de instrucciones. El ejemplo clave es el ChatGPT. Hay otros son para textos específicos o herramientas generadoras de imágenes, videos o audio.
- Sistemas predictivos. Se les conoce como “algoritmo”. Recomiendan contenidos.
La IA no piensa, predice y combina información. No “sabe todo”, por lo que es útil, pero imperfecta.
¿Qué puede aportar la IA a la crianza?
La IA sirve como copiloto práctico. Es lo que propone el estudio del proyecto everybody.AI. Que busca concientizar sobre las responsabilidades de la IA y el desarrollo de los niños. Ejemplos:
- La organización y rutinas. Apps que recuerdan citas, crean menús o ayudan con rutinas de sueño
- Apoyo educativo. Plataformas adaptativas. Que pueden personalizanr ejercicios y explicaciones (Khan Academy, Duolingo y otras herramientas adaptativas).
- Tutoría instantánea. Chatbots y asistentes (por ejemplo, ChatGPT adaptado u otros asistentes educativos). Pueden resolver dudas o proponer actividades.
- Apoyo emocional y autocuidado parental. Apps de bienestar que ayudan a manejar el estrés o proponer estrategias ante berrinches.
- Fomento de la autonomía. Aplicaciones como si fueran juegos para que los niños gestionen tareas (Brili, Joon, etc.). Pudiendo aprender de responsabilidad.
Estas herramientas apoyan. Pero, nunca reemplazan la observación adulta ni a profesionales de salud.
Límites imprescindibles para ser padre en la era de la IA
- La IA complementa, no sustituye. Si un niño muestra señales de malestar emocional o conductual persistente, la tecnología no es terapia. Busca un profesional.
- Privacidad, ante todo. Revisa qué datos recoge cada app. Evita proporcionar información sensible de menores. Exige que la plataforma cumpla normas de protección.
- Verifica la información. Enseña a tus hijos que las respuestas de la IA pueden “alucinar” (dar datos incorrectos). Comparar con fuentes fiables y preguntar a un profesor o adulto.
- Zonas y momentos sin pantallas. Comidas, juego al aire libre y la hora antes de dormir.
- Acompañamiento activo. Usa la IA con ellos (co-uso), no es substituto de tu presencia.
Enseñar alfabetización digital en la crianza digital consciente
Exploren las herramientas juntos. Pregúntense ¿de dónde sale esta respuesta? Crear más que consumir. Busquen hacer proyectos. Eso fomenta el pensamiento crítico, la creatividad y pasar tiempo juntos.
También revisen con ellos la importancia de la privacidad a la hora de usar la IA. Y que las contraseñas, por ejemplo, no se han de compartir. Intenta siempre que usen perfiles infantiles o con control parental. Definan juntos límites de tiempo. Conversen diariamente sobre lo que ven online.
La IA puede ahorrar tiempo y personalizar aprendizajes. Sin embargo, la emocionalidad y el crecimiento personal se aprenden del diálogo. Con la presencia y las experiencias compartidas. Un paseo, una conversación sobre un video o un proyecto hecho en familia.
Preguntas frecuentes
1. ¿Cómo puedo empezar a ser padre en la era de la IA sin complicaciones?
Comienza entendiendo cómo funcionan las herramientas. Además de establecer límites claros en casa.
2. ¿Qué riesgos existen?
Privacidad, información errónea y uso excesivo. Se controlan con supervisión y diálogo.
3. ¿La IA puede ayudar en la educación?
Sí, pero debe complementarse con apoyo humano, guía académica y presencia emocional.
4. ¿Cuál es el mayor error al usar IA con niños?
Dejar que reemplace el acompañamiento parental.
Por Carlos Diego Ibáñez
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