El cuerpo humano puede presentar algunas alteraciones que, aunque pueden no ser muy graves, sí afectan nuestra autopercepción. Es el caso de una condición de la piel, específicamente del cuero cabelludo, que produce una apariencia corrugada muy distintiva. En este articulo te contaremos sobre el cutis verticis gyrata (CVG), como es conocido, y te explicaremos sus causas, características y manejo.
El cutis verticis gyrata (CVG), es una condición dermatológica caracterizada por un endurecimiento y surcos en el cuero cabelludo que no se aplanan al presionar firmemente. Precisamente, su nombre hace referencia en latín a la piel con ondulaciones similares al del cerebro (llamadas gyrus). En el mundo es poco común, afectando principalmente a los hombres (100 y 3 de cada 1000 personas, respectivamente). La mayoría de los casos son leves, impactando en la apariencia, pero hay casos extremos en los que la piel afectada cubre la cara o el cuello.
Aunque es muy poca la información que se tiene, además que no se investiga suficiente (generalmente refiriéndose a reportes de casos), se reconocen dos tipos de CVG:
Claro, el signo clave está en la apariencia ondulada o corrugada del cuero cabelludo (ver imagen acá). En los casos leves, que son la mayoría, puede que sea muy sutil, incluso solo como pequeñas arrugas. En los casos severos el patrón puede ser muy pronunciado, incluso ser protuberante y caer hacia el cuello. Algunas personas sufren alopecia, pérdida de cabello, por el endurecimiento de la piel, lo que debilita al folículo piloso.
El diagnóstico típicamente ocurre cuando un dermatólogo realiza la revisión completa de toda la piel. Y al confirmarse la presencia de CVG, se procede a realizar nuevos test para identificar si existe alguna causa asociada. Es decir, se intenta definir si es primaria o secundaria.
El tratamiento se enfoca principalmente en las problemáticas cosméticas que acarrea CVG, debido a que generalmente es una enfermedad benigna. Algunas opciones son:
Debido a la formación de pliegues la higiene es muy importante. En los casos extremos es posible se produzca un aumento de la humedad haciéndose susceptible a infecciones fúngicas. Si se inflama o producen secreciones, es posible que sea una CVG secundaria, por lo que es importante visitar al dermatólogo cuanto antes.
En síntesis, si sospechas o te diagnosticaron de CVG, es crucial que visites regularmente a tu profesional de la salud, debido a que se requieren lineamientos para el cuidado de la piel y discutir las opciones de tratamiento que mejor se adapten a ti.
Por Carlos Diego Ibáñez
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