La pediculosis, tener una infestación de piojos y liendres, es muy común (3 de cada 10 niños y adolescentes, en promedio, lo sufren). Esta situación muy incómoda y molesta trae consigo muchos efectos en la dimensión emocional y psicológica de los niños, la cuál es a menudo pasada por alto. Para profundizar en este tema, Vida y Salud conversó con Isabel González, psicoterapeuta y experta en piojos venezolana quien tiene un centro llamado “PepeOjitos”, que utiliza un enfoque natural con énfasis en el bienestar emocional de los niños y adolescentes.
Los piojos, en palabras de Isabel González, son parásitos que viven en los seres humanos, con preferencia por los niños. Lo último es principalmente por tener un cuero cabelludo suave, una sangre más oxigenada y porque nutricionalmente está más concentrada que en los adultos. “Aunque hemos comprobado en la práctica, que por cada niño que llega, hay una mamá con piojos”, apunta.
Los efectos a corto plazo
Aunque hay algunas personas que nunca se dan cuenta que tienen piojos y liendres, la mayoría de las personas siente mucha picazón en el cuero cabelludo; lo que lleva a irritación, resequedad, dolor e incluso infecciones bacterianas por las heridas.
“Esto parásitos son muy activos durante la noche. Con todo este malestar los niños no consiguen un sueño profundo, afectando directamente su nivel escolar y sus actividades extracurriculares. Se ha visto que puede influir en su desarrollo e incluso llegar a causar anemia crónica. Lo último porque la infestación puede durar años, con muchas reincidencias”, indica Isabel.
El impacto emocional de los piojos
Como lo mencionábamos previamente, si no hay síntomas es posible que la infestación sea tal que es muy fácil reconocer los piojos que eclosionaron de las liendres; “Cuando los padres nos damos cuenta, ya hay piojos”, agrega la experta. En esa línea es donde comienza el calvario para muchos niños. Isabel comenta que en muchos casos los niños que están padeciendo pediculosis sufren bullying y rechazo social, lo que afecta directamente en su autoestima y bienestar general.
“Hay niños que están habituados, no de una manera sana, a esconderlo, a vivir con la idea que son atacados por los piojos y no hay manera de que pueda hacerlo pasar. El problema es que aún es un tema tabú, es incómodo y nadie quiere hacerse cargo- insiste Isabel-. ¿El colegio? Solo mandan una nota diciendo que en casa se ocupen del ‘problema’”.
Esto para la psicoterapeuta tiene muchos efectos. En sus palabras:
El rol de los padres
Es muy importante involucrar activamente a los padres en el proceso del tratamiento y apoyo emocional. Aunque no debemos dejar de lado a los padres que tienen hijos que atacan, molestan, juzgan y aíslan a personas infestadas con piojos. “No puede ser posible que algunos niños años después de haber quitado todos los piojos sigan siendo ‘los piojosos’”, sentencia la profesional.
“En el proceso de tratamiento de sus hijos, los profesionales no deben juzgar a los padres. Es muy difícil saber cuánto tiempo llevan intentando lidiar con los piojos dentro de la familia antes de haber recurrido a la ayuda. No poder ayudar a tu hijo las madres lo sienten como un estigma”, agrega.
En el siguiente artículo te hablaremos de la forma de evitar el contagio de los piojos y las últimas técnicas para atacar la pediculosis.
Por Carlos Diego Ibáñez
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