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La quimioterapia y radioterapia son dos de los tratamientos más habituales en el cáncer. Con ellos se ha logrado mejorar en los últimos años notablemente la supervivencia a esta enfermedad, pero también tienen efectos secundarios importantes que se deben valorar. Uno de ellos es la pérdida de la fertilidad en los hombres, un aspecto que se ha de tener en cuenta sobre todo entre los más jóvenes.

Entre un 15 y un 30% de los hombres curados de cáncer no son capaces de producir espermatozoides años después de recibir un tratamiento oncológico. Ante esta situación, una opción cada vez más utilizada es la congelación del semen antes de recibir un tratamiento de radio o quimioterapia, que pueden afectar a la calidad del semen y reducir la fertilidad de los hombres. Esta es en la actualidad la única forma efectiva de preservar la fertilidad masculina y en un futuro, si la pareja así lo desea, poder conseguir un embarazo con material genético propio, sin necesidad de recurrir a un donante.

Como explica el Dr. Joaquín Llácer, director médico de las clínicas Ginefiv de reproducción asistida de España, se trata de un procedimiento rápido, sencillo y efectivo al que cada vez recurren más hombres guiados por sus oncólogos. Gracias a ello y afortunadamente, el uso de esta técnica ha aumentado de forma exponencial en los últimos 10 años”. En esta misma línea, las guías clínicas de la Sociedad Española de Fertilidad (SEF) recogen que se debe ofrecer la posibilidad de congelar semen a todos los varones que vayan a ser sometidos a un tratamiento oncológico, ya que la efectividad del procedimiento está más que probada.

Altas probabilidades de conseguir el embarazo 

El principal valor de la congelación de muestras de semen es que en la fecundación in vitro, una sola muestra, de una sola eyaculación, puede ser suficiente para llevar a cabo múltiples intentos hasta que la pareja consigue el embarazo”, explica el especialista. Añade, además, que a nivel psicológico, contar con la garantía de que se podrá tener un hijo después del tratamiento oncológico da mayores esperanzas a los hombres. En consulta hemos tenido casos de muchos varones que, aunque están abiertos a la donación de semen para conseguir el embarazo con sus parejas, se arrepienten de no haber realizado la congelación antes de pasar por la quimio o radioterapia”. 

A nivel práctico, con las actuales técnicas de reproducción asistida, se han logrado embarazos y nacimientos con espermatozoides congelados de hombres con cáncer sin un aumento del riesgo de anomalías congénitas e independientemente del tiempo de almacenamiento. En este sentido, el hecho de poder utilizar una muestra para sucesivos tratamientos hace que las posibilidades de éxito no se vean influenciadas por el tratamiento oncológico. 

El riesgo de una pérdida de fertilidad depende del tratamiento y del tipo de cáncer

El riesgo de que el hombre vea reducida su fertilidad debe ser analizado por los médicos especialistas. Este dependerá de su edad e historial médico, así como del tratamiento prescrito y del tipo de cáncer a tratar. Aunque los tumores localizados en la zona de la pelvis y el abdomen son los que más se relacionan con una pérdida de la fertilidad, los tratamientos integrales, con incidencia en diferentes partes del cuerpo, también tienen un alto efecto perjudicial. 

Así, según recoge la Sociedad Española de Fertilidad, entre las enfermedades más frecuentes en los varones que acuden a un banco de semen para criopreservación espermática se encuentran la enfermedad de Hodgkin, la leucemia, el linfoma no- Hodgkin y el cáncer de tiroides. Como amplía el director médico de las clínicas Ginefiv, en un tratamiento que implique una irradiación corporal total con un trasplante de médula la probabilidad de perder la fertilidad es casi del 100%. Otras vías terapéuticas tienen una influencia menor en la calidad del semen”.

 En el caso de la radioterapia, asociada más generalmente con la pérdida de la fertilidad debido al efecto de la radiación, esta suele reducir la producción de espermatozoides, sobre todo en el caso de adolescentes y niños. Por su parte, determinados fármacos de quimioterapia también pueden dañar los testículos y afectar a su capacidad para producir espermatozoides. Una vez terminado el tratamiento puede ocurrir que esta producción se ralentice o incluso se detenga por completo y de forma irreversible. Aún no se dispone de evidencia científica sobre los efectos de las nuevas terapias dirigidas e inmunoterapias sobre la fertilidad del hombre y la mujer o sus posibles consecuencias en el embarazo. 

Ante esta realidad es clave que los hombres se tomen conciencia sobre la importancia de preservar su fertilidad antes del tratamiento oncológico si planean tener un hijo. En palabras del Dr. Llácer, todavía tenemos que ser más efectivos en la comunicación y en la concienciación a la sociedad sobre los problemas de fertilidad. Aunque es cierto que, en situaciones como esta en las que el tratamiento está enfocado en salvar la vida del paciente, la fertilidad puede ser algo secundario, los varones deben conocer todas las opciones a su alcance y valorar cuáles serán los siguientes pasos en su vida”.

 

Por Miguel Ramudo
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