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Un grupo de investigadores españoles ha practicado con éxito un nuevo método para tratar la perforación de la córnea. Este novedoso procedimiento usa un material del propio cuerpo para curar la herida y podría convertirse en una alternativa a las cirugías que se necesitan en esos casos.

Según un estudio piloto desarrollado por unos especialistas de Vissum Corporación Oftalmológica en Alicante, España, la combinación de una membrana de fibrina -una proteína asociada con el proceso de coagulación de la sangre- de tipo autóloga (es decir, del propio cuerpo) con un coágulo de plasma rico en plaquetas parece ser un método seguro y efectivo para tratar las perforaciones (heridas) de la córnea.

Para llegar a estos resultados, que fueron publicados en línea en el medio especializado JAMA Ophthalmology, los especialistas lograron tratar con éxito a 11 pacientes -de entre 23 y 82 años de edad- con perforaciones en la córnea provocadas por enfermedad ulcerativa corneal severa, sin que se manifestaran signos de inflamación o infección. Además, luego de 90 días de seguimiento, no se detectaron recaídas ni aparecieron perforaciones adicionales.

Si bien los mismos investigadores afirmaron que este método debe ser estudiado con mayor profundidad para confirmar su aplicación en la práctica, se presenta como una posible alternativa para reemplazar a las cirugías de perforaciones corneales y puede ser una medida temporal hasta que la condición de la córnea no tenga otra opción más que una cirugía.

La córnea es el tejido transparente que cubre la parte frontal del ojo, que permite enfocar imágenes sobre la retina. Como otras partes del cuerpo, la córnea puede sufrir lesiones o heridas (úlceras), que suelen producirse por una infección provocada por bacterias, virus, hongos o un parásito (es lo que se conoce como queratitis).

Otras causas que pueden provocar úlceras en la córnea son:

  • Párpados que no cierran bien.
  • Cuerpos extraños o rasguños en la superficie del ojo.
  • Resequedad severa en los ojos.
  • Enfermedad ocular alérgica grave u otros trastornos inflamatorios.

Por ejemplo, el uso de lentes de contacto, en especial los lentes suaves que se usan durante la noche, puede causar una úlcera corneal (por eso, evita usar lentes durante la noche y recuerda lavarte las manos y cuidar mucho la limpieza mientras las manipulas).

El tratamiento de estas úlceras depende de la causa que las provoque. Si no se sabe exactamente qué es lo que la está causando, es posible que el oftalmólogo (el médico especializado en la salud de los ojos) te indique usar gotas de antibiótico que sean efectivas contra varios tipos de bacterias. Cuando sí se sabe cuál es la causa exacta que ha provocado la lesión, entonces te recetará gotas para tratar a las bacterias, al herpes, o a los hongos, de acuerdo a cual corresponda.

A veces, la infección avanza y podría ser necesario recurrir a la cirugía, incluyendo –en los casos más graves- a un trasplante de córnea. Incluso, hay veces en las que la cirugía tampoco es suficiente para restaurar la visión y podría producirse un deterioro de la vista que concluya en ceguera.

En esos casos, la perforación de la córnea se convierte en una emergencia. Para tratarla, se usan distintos métodos como adhesivos especiales para los ojos, flaps conjuntivales, trasplantes heterólogos de membranas amnióticas e injertos de córnea.

Ahora, el nuevo tratamiento usado por los especialistas españoles tomó una combinación de una membrana de fibrina y coágulos de plasma rico en plaquetas, obtenidos antes de la operación a partir del uso de 40 a 60 mililitros de la sangre de cada uno de los 11 pacientes.

Durante el procedimiento, parte de la membrana de fibrina fue adherida a la conjuntiva usando una sutura con hilos de fibra sintética (nailon o nylon). Entonces, el coágulo fue ubicado dentro de la perforación de la córnea, debajo de la membrana de fibrina, hasta que la membrana se adhirió al resto de la conjuntiva. Al final del procedimiento, los investigadores hicieron una tarsorrafia parcial temporal (que es una cirugía especial para estrechar la abertura de los párpados).

Luego de la operación, durante los primeros 3 a 5 días, las perforaciones estaban selladas en todos los pacientes y ninguno de ellos reportó tener dolor, molestias o complicaciones. De todos modos, con el tiempo, siete de los participantes tuvo que hacerse un injerto de córnea.

La ventaja principal de este procedimiento es el uso de material de la propia persona. Como contrapartida, esta técnica puede resultar muy costosa: se necesitan técnicos especializados para preparar la membrana de fibrina autóloga y los coágulos de plasma ricos en plaquetas.

Ten en cuenta que entre los síntomas de infección o úlceras de la córnea se encuentran:

  • Visión borrosa o nublada.
  • Enrojecimiento del ojo.
  • Picazón y secreción.
  • Sensibilidad a la luz (fotofobia).
  • Ojos llorosos y muy adoloridos.
  • Parche blanco en la córnea (cuando se tiene herpes).

Si tienes alguno de estos síntomas no pierdas tiempo y consulta con un oftalmólogo. La atención rápida y oportuna de una infección en los ojos puede ayudarte a prevenir la formación de úlceras y a proteger tu vista. La prevención es siempre la mejor opción, pero por suerte, los científicos siguen buscando nuevas formas de solucionar las lesiones y las enfermedades en los ojos, como las perforaciones de la córnea.

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Imagen: ©Shutterstock / photoJS

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