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Buenas noticias: un nuevo estudio encontró que el uso de una vacuna que se usa contra la tuberculosis desde hace tiempo podría también ser efectiva en el tratamiento de la diabetes tipo 1. Si padeces de diabetes tipo 1, mantente alerta porque el alivio podría estar más cerca de lo que supones.

Las vacunas han ayudado a controlar y a erradicar enfermedades contagiosas y generalizadas, como el sarampión, la poliomielitis (polio) o la influenza (flu o gripe como se le conoce). ¡Qué alivio sería que se desarrollara una vacuna contra la diabetes tipo 1! Pues bien, ésta parece ya encontrarse a la vuelta de la esquina. Un estudio clínico en fase I, realizado por unos investigadores del Hospital General de Massachusetts y publicado en la revista PLoS ONE, mostró que el uso de la vacuna Bacilo Calmette-Guérin (BCG) contra la tuberculosis podría ayudar también para tratar la diabetes tipo 1.

La diabetes tipo 1 se origina en una falla del sistema inmunológico, que destruye a las células que producen a la insulina. El tratamiento con la vacuna BCG, al parecer, evita que las células autoinmunes ataquen a las células que producen a la insulina en el páncreas. La causa de la diabetes tipo 1 es precisamente el daño ocasionado en estas células beta, que les impide generar la insulina que el organismo necesita.

En el nuevo estudio lograron demostrar los mismo resultados en los seres humanos que los que habían obtenido en los ratones en un estudio anterior. En el estudio previo realizado en 2001, se observó que al inducir el factor de necrosis tumoral (TNF por sus siglas en inglés) en los ratones se podían matar las células T autoinmunes que destruyen las células pancreáticas beta (encargadas de segregar la insulina), sin dañar las células T sanas.

Pero como las dosis elevadas de TNF son tóxicas para los seres humanos, el estudio utilizó como alternativa la vacuna BCG (aprobada por la FDA), que eleva los niveles de TNF, pero sólo de forma segura para las personas. El resultado fue un aumento en los niveles de producción de insulina en los enfermos, lo que sugiere la efectividad de la vacuna para tratar ese tipo de diabetes en los seres humanos.

El estudio se llevó a cabo durante 20 semanas en seis pacientes que habían padecido de diabetes tipo 1 por un promedio de 15 años. De ellos, tres recibieron un placebo y tres la vacuna. Durante las 20 semanas que duró el estudio, los participantes tratados con la vacuna BCG mostraron aumentos en la destrucción de las células T autorreactivas a la insulina, y al mismo tiempo se aumentaron los niveles de protección de las células T reguladoras, que ayudan a controlar la respuesta inmune. Hubo además una elevación temporal en los niveles del péptido C, un marcador de la secreción pancreática de insulina. En el tiempo que duró el estudio, no se produjeron eventos adversos o efectos secundarios significativos.

Obviamente, se necesitan más estudios utilizando un mayor número de participantes para confirmar los resultados del estudio. Pero por el momento, los investigadores concluyeron que la vacuna, en dosis pequeñas, funciona y es bien tolerada por los pacientes.

Ya se ha iniciado la fase II del estudio, con el propósito de obtener más información acerca de las dosis y la frecuencia en que debe usarse la vacuna BCG. Los investigadores esperan que las dosis administradas con más frecuencia puedan eliminar a largo plazo las células T autorreactivas a la insulina, y que eso les permita regular de forma continua la secreción normal del péptido C, y por lo tanto, la producción de insulina.

Si padeces de diabetes tipo 1, ten un poco de paciencia. Quizá cuando los resultados del estudio se confirmen con las investigaciones adicionales que están ya en marcha, tendrás disponible una vacuna sencilla y barata, que podrás usar con efectividad en el tratamiento de ese tipo de diabetes.

Imágen © iStockphoto.com / kali9

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