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iStock_000001369811Illustra_DimensionsDesignsMuchos adolescentes en los Estados Unidos admitieron haber usado medicamentos y sedantes para usos diferentes a calmar el dolor o tratar alguna condición médica. En una encuesta anónima, los jóvenes dijeron usar medicamentos con receta para drogarse (escapar o divertirse). Sigue leyendo para que te enteres y tomes medidas para evitar que los jóvenes en tu casa pongan en peligro su salud.

Luisa oyó que sus padres estaban hablando de un medicamento que le recetaron a su papá para tratar una enfermedad y que le estaba haciendo perder el apetito. Como ella tiene problemas de peso, pensó que tomar una de esas pastillas causaría el mismo efecto en ella.  Por su parte, Andrés se enteró de que su hermano está tomando medicamentos para la depresión y como él se siente triste algunos días, empezó a robarle las pastillas a su hermano para mejorar su estado de ánimo.

Pero ¡cuidado! Como Luisa y Andrés, muchos jóvenes piensan que si en su casa hay medicamentos recetados por el médico, está bien que los tomen aunque no se los hayan recetado a ellos. No saben que tomar medicamentos recetados para otra persona o exceder su dosis, es muy peligroso para su salud y está dentro de la categoría del abuso de drogas.

En los Estados Unidos, muchos medicamentos se manejan a través de recetas médicas. Esto quiere decir que solamente el médico puede autorizar que se puedan adquirir en la farmacia específicamente para la persona que los necesita. Por eso, el farmacéutico (o la persona encargada en la farmacia) le entrega el medicamento luego de haber recibido la receta y marcado el envase con el nombre del paciente y las instrucciones.

Aunque parece un sistema que debería limitar y/o evitar los abusos, una encuesta confidencial reciente realizada con 2,100 jóvenes de entre 14 y 20 años que visitaron los servicios de emergencia de la Universidad de Michigan del 2010 al 2011, encontró que uno de cada diez adolescentes ha usado medicamentos recetados para fines diferentes al de tratar alguna condición médica o dolor.

Los medicamentos que los jóvenes usan de manera incorrecta con más frecuencia incluyen sedantes, estimulantes, tranquilizantes y medicinas para el dolor.

En concreto, los resultados mostraron que un 10.4 por ciento de los adolescentes que participaron en la encuesta admitieron haber utilizado mal un medicamento para el dolor o un sedante ordenado por el médico, al menos una vez al año. La forma en que lo utilizaron mal o el mal uso incluyó:

  • ingerir medicamentos con el objeto de drogarse (escapar, divertirse),
  • tomar una dosis más alta de la recomendada o
  • tomar medicamentos recetados para otra persona, como en el caso de Luisa y Andrés que mencioné al principio.

Pero además de ser peligroso para la salud, cuando no son recetados por el médico porque están indicados, el uso de estos medicamentos es entonces ilegal. La mayoría de los jóvenes que dijeron haber usado estas medicinas para “divertirse” no tenían en su historia médica ninguna receta de esos medicamentos.

Este estudio, el primero en su categoría, sin duda alguna llama la atención sobre una posibilidad que antes no se había considerado: que las visitas de los jóvenes a la sala de emergencia pueden ser una excelente oportunidad para detectar y tratar los problemas del abuso de los medicamentos entre los jóvenes. Además, este estudio advierte a los médicos que están de guardia que muchos de los pacientes que llegan a emergencias pueden estar buscando medicamentos para otros fines o para dárselos a otras personas.

Los peligros de usar los medicamentos recetados de forma ilegal incluyen: que podría ocurrir una sobredosis y que mezclarlos con otros, podría causar una reacción seria que podría llegar a causar la muerte.

Así que si tienes adolescentes y medicamentos en casa, mantente alerta. Habla con tus hijos(as) y explícales que las medicinas recetadas son para condiciones específicas y únicamente para la persona a quien se le recetaron. El hecho de que el médico se las haya recetado a alguien no significa que son beneficiosas para cualquier persona en cualquier momento. Lo son sólo para quien de verdad las necesita en el momento en que se las recetan cuando las toma en la dosis indicada.

También ten cuidado con los medicamentos de venta libre, pues muchos jóvenes pueden caer en la tentación de abusar de ellos. Una buena comunicación con tus hijos y la información adecuada son indispensables. Si crees que alguno de tus hijos podría estar abusando de algún medicamento habla con él o ella y, si es necesario, consulta con su médico.

Imagen © iStockphoto.com / DimensionsDesigns

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