Si ya iniciaste tu vida sexual o eres mayor de 21 años, este artículo es para ti. La citología vaginal o el Papanicolau (PAP) son importantes para detectar a tiempo el cáncer del cuello uterino (cervical, del cuello de la matriz). Entérate para que empieces cuanto antes.
Algunas lo llamamos citología vaginal y otras la prueba del Papanicolau. En Estados Unidos comúnmente se le conoce como el “Pap”. Dile como tú quieras, pues todos los nombres se refieren exactamente al mismo examen.
El cuello del útero, llamado cérvix, desarrolla uno de los tipos de cáncer más comunes en las mujeres. La citología vaginal, o el Papanicolau, ayuda a descubrir si hay anormalidades en el cuello de la matriz, es decir, si tiene células cancerosas o precancerosas (se sospecha que pueden llegar a desarrollar cáncer en un futuro). Actualmente es la mejor forma para detectar este cáncer a tiempo y así tener altas posibilidades de curarte en caso de que lo tengas.
El Papanicolau forma partede tu revisión ginecológica. El ginecólogo te introduce un instrumento llamado “espéculo” dentro de la vagina, que le permite ver el cérvix. Luego hace un “raspado” para tomar una pequeña muestra de las células que se encuentran en él. Por último, la envía a un laboratorio para que la analicen bajo el microscopio y así poder saber si las células son anormales y, así detectar si tienes cáncer o estás en riesgo de tenerlo en el futuro. Es un examen bastante rápido, que puede causar alguna molestia, pero no te preocupes que no es doloroso.
De acuerdo con las fuentes oficiales en Estados Unidos, la idea es que te empieces a hacer la citología vaginal o Papanicolau tres años después de haber iniciado tu vida sexual o cuando cumplas los 21 años, lo primero que suceda.
Tal vez has escuchado decir que no debes hacerte el Papanicolau si aún eres virgen. Esto no es cierto. Es posible que durante la citología vaginal tu himen se estire o se rompa, aunque no siempre sucede esto. Pero tener el himen roto no quiere decir que dejes de ser virgen. No pierdes tu virginidad hasta que tienes una relación sexual con penetración.
Hasta los 30 años, lo ideal es que te hagas el examen una vez al año o como máximo cada dos años. Después de los 30 años las cosas cambian un poco, y si los últimos exámenes te han salido negativos (es decir, cuando todo está bien), puedes hacértelo cada dos o tres años. Pero siempre es mejor consultar con el médico, ya que hay mujeres que tienen mayores riesgos de desarrollar cáncer cervical y por eso deben hacerse el examen anualmente sin importar su edad.
Si tienes algunas de las siguientes condiciones, pide una cita con tu médico:
No esperes a sentirte mal para visitar a tu ginecólogo y pedirle que te revise. Mediante la citología vaginal o Papanicolau tienes la oportunidad de prevenir el cáncer cervical. ¡Tómala!
Ultima revisión: 2017
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