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“Existe un fuerte estigma que hace que un niño con deficiencias en el desarrollo del lenguaje pueda quedar marcado de por vida” señala Camila Cortés, psicopedagoga chilena. A propósito del 21 de octubre, día internacional de Concienciación sobre los Trastornos del Desarrollo del Lenguaje, en conversaciones con dos expertas, queremos ayudarte a que puedas conocer algunas claves para reconocer alteraciones leves en los niños, y así, nos alejemos del estigma que tiene.

En palabras de Margarita Quilodrán, fonoaudióloga infantil, una deficiencia del desarrollo del lenguaje comprende “una alteración que afecta en los momentos que son críticos para adquirir el lenguaje (hasta los 6 años), y que abarca todas las funciones relacionadas con el lenguaje en diferente medida”. Y que una alteración del lenguaje es “un desfase en el tiempo en una determinada área de funcionamiento. Mientras que en el retraso se observa el desfase de todas las funciones de un área. Y su ajuste toma más tiempo”. 

En esa misma línea Camila Cortés puntualiza que las alteraciones del lenguaje podemos dividirlas en:

  • Receptivo, cuando un individuo no logra comprender. Bien sea porque no entiende el idioma, no comprende la gesticulación o no logra escuchar
  • Expresivo, el individuo no logra expresar sus pensamientos e ideas, corporal o verbalmente
  • Doble, estos son casos severos, normalmente se puede sospechar que existe un problema que perdurará en el tiempo y requerirá de un trabajo constante

La detección oportuna es clave

La psicopedagoga agrega que la pronta detección de una alteración puede ser clave para el desarrollo académico, social y personal de un niño. “En general, tampoco hay que alterarse con los tiempos, es decir, podemos reconocer alteraciones leves en niños hasta los 7 años. Antes de eso, aún queda maduración cerebral”. La fonoaudióloga agrega que, “hasta los 6 o 7 años se considera la etapa crítica para la adquisición del lenguaje”. Ahora, “si se realiza un diagnóstico tardío en funciones básicas que influyan en el desarrollo de otras, como podría ser la audición en el lenguaje, por ejemplo, se alteraría el curso natural de la adquisición de este” apunta.

Signos a prestar atención

Al preguntar cuáles son los signos que se han de reconocer en un niño para sospechar de un problema en el desarrollo normal del lenguaje, las profesionales enumeran:

  • Fijarse en la edad en la que dice su primera palabra: que debe darse entre los 14 y los 16 meses. Muchas veces el pediatra hará esa pregunta, con el fin de asegurar el correcto desarrollo. 
  • Al expresarse, los niños de 2 o 3 años, les cuesta usar artículos (el, la, un, unos, etc.). Tienden a tener problemas al conjugar los verbos
  • Les cuesta comprender instrucciones simples: desde los 12 meses de vida, específicamente la palabra “no”. Desde los 3 años, no logran responder preguntas básicas relacionadas con el qué, dónde o quién
  • No pueden contar una historia o recordar una historia, a los 5 años
  • En el jardín de infantes o kínder, se puede ver afectado el aprendizaje en general
  • Que los niños no localicen una fuente sonora que les llame la atención
  • Que no se asusten con ruidos fuertes
  • Que al ser bebés no logren balbucear, o que no respondan con un balbuceo cuando sus padres les hablen

En el caso de problemas auditivos el diagnóstico se debe hacer cuanto antes.

El primer paso es el Neurólogo

Para la psicopedagoga es muy importante que el primer paso se dé visitando al neurólogo. Esto porque muchas familias, de manera unilateral, asumen que su hijo tiene una alteración del lenguaje, pero es simplemente inmadurez. Por lo que deciden llevarlos a “jardines infantiles de lenguaje” o “centros de estimulación temprana” lo que, sin un correcto diagnóstico, puede empeorar la condición. “Los niños son una esponja, y copian todo lo que ven y escuchan. Si sus compañeros hablan mal, pronuncian mal, ellos pueden comenzar a hacerlo también”, sentencia.

¿Y qué hacemos los padres?

Los padres y tutores son clave para apoyar a una persona con alteraciones del lenguaje. Un proceso terapéutico es llevado a cabo 1 o 2 veces a la semana, por lo que el cuidador cumple el rol de coterapeuta, siendo encargado de replicar las estrategias que el terapeuta aplique. 

Camila, entrega algunas claves:

  • No deprimirse, “existe un fuerte estigma, que un niño con deficiencia en el desarrollo del lenguaje quede marcado de por vida. Pero es una situación más normal de lo que parece”
  • Buscar a los profesionales que puedan darles las herramientas que necesitan
  • Hablarles pausado, pero al nivel de su edad, salvo que el profesional les señale algo diferente. Realizar las estrategias que pida el terapeuta
  • Tener paciencia que con el apoyo correcto los niños podrán lograr una mejor inserción en todos sus procesos de aprendizaje

La pandemia causada por la covid-19 pudo haber traído muchas dificultades para nuestros hijos. Quizá retrasó el desarrollo normal del lenguaje en algunos de ellos, principalmente al no estar con sus compañeros y seguir el trabajo pedagógico normal. Aún no hay estadísticas que muestren el real efecto que tuvo la pandemia. Pero es importante que, revisando algunos signos y consultando con los expertos, podamos ayudar y apoyar a los niños. 

Un psicopedagogo diagnostica y trata alteraciones del aprendizaje, mientras que un fonoaudiólogo además de diagnosticar trata en lenguaje, habla, voz, audición y deglución. De esta manera, trabajando las funciones básicas que entregan las bases para que un niño tenga un buen proceso de aprendizaje.

 

Por Carlos Diego Ibáñez
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