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  • Dentro de los tipos de cáncer que pueden afectar a las mujeres, el de ovario es el quinto con más muertes. De todas las afectadas, la mitad mueren; dejándolo como el que menos sobrevivencia tiene.
  • Las causas de su impacto se deben principalmente a que es detectado de manera tardía, afecta a mujeres sobre los 50 años, su desarrollo es muy rápido y sus síntomas son confundidos con malestares gastrointestinales principalmente.
  • Las causas son desconocidas, pero la mayoría de las afectadas tuvieron algún otro cáncer ginecológico, tienen historia oncológica familiar o desarrollaron endometriosis.
  • Es clave realizarse chequeos médicos rutinarios para procurar su detección precoz, especialmente si se encuentra en la etapa postmenopáusica. 

El cáncer es la segunda causa de muerte en Estados Unidos, solo detrás de los problemas del corazón. Aunque hay muchos avances para detectar y tratar el cáncer, uno de los mayores enemigos es la falta de consultas médicas oportunas. Mientras más avanza esta enfermedad, menor es la probabilidad de detenerlo. Este es el caso del cáncer de ovario, un tipo de cáncer que normalmente se detecta tardíamente. En este artículo, con motivo del día internacional del cáncer de ovario, te hablaremos de que trata, sus síntomas y cómo es posible tratarlo.

De acuerdo al centro de control y prevención de enfermedades estadounidense (CDC), 10 de cada 100 mil mujeres latinas son diagnosticadas con cáncer de ovario, pero la mitad mueren por esta causa. Aunque supone el 3% de todos los tipos de cáncer que una persona con ovarios puede tener, es la quinta causa de muerte por cáncer en mujeres, solo por detrás del de mama, pulmón, colon e hígado; principalmente debió a que 4 de cada 5 pacientes ya tienen el cáncer muy avanzado cuando se detecta.

Síntomas

“En las etapas iniciales, el cáncer de ovario generalmente no presenta ningún síntoma. Es cuando ya se ha desarrollado y madurado que comienzan a aparecer. El problema es que muchas veces son pasados por alto”, explica la Dra. Ursula Matulonis del departamento de oncología médica del instituto Dana-Farber del Cáncer en Boston.

Tal como señala esta especialista, los síntomas pueden ser confundidos con otras condiciones, por ejemplo, con algún problema digestivo recurrente. Algunos de estos síntomas son:

  • Hinchazón y dolor del abdomen
  • Dolores en la zona pélvica o en el hueso pélvico
  • Necesidad de orinar más recurrente; incluso al llegar las ganas, que estas sean con mucha urgencia.
  • Cambios en los hábitos estomacales, que pueden pasar de la diarrea al estreñimiento.
  • Fatiga y cambios en el peso corporal

Detectarlo es un gran problema

A diferencia de otros cáncer ginecológicos, como el de mama y de útero, que han sido bastantes estudiados y se conocen muchos marcadores biológicos que ayudan a su diagnóstico; el de ovario aún está retrasado. Por esa razón, en la actualidad hay bastante investigación para lograr realizar una detección temprana. Ya es posible encontrar algunos biomarcadores en la sangre.

Lo que sí se conoce con mucha mayor certeza, son los factores de riesgo del cáncer ovárico:

  • Genético: si se tiene algún familiar (o tú misma) con historia de cáncer, y aún más si es alguno ginecológico o de cáncer de colon y recto, puede suponer hasta tres veces mayor posibilidades de padecer cáncer de ovario. Especialmente si el familiar afectado lo tuvo antes de los 50 años.
  • Edad: aproximadamente la mitad de las mujeres diagnosticadas con cáncer de ovario tienen 63 años o más.
  • Endometriosis: esta enfermedad que consiste en aparición de tejido uterino fuera de este (generalmente en el oviducto) aumenta los riesgos de padecer cáncer de ovario.
  • Riesgos oncológicos generales: fumar, obesidad, alimentación no saludable y ser sedentario.

Existen otros factores que se han considerado de riesgo, pero no cumplen con el suficiente apoyo de los investigadores: 

  • Uso de talco en la zona genital, no hay evidencia que muestre el aumento de riesgo.
  • Presencia de ovarios poliquísticos, no se ha logrado encontrar una relación con el cáncer en el mismo órgano.

En la misma línea hay algunos factores que ayudan a reducir los riesgos de padecer este tipo de cáncer:

  • Embarazo: se reduce en un 10% el riesgo de cáncer de ovario por cada hijo nacido, especialmente si se dieron antes de los 26 a 35 años. Amamantar lo reduce aún más.
  • Uso de pastillas anticonceptivas, ligadura de oviducto y uso por corto tiempo de dispositivos intrauterinos (DIU): se ha visto que reducen drásticamente el riesgo de padecer cáncer ovárico.  

Diagnóstico y tratamiento

Si tu médico sospecha que puedes tener cáncer de ovario te ordenarán exámenes de imágenes (ultrasonido, escáner u otro) y de sangre, por si hay presencia de biomarcadores. Si se detectan anormalidades, una biopsia es el siguiente paso: extracción de una pequeña muestra de tejido ovárico que se examinará en microscopio.

El tratamiento, como muchos otros cáncer varían según el grado de avance que este tenga, así como se encuentra la salud general del paciente. La extracción ovárica u otras estructuras ginecológicas puede ser una opción viable; posteriormente se puede realizar quimioterapia o radioterapia. Aunque el cáncer de ovario está siendo muy estudiado con una nueva generación de tratamientos oncológicos.

En síntesis, es clave realizarse chequeos generales siguiendo los lineamientos del médico de cabecera. Aunque te encuentres en la postmenopausia, todos tus órganos ginecológicos se mantienen vivos, por lo tanto, deben ser estudiados y examinados; la detección temprana de cualquier cáncer puede ser la diferencia entre la vida y la muerte.

 

Por Carlos Diego Ibáñez
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