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Si a tus niños les encanta jugar en la tierra, ensuciarse y estar con sus amigos aún cuando no se sienten bien, y no sabes qué hacer para que comprendan los riesgos que eso podría involucrar, aquí te damos algunas recomendaciones para que les cuentes por qué es importante mantener la higiene y combatir los gérmenes que pueden enfermarlos.

Vivimos rodeados de gérmenes. Tanto los animales, como las plantas y los objetos, todo lo que nos rodea está plagado de gérmenes. Incluso, nuestro propio cuerpo contiene gérmenes que muchas veces son necesarios para mantener una buena salud. Pero no todos los gérmenes son saludables, algunos son responsables de las enfermedades, desde algunas que pueden ser leves, como el conocido resfriado, hasta otras que pueden ser muy graves e incluso mortales.

¿Pero qué son los gérmenes?, ¿son todos iguales?, ¿los podemos ver a simple vista? Los gérmenes son organismos vivos de diferentes tipos, que sólo pueden verse con ayuda de un microscopio (son diminutos) y que puede causar que nos enfermemos. Quizás por eso te resulte tan difícil que los niños entiendan que algo que no ven pueda hacerles daño. Pero así es, existen cuatro tipos de gérmenes diferentes: los virus, las bacterias, los hongos y los parásitos o protozoarios.

Los virus son microorganismos que viven, crecen y se reproducen en el cuerpo de las personas o los animales y pueden sobrevivir durante muy poco tiempo fuera de un ser vivo. Por ejemplo, pueden permanecer sobre la superficie de una mesa o del asiento de un inodoro o en los líquidos del cuerpo infectados; pero, si no logran infectar a otro huésped (persona o animal), mueren enseguida. Una vez que entran en el cuerpo, los virus se multiplican rápidamente y pueden causar las enfermedades. Son responsables de algunas de poca importancia, como los resfriados o catarros, y de otras más graves, como la viruela o el SIDA.

Las bacterias, por su parte, son organismos formados por una sola célula (por eso se dice que son unicelulares) que obtienen los nutrientes del ambiente que las rodea, que puede ser tu cuerpo, el de tu hijo o el de otro ser vivo. Mientras que algunas bacterias son buenas para el organismo, ya que por ejemplo, ayudan a que el aparato digestivo funcione correctamente, otras pueden ocasionar problemas, como las caries, las infecciones urinarias o la faringitis.

Los hongos, en cambio, son organismos multicelulares (es decir que están formados por varias células) se parecen a las plantas, que obtienen los nutrientes de las plantas, de los alimentos y de los animales en los ambientes húmedos y cálidos. Generalmente, no representan ningún peligro para una persona sana, pero a veces pueden causar infecciones. Dos de las más frecuentes son: el pie de atleta y la infección por cándida, como la dermatitis del pañal.

Por último, los parásitos son organismos unicelulares que se reproducen en ambientes húmedos. Pueden causar infecciones como las infecciones intestinales y otras enfermedades. Frecuentemente se contagian a través del agua contaminada.

La única manera de evitar el contagio de las enfermedades a través de los gérmenes es manteniéndose alejados de ellos. Los gérmenes se contagian a través de los líquidos corporales de la gente que ya los tiene, o sea, que ya está infectada. Por ejemplo, cuando alguien que está resfriado estornuda o tose. Por eso es importante que les recuerdes a tus hijos que deben cubrirse (taparse) la nariz y la boca al estornudar o toser, en lo posible con un pañuelo (y luego desecharlo) o con el interior del codo, para evitar contagiar a otras personas.

Asimismo, a veces los gérmenes se quedan en las superficies (algunos virus y bacterias pueden vivir entre 20 minutos y 2 horas o más en las superficies como las mesas de las cafeterías y los escritorios) y cuando alguien las toca y luego se lleva la mano a la boca o la nariz (o sea, se toca la cara), pueden entrar a su cuerpo y enfermar a la persona. Por eso es tan importante lavarse bien las manos.

Otras medidas para que tus niños se protejan de los gérmenes son:

  • Enséñales y ayúdalos a lavarse las manos con frecuencia y a mantener hábitos de higiene. Para que el lavado de manos sea efectivo, primero debes mojarte las manos y luego aplicar el jabón, entonces frota las manos para que haga espuma durante 20 segundos (lo que toma cantar el “happy birthday” (feliz cumpleaños) dos veces, para tener una referencia). Si no tienes agua y jabón, puedes utilizar toallas desinfectantes o gel desinfectante con alcohol: aplícalo sobre las manos y deja que se seque con el aire.
  • Limpia y desinfecta las superficies frecuentemente y manipula y prepara los alimentos de manera segura.
  • Vacuna a tus hijos de acuerdo al programa de vacunación recomendado para su edad.
  • Utiliza los antibióticos adecuadamente (es decir, toma y dale a tus hijos la cantidad exacta que te ha indicado el médico y respeta los horarios de cada toma para que no se pierda el efecto). Únicamente cuando los receta el médico por el tiempo y en la dosis recetada. No los suspendas antes.
  • Si tienes mascotas, asegúrate de que tus hijos se laven las manos después de jugar con ellas y de que no estén en contacto con sus desechos.
  • Evita que tus niños estén en contacto con animales silvestres.

Además de esto, para que los niños se mantengan fuertes es importante que consuman una alimentación sana, nutritiva y variada, que se mantengan activos físicamente y que descansen suficiente.

Enséñale desde pequeño que la salud es como un tesoro que hay que cuidar y cómo se cuida, y que si está sano tendrá más oportunidad de salir a jugar con sus amiguitos.

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Imagen: ©Pixabay / Alicja

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