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Retomar una rutina de ejercicios luego de haber pasado mucho tiempo sin actividad o de haber tenido que abandonarla por alguna circunstancia (lesión, enfermedad, cirugía o embarazo, por ejemplo), puede ser muy saludable. Pero si te precipitas, también puede resultar peligroso. Muchas personas pretenden hacer lo mismo que antes desde el primer día y eso no es conveniente. Aquí te contamos algunas consideraciones que debes tener en cuenta para no lastimarte, y volver al ejercicio después de un periodo prolongado sin actividad.

Salir a recorrer la montaña en bicicleta parece un programa entretenido, sobre todo cuando estás conociendo un lugar nuevo durante las vacaciones. Así lo consideró Jimena y fue la primera en anotarse para la aventura, sin tener en cuenta que durante el año su mayor cantidad de ejercicio había sido caminar hasta el ascensor cada vez que su jefe la llamaba desde el piso de arriba.

Pedro, en cambio, tuvo una revelación: él estaba muy angustiado porque a su padre le habían diagnosticado cáncer, y leyó en un artículo que el ejercicio ayuda a disminuir las posibilidades de tenerlo. En ese momento decidió ponerse manos a la obra. Como su semana era muy ocupada, cuando llegó el sábado no dudó en ponerse las zapatillas y salir a correr, millas y millas sin parar, bajo el rayo del sol, sin agua, gorro ni bloqueador solar.

Es cierto que el ejercicio te ayuda a mantenerte en forma y siempre es saludable, pero el cuerpo también tiene sus tiempos. ¿Sabes qué ganaron Jimena y Pedro, además de cansarse muchísimo ese día? Ella comenzó a sentir un dolor en la rodilla que no se le pasó en todas sus vacaciones y ahora debe cuidarse según las indicaciones del ortopedista (o traumatólogo), que es el médico que atiende los problemas en los huesos. Él, en cambio, terminó deshidratado, con un dolor de cabeza insoportable, la piel muy roja por el sol, los pies doloridos y un poco de fiebre que tardó varias horas en irse.

Conclusión: si no eres de los que hace ejercicio con regularidad y quieres empezar a hacerlo o si quieres retomar tu rutina de ejercicios luego de haberla dejado por un tiempo debido a alguna lesión o enfermedad, porque te has sometido a alguna cirugía o tal vez porque ha nacido tu bebé, empieza poco a poco, nunca trates de hacer todo de golpe porque puedes lastimarte.

El cuerpo necesita tiempo para adaptarse a una rutina de ejercicios, y para que los músculos y los huesos se vayan fortaleciendo y adquiriendo tonicidad y flexibilidad de manera progresiva. Al comenzar de nuevo la actividad, es importante que empieces progresivamente y sin exigirte demasiado, sobre todo si has tenido alguna lesión o si tienes alguna cicatriz.

Cuando el motivo del abandono haya sido una cuestión de salud, es importante que le cuentes a tu médico tu intensión de retomar el ejercicio y le preguntes si debes tener algún cuidado en particular antes de comenzar la rutina. Por ejemplo, no es lo mismo volver luego del parto, que de un infarto o de una cirugía bariátrica (que es la que se hacen las personas obesas para perder sobrepeso).

Con esos datos en mente, lo único que resta es constancia y paciencia, como la tortuga en su carrera con la liebre, que paso a paso y lentamente llega antes a destino y sin problemas.

Sin embargo, puede que te resulte difícil saber por dónde comenzar. Si ese es tu caso, he aquí algunas recomendaciones para que retomes una rutina de ejercicios sin lesionarte:

  • Ponte un objetivo que quieras lograr: correr cinco millas, hacer 200 abdominales diarios, escalar una montaña o ir en bicicleta en un trayecto largo. Cualquiera que sea tu meta, anótala y déjala en algún lugar visible.
  • Arma un plan de ejercicios. Lo primero que necesitas es hacerte el tiempo: define días y horarios que tienes disponibles y adónde irás a practicar. Asimismo, busca nuevos modos para ponerte en forma, sobre todo si has tenido una lesión y te estas recuperando. Puedes probar con ejercicios suaves y quizás sea el momento de empezar actividades como yoga o Pilates.
  • Escucha a tu cuerpo y acepta tus limitaciones. Sobre todo si has dejado el ejercicio por algún motivo de salud. Recuerda que has tenido un problema y que necesitas encontrar nuevas formas de ejercitar y devolverle a tu cuerpo la movilidad que ahora ha cambiado.
  • Cuida tus músculos. Comienza con movimientos lentos, usando pesas pequeñas para los ejercicios de resistencia, y recorriendo distancias cortas. Y no te desanimes. Con el tiempo empezarás a notar los resultados y, si has sido realista, cuando menos lo esperes estarás logrando el objetivo que te has propuesto.

Por último, recuerda que la actividad física es sólo una parte de tu plan de salud y bienestar en general. Si acompañas tu rutina con pequeños y saludables cambios en tu dieta, los resultados serán mucho más notorios. ¡Anímate!

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Imagen: ©Shutterstock / Edvard Nalbantjan

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