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Uno de los ejercicios más baratos, seguros y sencillos es simplemente: caminar. Lo único que necesitamos es tener zapatos cómodos y que mantengan a tus pies en buenas condiciones. Después de todo, cada paso pone el 50% del peso de tu cuerpo en cada uno de tus pies. Aquí encontrarás varias recomendaciones que te ayudarán a seleccionar el calzado adecuado.

Usar los zapatos correctos puede no sólo ayudarte a sentirte lo mejor posible sino a prevenir lesiones también. La elección del calzado puede afectar a todo el cuerpo, no sólo a los pies. Además de torturar a los dedos de tus pies o a tus talones, la falta de alineación de los pies puede causar falta de alineación del cuerpo que, a su vez, puede tener un impacto en las rodillas, las caderas y en toda la columna: en la parte baja, la parte alta e incluso el cuello. Además, si estás buscando un zapato para caminar, es preferible que selecciones uno que sea ligero y que absorba el impacto.

¿Cómo podría ayudarte un zapato?

Cuando el calzado te queda bien te puede ayudar de las siguientes formas:

  • Se siente cómodo inmediatamente – desde la primera vez que lo usas.
  • Amortigua al pie – la entresuela o el acolchado o relleno interior es la parte principal del zapato responsable de hacer esto. Esto es lo que absorbe el impacto.
  • Sostiene al pie – el zapato debe ayudar a alinear al pie cuando toca el suelo.
  • Te queda bien – Debe tener libre un espacio de al menos 1 a 1.5 cm o 0.5 pulgada en la punta del zapato. Debe ser lo suficientemente ancho y largo. Y debe de sentirse ajustado, pero no apretado. Debe sentirse como un guante en el talón y el empeine, amoldarse a la horma de tu pie y tener espacio amplio para los dedos.

¿Cuándo es mejor probarte el zapato, y a qué otros detalles debes de prestar atención?

  • El mejor momento para comprar zapatos es al final del día, después de que has estado de pie y tus pies se han expandido naturalmente.
  • Traza tus pies en un papel parado, y lleva esos dibujos contigo a la tienda. Coloca los zapatos que te gustan encima del dibujo. Si los zapatos son más estrechos o más cortos, ni te los pruebes. O, si no tienes un dibujo, puedes pedir que te midan los pies, parado, en la tienda. Los pies tienden a crecer a medida que pasa el tiempo y un pie puede ser y/o volverse ligeramente más largo y/o ancho que el otro. 
  • Lleva los calcetines que piensas usar con esos zapatos durante la actividad y pruébatelos con esos calcetines.
  • Los zapatos deben sentirse cómodos cuando te los pones. De inmediato. No te confíes en que “se volverán cómodos después de que los use un par de veces”.
  • Al ponerte de pie, presiona levemente para asegurarte que tienes como 1 a 1.5 cm o 0.5 pulgada de espacio entre el dedo gordo del pie o el dedo más largo y la punta del zapato. Esto le proporciona suficiente superficie a tu pie para avanzar hacia adelante cuando camines. Y mueve tus dedos dentro del zapato para asegurarte que tienen suficiente espacio.
  • Camina para que puedas determinar cómo los sientes y si realmente están cómodos. Tienes varias cosas que analizar:
    • Presta atención a lo largo y lo ancho del zapato. Si sientes que te aprieta el empeine, necesitas un zapato más ancho, si sólo es más largo no te va a ayudar. Asegúrate que el zapato agarra tu talón y que el zapato no se desliza.
    • Asegúrate que no tiene etiquetas, costuras ni otros materiales que puedan irritar tu pie.
    • Revisa las suelas. Camina en superficies duras y en alfombra para ver como las sientes. ¿Se ven lo suficientemente fuertes para protegerte de objetos afilados?

Dependiendo de la actividad, hay zapatos que pueden brindar algunos beneficios. Por ejemplo, los zapatos para caminar son mejores cuando son ligeros y tienen mayor relleno o absorción de impacto adicional en el talón y debajo de la bola del pie (que es la parte acolchada de la planta del pie entre los dedos y el arco, sobre la cual descansa el peso del cuerpo cuando se levanta el talón). Los zapatos para correr son mejores cuando tienen mayor relleno o absorción de impacto generalizado y buena resistencia a la torsión (lo que significa que el zapato no debe torcerse fácilmente). Estas características pueden ayudar a proteger contra calambres en las piernas, tendinitis, dolor en el talón, fracturas por estrés y otras lesiones por uso excesivo.

¿Qué problemas puede causar un zapato incorrecto?

  • Un zapato incorrecto (apretado, flojo, que no te proporciona apoyo, etc.) puede contribuir a la formación de callos, juanetes, uñas enterradas, problemas en la postura, dolor de espalda y lesiones en los deportes como calambres en las piernas y dolor en el tendón de Aquiles.
  • Puede empeorar problemas existentes como dolor por artritis en los pies, los tobillos, las rodillas y/o las caderas.
  • Puede tener un impacto en la forma en que caminas.
  • El estar de pie en los zapatos incorrectos puede causar estrés y dolor en los huesos, en las articulaciones y en los tejidos blandos que los sostienen, aún por periodos cortos de tiempo.

¿Cuándo debes remplazar tus zapatos?

Aunque tus zapatos estén cómodos, los debes de reemplazar periódicamente, aunque se vean bien, porque podrían no proporcionarte el sostén o absorber el impacto adecuadamente. Lo debes hacer si:

  • La suela se ve gastada o
  • Si has caminado o corrido 300 a 400 millas, o sea 483 a 650 km, en ellos.

Como ves, cuando los zapatos no quedan bien no sólo son incómodos, pueden causar otros problemas. Si a pesar de elegir zapatos cómodos tienes problemas con dolor de pies o de tobillos, consulta a un especialista (un ortopedista o un podiatra). El o ella podrá identificar cuál es el problema. Quizá necesites un soporte del arco o algún otro dispositivo que ayude a alinear la posición de tu pie dentro del zapato, o recomendaciones para hacer ejercicios de estiramiento y fortalecimiento.

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Imagen: ©Shutterstock / Undrey

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