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  • La depilación es una decisión personal que presenta un abanico de opciones. Para evitar recurrir a sesiones de eliminación del pelo cada pocas semanas se pueden elegir las opciones definitivas. Eso sí, no existe tal cosa: el pelo luego de meses o años eventualmente volverá a salir. Lo que exigirá una nueva visita al dermatólogo, que siempre debe estar monitorizando tu piel.
  • Dentro de las opciones ‘definitivas’, aunque no es así ya que volverán luego de algunos meses, se puede destacar dos: láser, que mediante frecuencias de luz quema el pelo y eventualmente las estructuras que lo construyen y la electrólisis, que con pequeñas descargas eléctricas en cada folículo se eliminan las células formadoras de pelo.
  • La depilación definitiva tiene sus riesgos, especialmente la que se basa en la luz láser. Esto porque calienta el pelo altamente pigmentado con melanina, la misma que le da el color a la piel. Es decir, si la piel tiene alta pigmentación puede sufrir quemaduras. Aunque actualmente se han generado nuevas técnicas que amplían el espectro de usuarios aptos.

Muchas personas, por sus intereses personales en relación a su cuerpo, desean tener una piel libre de vellos. Eso ha llevado a que los dermatólogos y las compañías de belleza busquen técnicas para lograr dicho cometido de manera ‘definitiva’. Estas opciones han ganado popularidad en aquellos que no desean rasurarse o hacer la dolorosa depilación tradicional. Además, como todas las tecnologías, algunas técnicas han podido adaptarse para su uso en casa, aumentando el alcance en la población que no tiene posibilidades para visitar un salón dermatológico. En este artículo responderemos a algunas de las preguntas más comunes en relación a la ‘depilación definitiva’.

¿Cómo es posible eliminar el pelo definitivamente?

En palabras de la dermatóloga Christina Haak, autora del libro técnico ‘Bases en la aplicación del laser dermatológico’, el cabello crece en unas cavidades llamados folículos pilosos, donde, como en las uñas, hay células madre especializadas en construir el pelo, el bulbo piloso. En la depilación donde solo se tira del pelo, este vuelve a construirse, por eso “mediante el uso de luz a una frecuencia específica se logra destruir por calor todo lo que tenga el pigmento melanina, incluyendo las células del bulbo”, escribe. Sin embargo, de acuerdo a ella y otros autores, no existe tal cosa como un tratamiento final; el pelo eventualmente vuelve a crecer en meses o años, variando según la persona. Lo que requiere ‘tratamiento de mantención’.

¿Láser, luz, IPL, electrólisis?

El primer gran grupo de técnicas para depilar es el uso de luz roja e infrarroja:

  • Láser: Una frecuencia específica ( que van a recibir un nombre distinto, como rubí, diodo, soprano entre otros) que logra calentar el pelo hasta el punto donde mata a todas las estructuras del folículo piloso. De acuerdo a la Academia Americana de Dermatología, luego del primer día de tratamiento (que tienden a ser 6) se reduce entre un 10 y 25% del pelo en la piel. Este tratamiento requiere ser llevado a cabo por dermatólogos especializados, ya que pueden generar daños irreparables a la piel.
  • IPL: Del inglés para luz pulsada intensa, se diferencia del láser porque contiene distintas frecuencias, por lo que no tiene tanta efectividad en destruir el folículo. Por lo que los profesionales lo clasifican como un debilitador de cabello (razón por la que se debe constantemente repasar). Este es el tipo de depiladora que se comercializa por Philips, Braun y otras para el hogar. Es necesario ser enfáticos en que mirar directamente la luz o usarlo en zonas sensibles puede ser muy peligroso porque puede producir quemaduras. Para que tenga el mayor efecto de penetración, el usuario debe rasurar el pelo a tratar.

El segundo tipo es la electrólisis, la que mediante una fina aguja que se inserta en el folículo piloso para que, con una descarga eléctrica pequeña, eliminar (quemar) las células constructoras del pelo.  Esta técnica ha ganado adeptos porque logra solucionar un gran problema que tiene el láser: el color de la piel y el pelo.

¿Importa el color del pelo y la piel?

Hablando de la depilación láser, que tiene como objetivo calentar las estructuras con melanina, la piel tiene pigmentación también se puede calentar e incluso quemar. Quizá habrás escuchado que las técnicas más antiguas sólo podían ser usadas por personas con tipo de piel I y II. Por eso es clave conocer el tipo de láser que se usa para no sufrir quemaduras.

El tipo de piel es una escala inventada para clasificar a las personas según su riesgo de tener cáncer de piel. Pasando por la I que siempre se quema, nunca se broncea, hasta el VI que son personas con una pigmentación profunda que nunca se queman.

Por otro lado, lo mismo sucede con el color del pelo: Tener pelo negro oscuro supone el ideal candidato para eliminarlo con láser, pero si es de un tono claro, prácticamente no logrará tener ningún efecto por su falta de melanina

Eso sí, en la intensa lucha de no perder clientes se han logrado generar técnicas láser que aceptan a personas con cualquier tipo de piel. Pero el color del cabello ha sido un mayor desafío. Por eso, actualmente ha ganado mucha más popularidad la electrólisis.

¿Se puede realizar en cualquier zona?

De lo anterior, se logra evidenciar que zonas pigmentadas -como los pliegues o genitales- son muy peligrosas de tratar con láser. Mientras que donde los vellos son claros, el efecto será casi nulo. Por ello los dermatólogos fusionan el láser en las grandes áreas de las extremidades y trono, mientras que la electrólisis se usa en la cara y la línea del bikini.

En síntesis, existen muchas técnicas que pueden reemplazar a las dolorosas depilaciones tradicionales que requieren de un repaso cada pocas semanas y el problema de cuando vuelve a crecer el pelo y este se queda enterrado.

Por Carlos Diego Ibáñez
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Imagen: ©Shutterstock / Roman Samborskyi

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