Las diferencias entre hombres y mujeres en el cáncer son más que un dato epidemiológico: son una variable crítica en la medicina moderna. Numerosos estudios, incluidos los recientes del proyecto Oncogenyx, revelan que el sexo y el género no solo modifican la incidencia de la enfermedad, sino también el pronóstico y la efectividad de los tratamientos.
Esta nueva mirada propone una revolución en la medicina oncológica de precisión, y en este artículo profundizamos en sus implicancias, respaldados por la evidencia científica más reciente.
Diferencias entre hombres y mujeres en el cáncer: una realidad en cifras
Según estimaciones de la American Cancer Society para 2025, se diagnosticarán más de 2.04 millones de nuevos casos de cáncer en Estados Unidos, distribuidos en aproximadamente 1.05 millones en hombres y 988,000 en mujeres. Además, los hombres presentarán una mayor tasa de mortalidad en casi todos los tipos de cáncer no asociados al aparato reproductor.
Este patrón se ha mantenido constante durante las últimas décadas y ahora se comprende mejor gracias a estudios como los del proyecto Oncogenyx, una iniciativa impulsada por Organon junto con la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM) y la Sociedad Española de Farmacia Hospitalaria (SEFH), cuyas conclusiones resultan ampliamente aplicables al contexto global.
“La eficacia y la toxicidad de opciones terapéuticas como la quimioterapia, la inmunoterapia, las terapias dirigidas o radioterapia pueden variar según el sexo del paciente”, explicó la Dra. Ana Santaballa, oncóloga del Hospital Universitario La Fe de Valencia, en España, y miembro de la SEOM.
Impacto del sexo en la incidencia y evolución del cáncer
Los datos demuestran que las diferencias biológicas entre sexos afectan directamente la epidemiología, patogénesis y pronóstico del cáncer. Por ejemplo, los hombres presentan tasas más altas de cáncer de pulmón, hígado y vejiga, mientras que las mujeres muestran mayor supervivencia ante cáncer colorrectal, incluso con tratamientos menos agresivos.
Estas diferencias pueden atribuirse a factores hormonales, genéticos y metabólicos, así como a la distinta expresión de enzimas metabolizadoras y receptores celulares. “Sexo y género son variables clave en investigación y práctica clínica, ya que influyen en el diagnóstico, las características moleculares, el tratamiento y la dosis”, afirma la Dra. Santaballa.
Farmacología con perspectiva de sexo
La farmacocinética (cómo el cuerpo procesa un medicamento) y la farmacodinámica (cómo el fármaco afecta al cuerpo) presentan claras diferencias entre sexos. Estas influyen directamente en la eficacia y toxicidad de terapias como la quimioterapia, inmunoterapia y terapias dirigidas.
Un ejemplo concreto es la mayor incidencia de efectos secundarios en mujeres, quienes además metabolizan ciertos fármacos más lentamente, lo que puede aumentar la toxicidad si no se ajusta la dosis. “Se ha evidenciado que la eficacia y la toxicidad de opciones terapéuticas pueden variar según el sexo del paciente”, señala la Dra. Santaballa.
Género y comportamientos de salud
Mientras que el sexo es una característica biológica, el género influye en la forma en que hombres y mujeres perciben los síntomas, buscan atención médica y participan en estudios clínicos. “El género como constructo sociocultural también debe incluirse en la toma de decisiones personalizada”, sostiene la Dra. Santaballa, ya que puede definir los patrones de acceso a la salud y, por tanto, el tiempo del diagnóstico.
Esta dimensión social explica por qué los hombres tienden a presentar cáncer en estadios más avanzados, al retrasar la consulta médica.
Desigualdad en ensayos clínicos
Históricamente, las mujeres han estado subrepresentadas en los ensayos clínicos oncológicos, lo que limita la validez de las recomendaciones terapéuticas. Las dosis estándar suelen basarse en cuerpos masculinos, ignorando las diferencias en peso, grasa corporal y función hepática.
“Se deberían evitar los sesgos derivados de la escasa representación femenina en ensayos clínicos”, agrega la Dra. Santaballa.
Acciones necesarias: ¿hacia dónde vamos?
Aunque los avances son prometedores, se necesita mayor inversión para:
- Desarrollar guías clínicas adaptadas al sexo.
- Aumentar la representación femenina en estudios clínicos.
- Capacitar a los profesionales en medicina con enfoque de género.
- Financiar estudios de farmacogenómica diferenciada.
Las diferencias entre hombres y mujeres en el cáncer no pueden seguir ignorándose. Incorporarlas en la investigación, diagnóstico y tratamiento es imperativo para una oncología más precisa, equitativa y efectiva.
Preguntas frecuentes
¿Qué diferencias existen entre hombres y mujeres en el cáncer?
Biológicas (hormonas, metabolismo, expresión génica) y sociales (búsqueda de atención médica, participación en ensayos).
¿Por qué el sexo influye en los tratamientos?
Porque los fármacos se procesan diferente en hombres y mujeres, afectando su eficacia y seguridad.
¿Qué rol juega el género en el diagnóstico temprano?
El género determina actitudes ante la enfermedad; los hombres suelen consultar menos, lo que retrasa el diagnóstico.
¿Cómo afectan estas diferencias al desarrollo de medicamentos?
Las pruebas clínicas históricamente se diseñaron con mayoría masculina, lo que puede producir recomendaciones sesgadas.
¿Qué beneficios trae una oncología con enfoque de género?
Mayor eficacia terapéutica, reducción de efectos adversos y tratamientos verdaderamente personalizados.
Por Miguel Ramudo
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