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Lo que pensábamos acerca del metabolismo estaba equivocado, de acuerdo con un estudio reciente en el que estudiaron a 6.600 personas de ambos sexos con edades de entre los 8 días y los 95 años en 29 países. Esto podría tener implicaciones importantes. Los datos se colectaron durante 40 años combinando los esfuerzos de varios grupos de investigadores. 

El metabolismo consiste, dicho simplemente, en un proceso del cuerpo mediante el cual gasta energía y quema calorías. Se inicia desde el nacimiento y no para hasta la muerte, ya que es el que permite el crecimiento, la reparación de las células, la respiración, que circule la sangre, el movimiento del cuerpo, en fin, funciona incluso cuando descansamos o dormimos. Obtiene la energía de los alimentos que consumimos. La intensidad del metabolismo es diferente en cada persona y generalmente su eficiencia está determinada genéticamente.

Hay personas que tienen un metabolismo lento, otras rápido y otras un metabolismo promedio. Las que tienen el metabolismo lento tienden a quemar calorías más lentamente y a almacenar más grasa, lo que se traduce en más peso, mientras que las que tienen un metabolismo más rápido pueden comer más sin subir de peso. Pero, frecuentemente los factores principales, de acuerdo con el Dr. Chih-Hao Lee de la T. H. Chan School of Public Health de Harvard, especialmente a medida que pasa el tiempo, son una mala alimentación y el sedentarismo. 

Hasta ahora pensábamos que, típicamente, el metabolismo empezaba a disminuir en todas las personas alrededor de los 30 años. Pero la forma como se medía el metabolismo sólo tomaba en cuenta las funciones vitales básicas, que representan sólo del 50 al 70 por ciento de las calorías que quemamos cada día. No tomaban en cuenta la energía que gastamos haciendo todo lo demás: lavando los platos, haciendo ejercicio o saliendo a caminar con el perro, simplemente estar sentados frente a la computadora o pensando.

En este estudio, los investigadores utilizaron un método llamado “de agua doblemente etiquetada” que se considera el criterio o técnica ideal para medir el gasto diario de energía durante la vida diaria normal.

De acuerdo con el Dr. Katzmarzyk, uno de los investigadores, algunas personas piensan que la adolescencia y la década de los veinte es la edad en que su potencial de quema de calorías alcanza su punto máximo, pero el estudio mostró que los infantes en sus primeros 12 meses de vida, son los que tienen las tasas metabólicas más altas. 

Después, el metabolismo disminuye como 3 por ciento cada año hasta la década de los veinte. Se mantiene estable entre los veinte y los 50 y, sorpresivamente, no empieza a disminuir hasta los sesenta. Es una disminución gradual de sólo 0.7 por ciento al año. La menopausia en las mujeres no cambió el metabolismo.

Interesantemente, una persona en la década de los noventa, de acuerdo con el estudio, necesita 26 por ciento menos calorías al día que alguien en la mediana edad. O sea, el retraso metabólico que se inicia a los 60 resulta en una disminución del 20 por ciento en la tasa metabólica a los 95 años.

Los investigadores tomaron en consideración el tamaño del cuerpo y la cantidad de músculo de los participantes, así como su sexo, para llegar a sus conclusiones. No hubo diferencia entre los hombres y las mujeres.

De acuerdo con el Dr. Klein, otro de los investigadores, los requerimientos de energía del corazón, del riñón, del hígado y del cerebro representan el 65 por ciento de la tasa metabólica, aunque sólo constituyen el 5 por ciento del peso corporal. Él piensa que un metabolismo más lento después de los 60 años podría significar que los órganos cruciales no están funcionando tan bien a medida que envejecen. Esta podría ser una de las razones para explicar por qué las enfermedades crónicas tienden a ocurrir con mayor frecuencia en las personas mayores. 

No importa qué tan jóvenes se ven las personas, las cosas están cambiando. La biología dice que la disminución en el metabolismo empieza a los 60.

Entonces, ¿qué puedes hacer para evitar aumentar de peso en la mediana edad, en la menopausia y, de hecho, en general? Se recomienda procurar mejorar nuestros hábitos diarios e incorporar una dieta saludable con porciones más pequeñas, asegurándonos de consumir suficiente proteína. También es importante aumentar la cantidad de actividad física que hacemos. Si no tienes limitantes para hacer ejercicio y has estado haciendo ejercicio regularmente, considera agregar intervalos de alta intensidad a tu rutina habitual. Por ejemplo, si has estado caminando o corriendo en una cinta o al aire libre, acelera el paso por 30 o 60 segundos y luego disminuye el paso a tu ritmo regular. Repite el ciclo durante 8 a 12 minutos. Además, incorpora pesas o ejercicios de resistencia dos a tres veces a la semana para ayudar a aumentar la masa muscular.

Nunca es tarde para empezar a hacer ejercicio de forma regular, pero si has estado sedentario y tienes 40 años o más y/o tienes algún problema médico, empieza por caminar y visita a tu médico antes de iniciar una actividad física vigorosa.

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Imagen: ©Shutterstock / fizkes

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