Comer con prisa o hacerlo frente al ordenador se ha vuelto un hábito muy común. Sin embargo, este tipo de conducta puede alterar la digestión y favorecer la dispepsia funcional, también conocida como indigestión funcional. Este trastorno se manifiesta con sensación de plenitud, ardor o hinchazón después de comer, y suele empeorar con el estrés o los horarios irregulares.
«La dispepsia funcional se caracteriza por molestias como dolor o ardor en la parte superior del abdomen, saciedad precoz, sensación de plenitud e hinchazón molestos después de comer. Además, el estrés asociado a los hábitos acelerados del día a día, como comer con prisa o de manera irregular, pueden afectar la barrera natural del intestino, empeorando estos síntomas», explica el Dr. Jordi Serra Pueyo, presidente de la Asociación Española de Neurogastroenterología y Motilidad (ASENEM). «Cuando esta barrera se vuelve más permeable, sustancias que normalmente no deberían pasar, como restos de alimentos o toxinas, pueden llegar al torrente sanguíneo, activando el sistema inmune y generando inflamación».
Comer con prisa y dispepsia funcional: lo que ocurre en tu intestino
Cuando comemos deprisa o distraídos, el cuerpo no tiene tiempo de preparar el sistema digestivo para procesar los alimentos. Esto puede alterar las uniones entre las células del intestino, facilitando el paso de sustancias que irritan la mucosa. Con el tiempo, ese proceso puede aumentar la inflamación intestinal y agravar los síntomas de dispepsia funcional.
Además, el estrés y la falta de horarios regulares también afectan al funcionamiento del aparato digestivo. En algunas personas, el intestino se vuelve más sensible, lo que explica por qué incluso comidas ligeras pueden causar malestar o sensación de pesadez.
Dispepsia funcional: causas y cómo aliviar las digestiones pesadas
No existe una causa única de la dispepsia funcional. Suele deberse a la combinación de varios factores: estrés, comidas copiosas o irregulares, digestión más lenta o mayor sensibilidad intestinal. También influyen los alimentos ricos en grasas, azúcares o ultraprocesados, que pueden irritar el estómago.
«En los pacientes con dispepsia funcional se han observado pequeñas alteraciones en la parte superior del intestino que podrían influir en cómo se perciben las digestiones», añade el Dr. Serra. «Estos cambios se asocian con una comunicación diferente entre los nervios del sistema digestivo y el cerebro, lo que explica que algunas personas noten más molestias o sensación de plenitud con comidas normales».
Mantener horarios regulares, masticar despacio y comer sin distracciones son hábitos que ayudan a mejorar la dispepsia funcional. Dormir lo suficiente y reducir el estrés también es esencial, ya que la conexión entre el cerebro y el intestino influye directamente en cómo digerimos los alimentos.
Consejos para cuidar tu digestión
- Evita comer con prisa o frente al ordenador. Dedica al menos 15–20 minutos a cada comida.
- Mastica bien los alimentos y evita tragar aire.
- Respeta los horarios de comida y no te saltes el desayuno ni el almuerzo.
- Elige alimentos frescos y naturales: frutas, verduras, legumbres, cereales integrales y proteínas magras.
- Reduce los ultraprocesados, el alcohol y el exceso de café.
- Practica técnicas de relajación o pausas activas para controlar el estrés.
Tratamiento y apoyo profesional
El tratamiento de la dispepsia funcional debe ser personalizado. Si los síntomas son persistentes o aparecen signos de alarma —como pérdida de peso, vómitos frecuentes, anemia o sangrado—, conviene acudir al médico.
Además de los cambios en la alimentación y los horarios, existen tratamientos médicos y opciones naturales que pueden aliviar la hinchazón, el dolor abdominal o la sensación de pesadez.
Preguntas frecuentes
¿Qué es la dispepsia funcional?
Es un trastorno digestivo que causa malestar, ardor o plenitud tras las comidas, sin que exista una lesión visible en el estómago. Se relaciona con mayor sensibilidad intestinal y hábitos de vida irregulares.
¿Por qué comer con prisa empeora la digestión?
Porque el cuerpo no tiene tiempo de activar correctamente las señales digestivas. Comer rápido favorece la deglución de aire y puede alterar la barrera intestinal, lo que agrava la dispepsia funcional.
¿Qué alimentos conviene priorizar si tengo indigestión funcional?
Frutas, verduras, legumbres, cereales integrales y proteínas magras. Evita los ultraprocesados, el alcohol y el exceso de café para mejorar la digestión.
¿Cuándo debo consultar al médico?
Si los síntomas no mejoran con cambios de hábitos o aparecen signos de alarma, como pérdida de peso, anemia, vómitos o sangrado.
¿La dispepsia funcional tiene cura?
No siempre desaparece del todo, pero con una alimentación equilibrada, control del estrés y tratamiento adecuado, la dispepsia funcional puede controlarse y permitir una vida normal.
Por Miguel Ramudo
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