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¡Que el asma no sea una excusa para que no hagas ejercicio! El ejercitarse tiende a ser saludable y en tu caso, combinado con un tratamiento adecuado, hasta puede ayudarte a mejorar tu condición y a disminuir los ataques. Elige las actividades apropiadas para ti, considera las precauciones que debes tomar y evita los ejercicios que pueden inducir tu asma. Aquí te contamos cómo hacerlo.

Juan Carlos tiene asma desde sus 17 años y le encanta bailar. Al principio no estaba seguro pero las ganas fueron más fuertes y comenzó a tomar clases de salsa para lucirse más en las fiestas. Temía quedarse sin aire y tener que abandonar las clases, pensaba que su condición de asmático no le permitiría disfrutarlo. Por el contario, se sorprendió de sí mismo y hoy no deja de sorprender a las chicas en la pista.

¿A ti también te encantaría realizar alguna actividad física pero los síntomas del asma hacen que tengas que evitar casi cualquier movimiento porque te da miedo que te pueda inducir un ataque o te falte el aire? He aquí una buena noticia para ti: lo más seguro es que el tratamiento adecuado y un pequeño cambio en tu rutina con respecto a la enfermedad sean suficientes para que practiques ese deporte o el ejercicio que tanto te gusta, sin sufrir los síntomas del asma.

Sin duda alguna el mantener una vida activa es saludable, tanto física como mentalmente, incluso para los que padecen de asma. El montar bicicleta, caminar, realizar ejercicios aeróbicos y correr sobre una cinta son estupendas alternativas para las personas que sufren esta condición. También las actividades que requieren períodos cortos e intermitentes de ejercicios, como el vóley ball, la gimnasia y el béisbol tienden a ser bien tolerados por la gente que tiene síntomas de asma.

Otra alternativa maravillosa es la natación, que generalmente se realiza en lugares cerrados, limpios y con agua templada pero no fría. De hecho, debes tener cuidado con el frío cuando hagas ejercicio.

Por esa razón, los deportes de climas fríos como el jockey sobre hielo y el esquí no se toleran tan bien, al igual que el fútbol, las carreras a distancia, el básquet y el hockey sobre césped, que implican períodos de ejercicios más largos.

Sin embargo, muchas personas con asma también realizan estas actividades sin inconvenientes. Si estás interesado, consulta con tu médico para que te oriente sobre lo que debes tener en cuenta para tu situación en particular.

En general, hay algunas medidas que se pueden tomar para prevenir los ataques (que se deben al estrechamiento de los bronquios o bronco-espasmos) durante el ejercicio. Entre ellos, por ejemplo:

  • Antes de comenzar, utiliza el broncodilatador apropiado (tu médico te indicaría el apropiado para ti).
  • Toma unos minutos para precalentar y relajar el cuerpo, antes y después de cada actividad.
  • Si el clima es frío, haz los ejercicios en lugares cerrados o utiliza una máscara o bufanda para cubrir tu nariz y tu boca.
  • Si tienes asma alérgico, evita realizar actividades al aire libre, donde puede haber más polen y contaminación.
  • Si estás resfriado o tienes alguna infección respiratoria, evita ejercitarte.
  • No te exijas demasiado, realiza el nivel de ejercicios apropiado para tu cuerpo.

Si a pesar de todo esto, notas que te falta el aire ligeramente durante la actividad fisica. ¿Qué puedes hacer en esos casos? Detente un minuto y, si tu médico te lo ha autorizado, vuelve a utilizar tu inhalador (que es el bronco-dilatador, para que abra tus bronquios). Si los síntomas desaparecen puedes volver a la actividad pero si persisten, detente y consulta con tu médico, ¡pero no te desanimes!

Ten en cuenta que, si bien algunos ejercicios pueden inducir el asma, también puede haber otros factores que lo provoquen, como polen, las mascotas u otro tipo de alergénico. Por ejemplo, algunos factores que pueden aumentar el asma durante el ejercicio son: el aire frío y/o seco, la contaminación ambiental o el humo, el tener una infección en las vías respiratoria, el no estar en buena condición física o la presencia de químicos como cloro, pinturas, fertilizantes o pesticidas. Pero, ha habido atletas que han ganado medallas olímpicas que han sufrido de asma. Así que es el asma no debe ser una razón que te impida ejercitar. Si es necesario, consulta a un especialista.

Con todos estos datos en mente, toma las medidas necesarias y no esperes más para ponerte en movimiento. No dejes que el asma te detenga.

 

Imagen © iStock / Chad Thomas 

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