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Millones de personas practican deportes a diario en todo el mundo. Esa sin duda es una actividad muy sana, pero que implica también el riesgo de lesiones. La rodilla es una de las articulaciones que más sufre, siendo la lesión del ligamento cruzado anterior una de las más comunes, especialmente en deportes como el baloncesto (basketball) y el fútbol (soccer).  Pero además del tipo de deporte, influye también el género del deportista: las mujeres atletas tienen hasta 10 veces más probabilidades de lesionarse el LCA que los hombres. ¿A qué se debe esto?

 

La función del ligamento cruzado anterior (LCA) es estabilizar la rodilla y para ello corre de forma diagonal dentro de la articulación, conectando el fémur (el hueso largo del muslo) a la espinilla (o tibia, en la pierna). Tres ligamentos más sirven para conectar estos dos huesos, pero el ligamento cruzado anterior es el encargado de evitar que la rodilla se deslice hacia afuera en la parte delantera del fémur, cuando ésta se flexiona.

Las lesiones del LCA pueden deberse a varias razones:

  • Un golpe fuerte en un costado de la rodilla
  • Cuando la articulación se extiende excesivamente
  • Al ocurrir paradas rápidas y cambios bruscos de dirección al correr, al aterrizar después de un salto, o al voltearse

No en balde son el tenis, el baloncesto, el soccer y el fútbol americano algunos de los deportes que más contribuyen a lesionar la rodilla y específicamente el LCA. Pero, te preguntarás, ¿ qué causa que las mujeres tengan más probabilidades de dañarse este ligamento que los hombres?

No se sabe a ciencia cierta la razón, pero entre las posibles causas se menciona la siguiente: las diferencias anatómicas entre los sexos.  No es un secreto que los cuerpos del hombre y la mujer, aunque con las mismas “piezas”, están configurados de manera diferente y éste pudiera ser uno de los factores. Veámoslos en más detalle:

  • Diferente biomecánica: la estabilidad de la rodilla depende de varias cosas. Dos de las más importantes son los estabilizadores estáticos (los tendones incluido el LCA) y dinámicos (los tendones y los músculos) de la rodilla. Para girar, saltar y plantar los pies después de un salto, los hombres y las mujeres utilizan variaciones biomecánicas considerables de estos estabilizadores. Por ejemplo, las mujeres plantan el pie completo mientras que los hombres tienden a aterrizar sobre la zona del metatarso (la parte anterior del pie), distribuyendo así el peso y la presión de la caída de diferente forma sobre los músculos, los tendones y las articulaciones.  El simple hecho de girar o plantarse de forma diferente, aumenta las probabilidades de sufrir lesiones en el caso de las mujeres.
  • Diferente constitución: en comparación con los hombres, las mujeres tienen la pelvis más ancha, un tamaño de LCA diferente, así como más tendencia a rótulas que giran hacia adentro, lo que coloca mucho más presión sobre el ligamento.
  • Diferente fortaleza: al saltar los hombres tienden a usar más los músculos de la corva para estabilizar la rodilla, mientras que las mujeres usan más los cuadríceps (los músculos de la cara anterior del muslo). Esto añade más tensión sobre el LCA.
  • Diferencia hormonal: el estrógeno, la hormona femenina, tiende a relajar el ligamento. Un ligamento más distendido ofrece menos protección que uno más tenso.

¿Practicas tú algún deporte o quizás tus hijas? Entonces conviene que sepas qué puedes hacer para reducir a un mínimo las lesiones en la rodilla.

  • Aprende la técnica adecuada: esto es esencial para la práctica de cualquier deporte, pero es fundamental que sepas cómo saltar y cómo caer. Muchos programas de entrenamiento se enfocan precisamente en utilizar la biomecánica correcta para agilizar los movimientos y evitar lesiones.
  • Realiza ejercicios para fortalecer los músculos de los muslos y de las piernas para quitar la presión de la rodilla.
  • Además, haz ejercicios para mejorar tu equilibrio. En este artículo de vidaysalud encontrarás varias sugerencias útiles.
  • Usa un protector para la rodilla, especialmente en deportes de contacto.

El simple aprendizaje de la técnica correcta al hacer los movimientos te ayudará a reducir significativamente las probabilidades de lesionarte tanto la rodilla, como cualquier otra parte del cuerpo. Así que sigue las indicaciones de tu entrenador.

En caso de sufrir una lesión seria, no muevas la rodilla y usa una férula hasta que te examine un médico. Evita poner presión sobre la rodilla hasta que se haya determinado el tipo de lesión, y no vuelvas a jugar ni reanudes tus actividades habituales hasta que hayas terminado el tratamiento y el médico te lo indique.

El deporte es una de las actividades más beneficiosas que pueden practicar tanto tú como cualquier otro miembro de tu familia. Háganlo con constancia para fortalecer el cuerpo y con consciencia para protegerlo de una posible lesión, especialmente si se trata de la rodilla de la mujer.

Imágen © iStockphoto.com / MichaelSvoboda

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