Uno de los temas que más preocupan a la gente es el envejecimiento. Entre otros padecimientos, con la edad los patrones de sueño tienden a cambiar.
La mayoría de las personas encuentran dificultades para quedarse dormido, se despiertan con más frecuencia durante la noche y se levantan más temprano por la mañana. Pero no te preocupes, hay forma de prepararse para sobrellevar estos cambios inevitables.
Los estudios sobre este tema han cobrando tal importancia que existen centros especializados que investigan todo lo referente a este inevitable avance de la edad en los humanos y su repercusión en la salud.
Tal es el caso del Centro de Investigación y Educación del Envejecimiento de Singapur (Duke-NUS) donde sus profesores encontraron pruebas de que los adultos mayores duermen menos, debido al desgaste del cerebro, incrementando el deterioro cognitivo y la demencia.
El envejecimiento afecta a todas las funciones del organismo, incluido el sueño, no a todas las personas les sucede con la misma intensidad ni en el mismo momento, ya que la edad cronológica no siempre coincide con la fisiológica, por lo que los cambios en los patrones del sueño pueden aparecer en algunos sujetos antes (inclusive en la niñez) y en otros más tarde.
En comparación con los adultos jóvenes se han observado varios cambios prominentes. Estos afectan tanto a la arquitectura del sueño nocturno como al ritmo biológico de sueño-vigilia. Contribuyen a que el sueño en la edad adulta avanzada se caracterice por ser más “frágil” que el de las personas más jóvenes.
El estudio de unos investigadores de Graduate Medical School Singapore (Duke-NUS) examinó los datos de 66 adultos mayores de China. Los participantes se sometieron a un escáner cerebral donde midieron el volumen del cerebro y su función cognitiva. Además, a través de un cuestionario, se registró la duración del sueño.
Con base en lo anterior, se vio que los que dormían menos horas mostraron evidencia de una rápida ampliación del ventrículo cerebral, disminuyendo su rendimiento cognitivo y con mayor disposición de desarrollar enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer. Según ellos los adultos deben de dormir 7 horas para tener una buena salud cerebral a largo plazo.
Por otro lado, recientemente se realizó otro estudio por investigadores de la Universidad de Warwick, en Inglaterra, publicado en PLoS ONE. Ellos buscaban conocer la posible relación entre los problemas del sueño y la pérdida de la memoria y la productividad en las personas mayores.
El Dr. Miller, encargado de la investigación, destacó que entre los resultados se determinó que fue la calidad del sueño y no la cantidad de horas, lo que puede causar un futuro deterioro cognitivo a medida en que se envejece. Asimismo, indica que la optimización del sueño a una edad avanzada puede ayudar a retrasar el deterioro de la función cerebral y a prevenir el descenso rápido que conduce a la demencia senil.
La recomendación de la mayoría de los investigadores es que se debe de dormir entre 6 y 8 horas para que haya una función cerebral óptima, para mantener una buena salud física y para evitar riesgos de desarrollar obesidad, hipertensión, diabetes, enfermedades del corazón y derrames cerebrales.
Por su parte, la Academia Americana del Sueño, a través de su presidenta la Dra. Safwan Badr, señala que dormir es unos de los pilares de una vida sana, y que es esencial para el funcionamiento cognitivo óptimo.
En el caso de los adultos mayores el sueño es menos profundo y más entrecortado que en las personas más jóvenes. Una persona de 70 años sana puede despertarse muchas veces durante la noche sin que esto se deba a una enfermedad. Se pasa menos tiempo durmiendo profundamente y sin soñar, siendo normal que se despierten en promedio de 3 a 4 veces cada noche. También son más conscientes del hecho de estar despierto. La transición entre dormir y despertarse con frecuencia es abrupta, lo que da la sensación de tener el “sueño más ligero” que cuando eran jóvenes.
Es importante conocer que los mecanismos que regulan la vigilia y el sueño con el avance de la edad, pierden parte de su eficacia.
Sin embargo, la disminución en las horas de sueño, no afecta de manera simétrica a las distintas fases del sueño. Sólo afecta fundamentalmente al llamado “REM” o la etapa más cercana al estado de vigilia.
También podemos tener más dificultades para empezar a dormir y conseguir un sueño reparador, continuo y profundo, ya que despertarse más frecuentemente durante la noche es más común y durante más tiempo.
Junto con los cambios físicos que se producen a medida que envejecemos, los cambios en nuestros patrones de sueño son una parte del proceso normal de envejecimiento. Puede haber muchos motivos que causen problemas relacionados con el sueño.
Este patrón se llama síndrome de fase de sueño avanzada, donde el ritmo del sueño se desplaza hacia delante.
La dificultad para dormir es un problema molesto. El insomnio crónico es una de las principales causas de accidentes automovilísticos y depresión. Debido a que el sueño de las personas mayores es más liviano, y se despiertan con mayor frecuencia, pueden sentirse privadas de sueño, aun cuando su tiempo total para dormir no haya cambiado.
La privación del sueño con el tiempo puede ocasionar confusión y otros cambios mentales, así como ser síntoma de depresión, por eso, y como siempre te recomendamos en Vida y Salud, es muy importante que consultes a un médico.
Las personas de edad avanzada responden de una manera diferente a las medicinas en comparación con los adultos jóvenes. Es muy importante consultar con un especialista antes de tomar medicinas para dormir. Algunos antidepresivos no ocasionan los mismos efectos secundarios que las medicinas para insomnio. Quizá un antihistamínico suave funciona mejor que una pastilla para dormir. Pudieran aliviar el insomnio a corto plazo. Sin embargo la mayoría de los expertos no recomiendan este tipo de medicinas en los adultos mayores.
Los medicamentos para dormir, como las benzodiacepinas, solo se deben administrar por un médico y sólo durante un periodo corto de tiempo. Algunas de estas medicinas pueden llevar a la dependencia o adicción, y se pueden desarrollar efectos secundarios como confusión, delirio y caídas que lleven a consecuencias graves como fracturas (quebraduras) de huesos o golpes en la cabeza, especialmente si se toman por mucho tiempo.
Para prevenir estos problemas es muy importante procurar mantenerse físicamente y mentalmente activo, llevar una alimentación sana y balanceada, evitar dormir durante el día, para poder descansar y dormir por la noche. De este modo, facilitamos un ciclo de sueño y vigilia más claro y diferenciado.
Las terapias de comportamiento individual y los medicamentos con receta, o en combinación, se consideran medidas eficaces para tratar las alteraciones o padecimientos del sueño. La elección del tratamiento apropiado depende del problema que se evalúe por el profesional de la salud.
Si tienes insomnio, dificultad para dormir y/o tienes sueño durante el día, habla con tu médico al respecto. Podrías tener apnea del sueño u otro problema de salud, podría ser alguna de tus medicinas, podrías estar deprimido, en fin….Posiblemente tenga solución y es importante que lo trates.
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