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Un nuevo estudio publicado en Nature explica cómo la evolución del bipedalismo humano se apoyó en dos cambios clave en la pelvis: cómo se forma el cartílago y cómo se desarrolla el hueso del ilion, la parte superior de la cadera. Comparando humanos con otros primates, los científicos vieron que nuestras caderas crecieron de manera diferente, lo que hizo posible que camináramos erguidos.

Dos cambios que marcaron la diferencia

Los investigadores descubrieron que estos cambios no fueron enormes mutaciones, sino pequeños ajustes en cómo crecen y se forman los huesos. Esto permitió que especies como Ardipithecus ramidus (hace 4,4 millones de años) pudieran ponerse de pie más fácilmente y usar los brazos para transportar cosas sin gastar tanta energía.

El Dr. José-Miguel Carretero Díaz, paleontólogo de la Universidad de Burgos, explica en declaraciones al Science Media Center de España que: “Los pequeños cambios en la forma del ilion permitieron a Ardipithecus ramidus caminar de forma más eficiente que los chimpancés, ahorrando energía y liberando los brazos para transportar alimentos”.

La genética que nos hace únicos

El estudio también identificó genes importantes como SOX9, ZNF521, PTH1R, RUNX2 y FOXP1/2 que ayudaron a que la pelvis creciera de forma especial. Gracias a estos cambios, los humanos desarrollamos una forma de caminar única entre los primates.

El Dr. Carretero Díaz agrega: “Sin grandes cambios genéticos, pequeños ajustes acumulados durante millones de años pueden producir grandes diferencias evolutivas”.

Expertos destacan la importancia del estudio

Por su parte, el Dr. Juan Manuel Jiménez Arenas, de la Universidad de Granada, dice: “Este artículo es de gran calidad. Nos ayuda a entender cómo evolucionó el bipedalismo humano usando estudios de tejidos y genética. No necesitamos fósiles para aprender sobre nuestra locomoción, con los métodos adecuados se puede avanzar mucho”.

El estudio también respalda teorías sobre cómo nuestros ancestros pasaron de moverse usando brazos a caminar principalmente con las piernas, y muestra diferencias claras entre humanos y otros primates.

Limitaciones y próximas investigaciones

Los investigadores reconocen que hay pocos fósiles y es difícil hacer análisis genéticos en restos antiguos. Además, entre hace 5 y 2 millones de años, algunos homininos ya caminaban erguidos de maneras diferentes. Aun así, nuevos fósiles y técnicas podrían confirmar o ajustar estas conclusiones.

Por qué esto nos importa hoy

Comprender la evolución del bipedalismo humano nos ayuda a entender quiénes somos y de dónde venimos. El Dr. Jiménez Arenas dice: “Conocer cómo y por qué caminamos erguidos forma parte de nuestra identidad y alimenta nuestra curiosidad, algo muy humano”.

Preguntas frecuentes

¿Qué es la evolución del bipedalismo humano?
Es cómo los humanos desarrollaron la capacidad de caminar sobre dos piernas.

¿Por qué la pelvis es tan importante?
Porque su forma permite caminar erguidos, sostener órganos y mantener el equilibrio.

¿Cuáles fueron los cambios más importantes?
La formación del cartílago y la forma en que se desarrolla el hueso del ilion.

¿Se necesitó una mutación gigante para esto?
No, fueron pequeños cambios en el crecimiento de los huesos acumulados durante millones de años.

¿Qué nos enseña este estudio hoy?
Nos ayuda a comprender la evolución humana y cómo pequeños cambios pueden producir grandes diferencias.

Por Karla Islas Pieck
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Imagen: ©Shutterstock / Peshkova

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