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En teoría parece muy fácil: los espermatozoides masculinos nadan velozmente al encuentro del óvulo femenino desprendido ese mes de uno de los ovarios. El que primero llega y atraviesa la membrana del óvulo, lo fecunda.  Así comienza toda vida humana. Para algunas parejas tener un hijo además de rápido, resulta hasta inesperado. Otras lo intentan sin éxito hasta la frustración. ¿Será un problema de fertilidad? Y si es así, ¿a qué se puede deber?

A tu pareja y a ti les encantaría tener un hijo, pero pasan los meses y no hay señales de embarazo.  La espera y la inseguridad pueden convertirse en situaciones tristes y frustrantes para cualquier pareja.  En los Estados Unidos solamente, un 10% de las mujeres entre las edades de 15 a 44 tiene dificultades para concebir, o para llevar a término un embarazo.  Es una situación frecuente y muchas veces, poco comprendida. Por eso, quiero aclararles ciertos puntos en relación a la fertilidad y la infertilidad, para que puedan descartar miedos e ideas preconcebidas.  Analicemos unos cuantos:

1.  Un factor importante: la edad

La edad, en el mundo de hoy, ha dejado de ser un obstáculo para muchas cosas y, desde luego, ¡qué bueno que así es! Pero en cuestiones de fertilidad, sí puede ser un factor en contra.  Aunque veas en las revistas a artistas y personalidades que han concebido en la edad madura, en su mayoría lo han logrado después de tratamientos de fertilidad o donaciones de óvulos, y ni siquiera con esos procedimientos hay garantías absolutas. Lo cierto es que actualmente la mujer puede retrasar el matrimonio en busca de otras oportunidades en la vida, como los estudios o una carrera.  Por lo tanto, también puede retrasar el momento de comenzar una familia. Y aunque esto es socialmente comprensible y aceptable, la biología sencillamente no concuerda.  El pico de la fertilidad femenina es a los 20 años, comienza a declinar ligeramente a los 27 y decae drásticamente a los 35.

Para que tengas una idea, alrededor del 20% de las mujeres en los Estados Unidos tienen su primer hijo a los 35 años.  Por lo tanto, la edad ha pasado a ser una de las principales causas de los problemas de infertilidad. Alrededor de un tercio de las parejas en las que la mujer tiene más de 35 años tiene problemas de fertilidad, ya que los óvulos van envejeciendo, su número se reduce y los ovarios empiezan a tener dificultades para liberarlos cada mes.  Si tienes menos de 35 años y no has logrado salir embarazada, intenta por un año antes de visitar a un especialista en fertilidad para discutir tus opciones. Si tienes más de 35 años, espera seis meses y entonces acude al especialista.

2. Las relaciones sexuales y el momento de la ovulación

Muchas parejas piensan que si tienen relaciones durante la ovulación aumentan las probabilidades de concebir.  Si piensas así, estás desaprovechando el mejor momento para la fertilización.  El 90% de las concepciones espontáneas ocurre cuando hay relaciones sexuales uno o dos días ANTES de la ovulación.  Verás por qué. Los espermatozoides pueden vivir dentro del sistema reproductivo por varios días.  La matriz permanece abierta antes de la ovulación para darles paso, pero una vez que se desprende el óvulo (ovulación), se cierra para proteger al útero de infecciones, por lo que los espermatozoides tendrán muchas menos oportunidades de alcanzar al óvulo. Por lo general, las mujeres ovulan alrededor del día 14 de su ciclo mensual.  Pero como los ciclos varían de una mujer a otra, y hasta de un mes a otro, conviene que adquieras un equipo (kit) de los que venden en la farmacia que te ayude a predecir el momento de la ovulación.  Los especialistas no están de acuerdo en la frecuencia de las relaciones en esta época más fértil del mes: algunos piensan que lo mejor es tener relaciones un día sí y un día no, para que la cuenta de espermatozoides sea más alta.  Otros piensan que mientras más frecuentes sean las relaciones sexuales durante los días más fértiles, más oportunidades habrán de que se produzca un embarazo. Lo que sí puedes descartar es la idea de que subir las piernas después que el semen se deposita en la vagina ayuda a la concepción.   En cada eyaculación millones de espermatozoides entrarán en tu cuerpo y la gravedad no afecta para nada su capacidad de poder alcanzar al óvulo.

3. Si usaste las pastillas anticonceptivas durante largo tiempo, ellas no tienen la culpa

De hecho, hasta pueden ayudarte. Los anticonceptivos orales evitan el desprendimiento del óvulo cada mes, pero no los destruyen (las mujeres nacen con todos los óvulos que tendrán durante toda su vida. Si no se desprenden, a la larga mueren a medida que la mujer envejece).  Cuando dejas de tomar la pastilla, volverás a reanudar tus ciclos y tu capacidad de ovular volverá a funcionar regularmente por lo general a los 90 días de hacer dejado de tomar las pastillas, porque las hormonas que ellas liberan pueden suprimir el crecimiento irregular del tejido uterino, como en el caso de la endometriosis y la adenomiosis que pueden dificultar que la mujer conciba. Además pueden reducir o desacelerar la formación de fibromas y evitar los quistes de los ovarios.  Así que quédate tranquila, el declive de fertilidad que erróneamente se le achaca al uso de la píldora por mucho tiempo, se debe a que la mujer es más grande cuando por fin se decide a tratar de concebir.

4. ¿Y si el problema de fertilidad es de él?

Para determinar las causas de la infertilidad hay que evaluar también al hombre.  La mayoría de las personas creen que la infertilidad masculina sólo es problema en un porcentaje bajo de los casos, pero no es así.  En esto la responsabilidad está bastante bien repartida: un tercio de las veces la condición está en la mujer, un tercio le corresponde al hombre, el tercio restantes se debe a una combinación de ambos o a factores desconocidos.  La mayoría de los casos de infertilidad relacionados con el hombre tienen que ver con el semen y los especialistas lo analizarán para saber: la cuenta de espermatozoides, su forma y su grado de movilidad.  La cuenta promedio de espermatozoides es de 60 millones, menos de 20 millones se considera demasiado bajo. Por lo menos el 50% de los espermatozoides necesita nadar hacia delante y, sorprendentemente, incluso si el 95% tiene forma irregular, se considera saludable y capaz.  Hay otros factores relacionados con el estilo de vida que pueden afectar la fertilidad masculina: el exceso del alcohol, el cigarrillo y el uso de ciertas drogas,  pero los especialistas opinan que si el conteo de espermatozoides es demasiado bajo, los cambios en el estilo de vida no va a surtir grandes mejorías.  Hay quienes piensan que los hombres pueden procrear hasta edades muy avanzadas, pero lo cierto es que el conteo y la calidad de los espermatozoides disminuyen con la edad. Aunque duela reconocerlo, mientras más jóvenes y saludables sean los óvulos y los espermatozoides, es mejor para aumentar las posibilidades de la concepción y para evitar defectos en la criatura.

5.  ¿Con cuánta intensidad te entrenas?

Por supuesto que quieres mantener una buena figura y obtener el máximo de beneficios de una rutina de ejercicios. Pero si los entrenamientos son demasiado frecuentes o intensos, pueden tener consecuencias en tu fertilidad. Así lo demuestra un estudio reciente realizado por la Universidad Noruega de Ciencia y Tecnología.  En el estudio participaron 3,000 mujeres. Las que entrenaron todos los días, independientemente de la intensidad, aumentaban su riesgo de infertilidad 3.5 veces comparado con las que las que no hacían ejercicio.  Las mujeres que entrenaron hasta el cansancio con un nivel de actividad intenso tuvieron un riesgo tres veces mayor de infertilidad que todas las demás.  Los investigadores concluyeron que los entrenamientos intensos consumen tanta energía que el cuerpo no tiene entonces la energía que necesita para mantener todos los mecanismos hormonales necesarios para la fertilidad.  Así que si planeas un embarazo, debes espaciar los entrenamientos y disminuir la intensidad de los mismos.  ¡Pero ojo! El sedentarismo tampoco es la solución.  El ejercicio moderado es el más indicado para favorecer los niveles hormonales necesarios para producir un embarazo.

¿Se te han aclarado algunas ideas?  No pierdas las esperanzas, y sobre todo, trata de mantener una actitud positiva en tu relación de pareja. Las recriminaciones y las culpas no caben en este hermoso proyecto de ser padres.  Si lo han intentado todo y todavía no hay bebé a la vista, acudan al especialista para que los ayude a buscar una solución adecuada (como la fertilización in vitro). Con seguridad, cuando llegue el bebé, encontrará a los padres más dispuestos y amorosos del mundo.

 

Ultima revisión: 2019

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