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Las impredecibles subidas y bajadas de la bolsa de valores, impulsadas todavía más por la crisis económica mundial, no son lo más conveniente para las personas con problemas cardíacos. Hace tiempo que dejaron de  ser simples titulares en los periódicos o noticia especializada sólo para corredores e inversionistas. Actualmente representan una amenaza muy concreta no sólo para la salud de nuestros ahorros y nuestras cuentas de retiro, sino también para la de nuestro corazón. Así parece corroborar un estudio realizado en Pekín.

Nueva York, Londres, Tokío, Pekín… no importa en qué parte del mundo suceda, la actividad de la bolsa de valores es frenética. Seguramente habrás visto en las noticias o en el cine el desenfrenado ir y venir de los corredores de bolsa entre llamadas telefónicas, ruidos, cintas alumbradas con cifras que cambian constantemente y en las que se ponen en juego, no ya fortunas, ¡hasta economías completas! Si hay entornos laborales que producen estrés, éste, sin duda, debe estar a la cabeza.

Ahora, cuando el ritmo de la economía es una preocupación global, resulta que no hay que trabajar en Wall Street (el mundo financiero) para sentir los efectos negativos de la inestabilidad bursátil. ¿Afecta esa inestabilidad a los accionistas?

Un grupo de investigadores chinos parece tener la respuesta. El estudio, publicado en el European Heart Journal de junio de este año, examinó la relación entre los cambios diarios del índice compuesto de la bolsa de valores de Beijing (Shanghai, antiguo Pekín), la capital financiera China, con las muertes por ataques cardíacos ocurridas en esa ciudad entre el 1 de enero de 2006 y el 31 de diciembre de 2008, período en el cual los mercados chinos fueron extremadamente volátiles.

De esta forma los investigadores detectaron que efectivamente existía una relación entre ambos hechos: cuando el índice bursátil subía o bajaba, el número de muertes por ataques cardiacos subía; por el contrario, el nivel de fallecimientos disminuía cuando los movimientos en la bolsa se mantenían estables.

¿Qué situaciones te alteran a ti? ¿El trabajo, la pérdida del empleo, la insuficiencia de los ingresos, la enfermedad de un ser querido, la pérdida de tus inversiones en la bolsa o de tu fondo de inversión? Es importante que las identifiques para que puedas contrarrestar sus efectos. Del mismo modo, conviene que estés familiarizado/a con las señales que envía tu corazón en caso de estar sufriendo un ataque cardíaco para que puedas actuar con rapidez ante una situación de emergencia que, en este caso, puede salvarte la vida.

Tal como te explicamos en otro artículo de VidaySalud.com, aunque algunas veces un ataque cardíaco puede presentarse de repente y sin síntomas, por lo general, tu corazón te enviará señales para que puedas actuar de inmediato . Entre ellas están:

  • Dolor o malestar en el centro del pecho, como una presión que dura unos minutos y puede ser intermitente.
  • Dolor o malestar en la parte superior del cuerpo, como brazos, cuello, espalda, mandíbula o estómago.
  • Falta de aire (a veces, antes de que se presente el malestar en el pecho).
  • Dolor en el estómago, que puede confundirse con acidez.
  • Sudoración de repente, la piel se puede sentir fría y pegajosa.
  • Náuseas y/o vómitos.
  • Ansiedad, como si sufrieras un ataque de pánico sin ninguna razón aparente.
  • Mareo, fatiga o la sensación de estar a punto de desmayarse.

Ten en cuenta que los síntomas varían de una persona a otra y puede presentarse uno o varios a la vez. Tener uno solo, no necesariamente significa que sea un infarto, pero si se repite o sientes más de dos señales a la vez, busca ayuda de inmediato, especialmente si tienes otros factores de riesgo, como presión alta, diabetes o antecedentes previos de problemas cardiovasculares.

Además, te recomiendo que busques formas de contrarrestar el estrés en la vida diaria, que se afecta todavía más con las noticias de índole financiera que repercuten en nuestra calidad de vida y en los recursos que nos ayudarán a hacerle frente a situaciones como el estudio de los hijos, la compra de una casa, o el desahogo económico en la edad del retiro. Tu tranquilidad y tu corazón valen más que cualquier estado de cuenta. Y, en realidad, la vida sigue siendo hermosa aunque la bolsa de valores siga en su eterno sube y baja.

Imágen © iStockphoto.com / wdstock

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