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No hace falta tener una bola de cristal para predecir si la persona será obesa o no: basta con medir la cantidad y la variedad de las bacterias que viven en el intestino, de acuerdo a un estudio reciente.  Descubre más detalles sobre este hallazgo que podría dar lugar a nuevos tratamientos y productos contra el exceso de peso y el desarrollo de enfermedades relacionadas al sobrepeso.

Un equipo internacional de científicos europeos ha encontrado información nueva que ayudan a entender cómo los microbios que viven en nuestro aparato digestivo podrían influenciar nuestro peso. Ya se conocían varias de las funciones de algunas de estas bacterias como la extracción de energía de la fermentación de los carbohidratos (azúcares) que no se digieren; de la síntesis de las vitamina B12 y la vitamina K, entre muchas otras.

Pero en este caso específicamente, los investigadores han encontrado que las bacterias que viven en el intestino podrían servir para predecir el riesgo de obesidad y de desarrollar enfermedades asociadas a esta condición. Asimismo, hallaron que llevar una dieta rica en fibra y baja en grasas puede cambiar favorablemente la conformación de las bacterias.

Para llegar a estos hallazgos, que fueron publicados en la revista Nature, los investigadores hicieron dos estudios. En uno de ellos analizaron a las bacterias de los intestinos de casi 300 personas de Dinamarca, entre las cuales más de la mitad eran obesas, e hicieron un seguimiento de los datos durante nueve años.

Al final de ese periodo, los resultados indicaron que los microorganismos del intestino de las personas obesas tenían una diversidad menor que en las otras personas y tenían más anomalías (anormalidades) en cuanto al metabolismo (es decir, las personas más delgadas tenían un 40 por ciento más bacterias y de muchas más especias que las personas con obesidad).

Además, las personas obesas con una menor diversidad de gérmenes (o microorganismos) aumentaron más de peso y las que tenían una menor diversidad de bacterias – independientemente del peso – tenían más posibilidades de tener factores de riesgo de diabetes tipo 2, ataque al corazón y cáncer.

Aun no queda claro cómo se relacionan las bacterias con la obesidad, estos hallazgos sugieren que el metabolismo de las bacterias está conectado con el metabolismo de las personas en las que habitan.

Para el segundo estudio, los científicos analizaron las bacterias de los intestinos de 49 personas francesas con sobrepeso y obesas, mientras éstas trataban de perder peso. Para ello, se les dio una dieta a los participantes que siguieron durante seis semanas. Consistió en un plan alimenticio hipocalórico, con alimentos bajos en grasas y en calorías y altos en proteínas y fibra, como las que aportan las verduras y las frutas.

El resultado demostró que la dieta realmente parecía cambiar la configuración bacteriana de los intestinos de los participantes, lo que permite pensar que si se adoptan ciertos hábitos en la dieta se puede mejorar la riqueza de la flora intestinal y reducir las probabilidades de que las personas ganen peso.  De todos modos, esto no significa que los cambios en la dieta son efectivos para todos, ni que pueden evitar la obesidad.

Paralelamente, estos hallazgos avalan la idea de que llevar una dieta pobre en nutrientes y tomar muchos antibióticos pueden ser factores claves en la obesidad y se asocian con problemas de salud, en parte por el modo en que afectan las bacterias del intestino.

Además, los investigadores identificaron ocho especies de bacterias que parecen faltar entre las personas con menos microbios, lo que abre la posibilidad de que en el futuro se creen probióticos que puedan ayudarlas.

Recuerda que los probióticos son bacterias benéficas que ayudan a preservar la salud del tracto intestinal y ayudan a la digestión (no deben confundirse con los prebióticos, que son azúcares complejos que las bacterias saludables utilizan como combustible para estimular su crecimiento y actividad, mientras que frenan el crecimiento y la actividad de los organismos dañinos).

Estos datos concuerdan con otros que surgen de una investigación previa que había sido publicada en marzo en la revista Science Translational Medicine, según la cual, ratones que habían sido sometidos a una cirugía de derivación gástrica lograron perder peso porque esta intervención modificó la configuración bacteriana de sus intestinos.

Muchas personas que se someten a una cirugía de derivación gástrica para perder peso logran que la diabetes desaparezca (aunque hay investigaciones que indican que ésta puede volver luego de unos años). El porqué ocurre esto todavía se está investigando. Pero ahora se sabe que las bacterias pueden ser portadoras de información y tener un rol en la obesidad y en ciertas enfermedades relacionadas.

Y mientras la ciencia sigue investigando este y otros temas de salud, recuerda que llevar una dieta saludable acompañada de una rutina de ejercicios no sólo te ayudará a disminuir tus riesgos de desarrollar obesidad sino que, al mismo tiempo, te permitirán mantener tu salud y una mejor calidad de vida, por más tiempo.

Imagen © iStockphoto.com / Andrew Helwich

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