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Vivir con EPOC

Millones de personas en el mundo viven con una dificultad para respirar.  Hablemos la Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC). Respirar es vital para la vida de todos y cada uno de los tejidos y órganos del cuerpo humano.  Generalmente cuando estamos en reposo, respiramos de 12 a 16 veces por minuto. Cuando no hay dificultades para respirar no lo notamos. Sin embargo, si nos falta el aire, respirar provoca una sensación pesada, molesta y hasta desesperada.  Millones de personas en el mundo viven con una dificultad permanente para respirar.  Eso es lo que se conoce como Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC).

Queremos ayudar a los que la padecen brindándoles estos 10 consejos para aliviarla y mejorar la calidad de vida. Respirar honda y profundamente es algo que deberíamos lograr todos. Exhalar todo el aire de los pulmones sin toser o sin sibilancia sería un lujo para pacientes con EPOC. Esta es una condición que afecta seriamente a los pulmones. Según datos de la Organización Mundial de la Salud, causa la muerte de una persona cada 10 segundos.  Si no se hace nada para prevenirla estas muertes innecesarias aumentarán un 30 por ciento en los próximos 30 años. Esto haría que se convierta en la tercera causa de muerte en todo el mundo para el año 2030.

Bajo el término de EPOC se agrupan varias enfermedades pulmonares crónicas que reducen el flujo del aire que entra al cuerpo al respirar.  Una es el enfisema donde el tejido pulmonar se va destruyendo con el tiempo. Otra es la bronquitis crónica, esta produce la inflamación de los bronquios y una tos con flema y expectoración.  Ambas condiciones pueden producirse por separado, pero es muy frecuente que los pacientes tengan las dos a la vez.

Si sufres de EPOC, no debes quedarte con los brazos cruzados esperando a que la enfermedad avance. Puedes tomar una serie de medidas que mejoren tu capacidad para respirar y por lo tanto, tu calidad de vida.  En Vida y Salud, te recomendamos lo siguiente:

1.  Lo más importante: es dejar el tabaco

El hábito de fumar es la causa principal de la EPOC. Se calcula que más del 80 por ciento de los casos están vinculados a antecedentes de tabaquismo. El resto de los casos se deben a la exposición a largo plazo al aire contaminado, gases tóxicos etc.  También puedes surgir tras un patrón de haber sufrido varias infecciones respiratorias durante la infancia, entre otras causas.  Si todavía fumas, incluso cuando lo hayas reducido a un mínimo, deja de hacerlo de inmediato. Permite que tus pulmones empiecen a recuperarse cuanto antes.  Puedes pedirle ayuda a tu médico y a tu familia. Este es el paso más definitivo y el que marcará la diferencia en tu bienestar en el futuro. Al año de haber dejado el hábito de fumar, las pruebas de funcionamiento pulmonar estarán mejor.

2.  Evita el humo de segunda mano  

En una persona que ha padecido de EPOC y ha dejado de fumar por muchos años el EPOC continúa siendo uno de los irritantes principales de tus pulmones. Si hay alguien fumando en tu entorno y es un lugar público, aléjate. Y en tu casa (o automóvil)  prohíbe que enciendan un cigarrillo, por más inofensivo que parezca, no lo son. De esta forma estarás protegiendo tu salud y la de tus seres queridos.

3.  Sigue el tratamiento indicado por el médico

Esto incluye tomar tus medicamentos de control, broncodilatadores, relajantes musculares y/o medicamentos de tipo corticosteroide. Los medicamentos sirven para reducir la inflamación y las exacerbaciones repentinas. Se constante con tu programa de rehabilitación pulmonar física.  Identifica junto a tu médico aquellos ejercicios indicados para mejorar tu capacidad respiratoria y por ende, oxigenar tu cuerpo. Mientras más oxígeno recibas, más energía tendrás para poder realizar tus actividades diarias.

4.  Bebe suficiente agua diariamente

Como mínimo, trata de beber un litro y medio de agua o de líquidos al día. Esto te ayuda a reducir la viscosidad de las secreciones en los pulmones, a eliminarlas más fácilmente y por lo tanto, a respirar mejor.

5.  Lleva una dieta saludable

Mantener un peso saludable o perder el exceso de peso, hará que tu organismo funcione mejor. Por ejemplo, evita las comidas muy abundantes o llenas de grasa. Reduce el consumo de carnes procesadas. Un estudio del 2012 dado a conocer por la Fundación Europea del Pulmón, reveló un dato importante de conocer. Esto es que los nitratos utilizados en la preservación de las carnes curadas producen una sustancia que puede dañar el tejido pulmonar. Si los pacientes con EPOC consumen este tipo de carne frecuentemente, empeoran los síntomas de la condición. El empeorar en la condición aumentan los riesgos de requerir hospitalización.

6.  No te expongas a las emanaciones fuertes

Esto incluye las que provienen de los productos de limpieza, o de gases que provengan de la cocina. Si alguien realiza la limpieza en el hogar, sal de casa o trasládate a una habitación a la que no lleguen ni el polvo ni los olores.  Del mismo modo, si el aire en el exterior está contaminado, con humo, o hay una construcción cercana, evita salir a la intemperie. Otra alternativa lo es utilizar una mascarilla protectora.

7.  Haz ejercicio siempre que puedas

Aunque pienses que lo último que podría mejorar tu falta de aire es el ejercicio, te equivocas. A los pacientes de EPOC, según el grado de su condición, se les recomienda mantenerse activos: caminar, montar bicicleta o cualquier otro tipo de actividad aeróbica ayudan a aumentar la capacidad pulmonar. Una investigación dada a conocer a principios del año y publicada en la revista Respirology, indica que las caminatas diarias de dos millas (equivalentes a 3.21 km) por lo menos, reducen la necesidad de hospitalización por crisis respiratorias severas en pacientes con EPOC.  ¿Por qué no pruebas a practicar un poco de yoga? Un grupo de  investigadores del Instituto All India de Ciencias Médicas, en Nueva Delhi, ha encontrado que las personas con EPOC pueden disminuir sus síntomas si practican yoga de manera regular.

8.  Reduce el polvo en tu hogar

Como medidas preventivas, asegúrate de mandar a limpiar con frecuencia los conductos de calefacción o de aire acondicionado que tienden a acumular el polvo, al igual que las alfombras. Lo ideal es instalar otro tipo de piso, como el de losa o madera, pero si no se hace, hay que aspirar las alfombras con frecuencias (otra persona, no tú).

9.  Cambia las cabezas de la ducha

Estas pueden alojar ciertas micobacterias, inofensivas para las personas sanas, pero que pueden causar infecciones, tos y dificultad al respirar a los pacientes de EPOC. Suelen ser resistentes a los antibióticos, así que la mejor manera de mantenerlas a raya es limpiar o reemplazar la cabeza de la ducha por lo menos dos veces al año.

10.  Cuidado con los artículos de higiene personal

Los jabones, champús, desodorantes, lacas para el cabello y los cosméticos perfumados podrían causarte falta de aire. Es preferible que adquieras las versiones sin aroma y evites los perfumes y las colonias de olor muy intenso.

La EPOC es una condición crónica, pero puedes mejorar los síntomas y evitar su avance si tomas estas medidas y cualquier otro consejo que te dé tu médico.  No dudes en llamarlo(a) si empeoran tus síntomas, para que puedas respirar con la menor dificultad posible.

 

Ultima revisión: marzo 2019

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Imagen © Shutterstock / rCamer

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