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¿Te imaginas alimentarse hoy en día como lo hacían los cavernícolas?

Hay quienes sostienen que biológicamente estamos adaptados a seguir la misma alimentación que nuestros antepasados. Descubre de qué se trata la paleodieta, cuáles son los alimentos permitidos y cuáles las críticas de quienes cuestionan esta dieta basada en el consumo de carnes.

¿Has oído hablar de la paelodieta o Dieta del Paleolítico?   Se le conoce además como la dieta del cavernícola o de la Edad de Piedra? Como indica su nombre, quienes la siguen tratan de reproducir las costumbres alimenticias de nuestros antepasados, bajo el fundamento de que nuestro cuerpo está genéticamente adaptado a ese tipo de alimentos y no a los productos procesados que consumimos hoy en día, ni a otras comidas que no existían cuando las personas eran nómadas, es decir que se desplazaban de un lado a otro en busca, justamente, de alimentos.

¿Te imaginas cómo vivían los cavernícolas hace millones de años y en qué consistía su alimentación? Lo que comían era: carne, producto de la caza y de la pesca, y frutas y raíces que recolectaban en su entorno cuando todavía el hombre no había establecido la agricultura.

Según los seguidores de la  paleodieta, la alimentación más adecuada para nuestro organismo debe centrarse en el consumo de:

La paleodieta excluye el consumo de:

  • Granos y cereales, incluidas las harinas (aún las integrales) y los productos refinados elaborados con ellas
  • Legumbres
  • Lácteos de todo tipo
  • Productos y aceites procesados
  • Azúcares
  • Sal

A los amantes de la carne, esta idea de volver a las costumbres del cavernícola puede resultarles maravillosa. Sin embargo, de acuerdo a las recomendaciones del Departamento de Agricultura de Estados Unidos, de la Asociación Americana del Corazón, de la Asociación Americana de la Diabetes, de la Asociación de Dietistas Americanas y varias organizaciones profesionales no lucrativas los ingredientes principales de la dieta deberían ser los vegetales y las frutas, acompañando a las proteínas de origen animal (que en las zonas costeras, por ejemplo, pueden ser predominantemente pescados y no carnes rojas). Y de hecho, varios estudios recientes han demostrado que las dietas vegetarianas aumentan la longevidad.

La paleodieta se basa en una teoría que no es nueva, aunque recién ahora se está poniendo de moda. La definió por primera vez el gastroenterólogo Walter Voegtlin, en 1975, quien sostuvo que los seres humanos somos carnívoros, pues tenemos dientes caninos y molares estriados, una mandíbula que está diseñada para machacar y desgarrar la comida (no para rumiar o sólo masticar) y que, al igual que los perros, nos alimentamos de manera intermitente y podemos sobrevivir sin estómago o colon. Esto es totalmente diferente a lo que ocurre con los animales herbívoros, que se alimentan continuamente, sus heces son enormes y su tracto digestivo es cinco veces más largo, para almacenar la comida.

La teoría de Voegtlin afirma que esas características de la anatomía del hombre los vuelve incapaces de adaptarse a una dieta rica en alimentos vegetales, especialmente a los cereales ricos en carbohidratos, así como a una dieta abundante en lácteos, que aportan lactosa. Además, sostiene que sin considerar la vitamina C, todos los nutrientes esenciales pueden obtenerse del reino animal.

Lo bueno de esta dieta es que evita el consumo de productos refinados y procesados, que tienen muchos conservantes, químicos, azúcares y sodio, que pueden ser nocivos para la salud. Sin embargo, como puedes ver, se opone a las recomendaciones más comunes para dieta actual, que sugieren limitar la cantidad de grasas de origen animal que se consumen, ya que pueden promover la elevación del colesterol, por ejemplo, y el desarrollo de enfermedades cardiovasculares. Del mismo modo, al evitar las legumbres y los cereales, se anulan fuentes de fibra y vitaminas que tienen muchos beneficios para la salud.

Además, hay especialista que cuestionan la validez de esta teoría y sostienen que, biológicamente, ya no somos exactamente iguales a nuestros ancestros de la edad de piedra. Tampoco lo son los vegetales, que han evolucionado y ya no son los mismo que en aquel entonces, ni los animales actuales, que no consumen lo mismo que aquellos que eran cazados por nuestros ancestros con tanta destreza.

Y a ti, ¿qué te parece esta idea? ¿Seguirías la dieta del Paelolítico? Si estás decidido, recuerda que al igual que en otras situaciones en las que vayas a iniciar cualquier cambio brusco en tus hábitos, es conveniente que consultes con un médico, que pueda indicarte si es necesario que tengas alguna precaución o cuidado particular, de acuerdo a tu estado de salud.

Imagen © iStockphoto.com / HitToon

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