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Uno de los efectos de la edad es la pérdida de músculo. Se conoce como sarcopenia. Inicia alrededor de los 35 años y progresa del 1 al 2 por ciento al año, en promedio, y puede acelerar a 3 por ciento para los 60. Aunque, dependiendo del estilo de vida, puede variar de persona a persona. La sarcopenia puede afectar la habilidad de realizar ciertas actividades, incluso de caminar, puede causar falta de independencia, y puede llevar a fragilidad que aumenta el riesgo de caídas que incluso pueden llegar a ser fatales. Aprende qué puedes hacer para disminuir la pérdida de músculo con la edad para evitar sus efectos negativos.

Al inicio de la columna hablamos de la sarcopenia, una condición de la edad asociada con la pérdida del músculo. Esta es causada por un desequilibrio entre las señales para el crecimiento de las células musculares y las señales para el desmantelamiento. Los procesos de crecimiento celular se llaman “anabolismo” y los procesos de destrucción celular se llaman “catabolismo”.

Por ejemplo, las hormonas de crecimiento actúan con enzimas que destruyen proteínas para mantener el músculo firme durante un ciclo de crecimiento, estrés o lesión, destrucción y luego curación. Este ciclo siempre está ocurriendo y, cuando las cosas están en equilibrio, el músculo mantiene su fuerza con el tiempo. Sin embargo, al envejecer, el cuerpo se vuelve resistente a las señales normales de crecimiento, inclinando la balanza hacia el catabolismo y la pérdida de masa muscular.

La pérdida de músculo se acelera por cuatro factores

Aunque el envejecimiento es la causa más común, hay otros factores que también pueden desencadenar un desequilibrio y contribuir a los procesos de crecimiento celular (anabolismo) y a los procesos de destrucción celular (catabolismo). Estos incluyen:

  • Una vida sedentaria, inmovilidad. La falta de uso aumenta la debilidad. Por ejemplo, el descanso en cama o la inmovilización por una lesión o enfermedad hace que se pierda músculo rápidamente. Con menor intensidad, el caminar menos o disminuir una actividad reduce la masa muscular y la fuerza. Si se reduce la actividad periódicamente, es más difícil volver a la vida normal.
  • Una dieta desequilibrada. Si la dieta no proporciona suficientes calorías y proteínas y se pierde peso, se pierde masa muscular. Se recomienda consumir entre 25 y 35 gramos de proteína diariamente. La dieta desequilibrada es más común con la edad, ya que muchas personas desarrollan problemas con los dientes, para tragar, para salir de compras o para cocinar.
  • Inflamación. La enfermedad crónica o de larga duración, o una lesión resultan en inflamación que le envía señales al cuerpo para que destruya y luego reconstruya al grupo de células dañadas. Esto resulta en pérdida de músculo
  • El estrés severo. La sarcopenia o pérdida de músculo es muy común en condiciones como el cáncer, la enfermedad crónica del hígado o del riñón, y otras enfermedades que estresan de forma severa al cuerpo.

Síntomas de la sarcopenia o pérdida de músculo

Los síntomas de la sarcopenia dependen de cuánto músculo ha perdido la persona. Incluyen:

  • una disminución en el tamaño del músculo
  • debilidad
  • pérdida de resistencia
  • desequilibrio
  • problemas para subir escaleras

La reducción en la masa muscular puede no ser una gran preocupación para la mayoría de las personas. Sin embargo, la pérdida de masa muscular puede llegar a ser lo suficientemente significativa como para causar debilidad, aumentar el riesgo de caídas y limitar la independencia de una persona. La sarcopenia también puede hacer que una persona disminuya su participación en las actividades físicas. Esta disminución de la actividad provoca una pérdida muscular aún mayor, lo que puede afectar negativamente su calidad de vida.

¿Cómo se diagnostica la sarcopenia?

El diagnóstico de la sarcopenia se basa en los síntomas. En algunos casos tu médico te puede recomendar una exploración DEXA, que es una prueba de imagen que mide la densidad ósea (de los huesos) para determinar si tienes osteoporosis, y ocasionalmente podría hacer una prueba para medir tu fuerza de agarre (con la mano).

El tratamiento de la sarcopenia

Actualmente no existen medicamentos para tratar la sarcopenia. Se están haciendo investigaciones con algunas hormonas (como con la hormona del crecimiento y la testosterona) pero actualmente no se recomiendan. Lo que si se recomienda es el ejercicio.

Los Centros para el Control y la Prevención de las Enfermedades (CDC) recomiendan que los adultos participen en ejercicios que fortalezcan los músculos, mínimo dos veces a la semana y que incluyan todos los grupos grandes: piernas, brazos, pecho, hombros, espalda y abdomen. El fortalecimiento debe incluir resistencia para causar contracciones. Esto puede incluir pesas, bandas de resistencia, máquinas de ejercicio, o inclusive el mismo cuerpo de la persona (su peso) puede servir de resistencia. El paciente debe de consultar a su médico antes de iniciar el programa. Un entrenador que le ayude a establecer el programa puede ser muy útil.

Llevar la dieta adecuada, equilibrada, con suficiente proteína, es muy importante. Si es necesario, tu médico te puede agregar suplementos con proteínas. No se recomienda que tomes suplementos sin supervisión médica.

El envejecimiento es inevitable, pero se puede limitar la sarcopenia (la pérdida de músculo), y se puede mejorar siguiendo algunos de los pasos recomendados. Puedes mejorar tu calidad de vida y evitarte falta de equilibrio, falta de independencia y caídas.

 

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Imagen: ©Shutterstock / Rido

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